entrevista por Luis Benítez

 

Los ejes fundamentales de mi poética están relacionados con la eclosión maravillosa

 

Poeta, narrador, sinólogo, fotógrafo, artista visual y traductor, el venezolano Wilfredo Carrizales es autor de una vasta obra en las referidas disciplinas y su experiencia abarca también su hondo contacto con la cultura china.

 

—¿Cuál es su opinión sobre el desarrollo que ofrece la sinología en América Latina?

—A partir de las dos últimas décadas ha habido un cierto avance en los estudios sinológicos en Hispanoamérica debido, principalmente, al desarrollo acelerado de China y a su ampliación y presencia en el escenario económico y financiero de nuestra región. Méjico sigue siendo el país puntal, el adelantado, en los estudios multidisciplinarios sobre China, aunque centrados de modo básico en los aspectos económicos. Este año fue fundada en Venezuela la Asociación de Estudios Chinos, adscrita a la Universidad de Los Andes. Sin embargo, en el resto de países se nota un atraso en esa materia.

—Es conocido su interés por la literatura clásica china, la poesía y los cuentos extraordinarios, raros o maravillosos. ¿Qué singularidades de esa poesía y narrativa le atraen más y por qué razones?

—Siento un especial encanto por la concisión, capacidad de sugerencia y juegos verbales y rítmicos de la poesía breve: jueju (cuartetas) y lüshi (poemas de ocho versos). En cuanto a los cuentos o narraciones, los prefiero también cortos, ajustados a lo sorprendente y al lenguaje excepcional del chino literario (wenyan) que implica muchas veces una gran dificultad en su traducción.

—Respecto de la cultura china clásica y las diferencias que ofrece la actual, ¿cuál es su visión?

—Primero habría que precisar: ¿qué se entiende por cultura china clásica? Desde la consolidación del imperio chino durante la dinastía Han (206 a.C. – 220 d.C.) surgen una serie de instituciones gubernativas que ayudan a fortalecer el Estado monárquico y su visión del establecimiento de un orden «bajo el cielo» que se expandiera mucho más allá de las fronteras de las llanuras centrales. Así el imperio chino logró abarcar su poderío y dominación hasta la península coreana y Vietnam. Es de resaltar la importancia capital que jugó la filosofía confuciana en todo el proceso de la estabilización y crecimiento de todas las instituciones. En su historia, China ha tenido una continuidad en la permanencia de los organismos y establecimientos requeridos para gobernar, a pesar de las largas épocas de ruptura provocada por la invasión de pueblos no chinos como los kitanes, mongoles y manchúes. Estos pueblos conquistaron China, pero, al final, fueron sinificados por la superior cultura. Muchos aspectos de la «cultura clásica» de China se pueden percibir hoy día: el secretismo estatal, la tendencia a concentrar el poder en pocas manos, el autoritarismo junto al paternalismo estatal, la recurrencia constante a mitos para afianzar el poder del Estado, la creencia de la supremacía racial de los han (los chinos) sobre las otras etnias que habitan el vasto territorio de China.

—¿Cuáles son las mayores dificultades que presenta la traducción de obras literarias escritas en chino moderno?

—Los niveles de dificultad dependen del lenguaje empleado por determinado escritor. Por ejemplo, traducir las obras de Lu Xun (1887-1936), considerado el escritor chino que inició la literatura moderna china, implica un esfuerzo de conocimiento de los matices lingüísticos, localismos y referencias históricas que aparecen con frecuencia en sus trabajos literarios de ficción. Otros autores que vivieron después de la fundación de la República Popular China, como Lao She o Ye Sheng-tao, usaron un lenguaje más asequible al lector común. Han surgido autores contemporáneos como Gao Xing-jian o Mo Yan que han sufrido influencias de la literatura occidental y esto hace que, a veces, aparezcan obstáculos de comprensión ante el traductor. Lo mismo puede decirse de la novísima generación de cuentistas.

—¿Cuál estima usted que es el estado actual de la difusión de las letras chinas en América y Europa y qué medidas entiende que ayudarían a incrementarlo?

