La casa
«Han pintado la casa de negro; ahora parece como enlutada. Era la casa de mi infancia, ante cuyas ventanas se me abrían todas las esperanzas…». Un relato por Francisco Juliá Moreno.
«Han pintado la casa de negro; ahora parece como enlutada. Era la casa de mi infancia, ante cuyas ventanas se me abrían todas las esperanzas…». Un relato por Francisco Juliá Moreno.
Entonces fue cuando aparecieron autómatas, en forma de personas, y lograron encontrar la manera de sobrevivir en el tiempo gracias al oro azul. Un relato por Víctor Parra Avellaneda.
Ella se encomendó a Ama no Uzume, la diosa de la felicidad, la fertilidad y la danza… y la diosa le escuchó. Un relato por Blanca Caballero Pacheco.
Cansado de recibir tantas puñaladas, decidió, una luminosa mañana, poner fin a su atormentada existencia. Un relato por Kim Bertran Canut.
«Hay quien dice que no tengo fin, de lo cual, según esa premisa, cabría decir que tampoco tengo principio. Soy, para que nos entendamos, la substancia; la idea trascendental, el sujeto y lo omnicomprensivo…». Relato por Diego Kindler.
La llamaban la Rusa porque había vivido en Moscú, que es la capital de Rusia, un país que por aquel entonces nos parecía aún más grande y lejano de lo que hoy nos parece. Cuando le pregunté a mi madre, me dijo que la Rusa era muy niña cuando tuvo que irse. Un relato por Álvaro Salazar Agustino.
Cerca de la orilla, donde el knarr había encallado, se arrimaba ahora un puma con el hocico y el pecho ensangrentados. (Relato por Mariano Ruiz Montani).
Una travesía intrépida. El océano, inmenso. Los tiburones duermen: sueñan con deliciosos navegantes solitarios. (Relato por Rolando Revagliatti).
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