—Las traducciones de la literatura china al idioma inglés ocupan el mayor porcentaje de esas traducciones a lenguas occidentales. Por ello, en Estados Unidos y Canadá están casi al día en lo que respecta a autores y obras recientes, tanto por la difusión allí, en esos países, de las traducciones realizadas por los mismos chinos como de las hechas por los traductores estadunidenses y canadienses, respectivamente. En Hispanoamérica sigue siendo Méjico el país donde más se publica literatura china, últimamente dominada por la literatura contemporánea. En años recientes, a Chile, Argentina, Colombia y Venezuela llegaron muestras de la literatura china de todos los tiempos a través de ferias, que suelen ser vehículos idóneos para una mayor difusión de libros extranjeros. En Europa, además del inglés, también se traduce literatura china al francés, al alemán y al ruso. Así que en la medida que haya un incremento de la enseñanza del idioma chino y una consiguiente difusión de la literatura en ese idioma a través de ferias y eventos culturales permanentes en torno al conocimiento de China y sus manifestaciones literarias, habrá un ganado interés por parte de un público ávido de leer a los autores chinos.

—Se publicó en Beijing en 1982, su trabajo Vida sobre las Cuerdas (Antología de Cuentos Chinos Contemporáneos). ¿Qué nos puede decir sobre este título y cuál es su opinión acerca de los autores incluidos en él?

—Ante todo debo decir que Vida sobre las Cuerdas tuvo como traductores, además de mí, a la colombiana Rocío Hincapié y a los uruguayos Laura y Pablo Rovetta, hermanos. Cuando la Editorial de Lenguas Extranjeras de China nos propuso que cada uno de nosotros tradujera dos o tres cuentos (olvidé el número exacto y además mi último ejemplar de esa antología se perdió) contemporáneos, nosotros cursábamos el último año en nuestras respectivas facultades. El cuento que da título a la antología lo tradujo Rocío Hincapié. Todos eran cuentos de jóvenes autores poco conocidos, pero cuya temática de crítica a la recién finalizada época de la «revolución cultural» era evidente. No eran cuentos de gran nivel literario, sino más bien eran como un «ajuste de cuentas ideológico» con la década caótica de 1966 a 1976. No recuerdo ni siquiera uno de los nombres de aquellos cuentistas.

—Usted seleccionó y tradujo para el sello Cinosargo Ediciones (Chile, 2013), Cuatro Poetas Suicidas Chinos, que incluye obras de Gu Cheng (1956-1993), Hai Zi (1964-1989), Ge Mai (1967-1991) y Luo Yihe (1961-1989). Y antes de este título publicó Antología de Poetas Chinos en Caracas, Venezuela, en 1988. ¿Cómo fueron esas experiencias y cuál es su opinión sobre la poesía china de las últimas décadas?

—En 1979, en la capital china, durante la llamada «primavera de Beijing», hubo una cierta apertura en el ámbito cultural, ideológico y literario. Surgieron grupos de poetas ansiosos por conocer la prohibida poesía occidental y las corrientes filosóficas muchas veces vinculadas con ella. Así comenzaron a organizarse en Beijing lecturas públicas de poemas en parques, plazas y universidades, muy vigiladas por la policía. Entre los grupos de nuevos poetas destacó el llamado «poetas oscuros» (menglong shiren), quienes contaban con una revista mimeografiada, semiclandestina, a la cual le pusieron un título en inglés: Today. Gu Cheng pertenecía a ese emergente cenáculo de poetas. Yo asistí a varios de esos recitales y logré ejemplares de la revista que todavía conservé hasta comienzos del siglo XXI. De esos ejemplares fue que extraje los poemas para la antología publicada en Caracas. Estando yo en Venezuela me fui enterando de los suicidios de los cuatro poetas que conforman la antología que editó Cinosargo. Con mi nombramiento como Agregado Cultural en la embajada venezolana en China, se me presenta la oportunidad de acceder a mayor información y libros acerca de los cuatro poetas y me dedico a seleccionar y traducir para la editorial chilena a esos poetas que representaron una ruptura con la poesía del «realismo socialista y al servicio de la política y la revolución». Después de todos ellos, la poesía en China cambió por completo, en estilo, técnicas, recursos estilísticos y críticas veladas hacia el autoritarismo del régimen chino.

—Acerca de la enseñanza del español en China, ¿se ha incrementado desde tiempo atrás? ¿A través de qué circuitos (instituciones educativas públicas o privadas, docencia particular, etc.) se genera el conocimiento de nuestra lengua en China?

—Sin duda ha habido un incremento de la enseñanza del español en China desde, digamos, la década de los años sesenta del siglo pasado. Cuando el año 2010 yo estaba contratado como profesor en la Facultad de Español de la Universidad de Beijing se celebró el quincuagésimo aniversario de la fundación de esa prestigiosa facultad que ha visto (como otras facultades de español por toda China) el incremento de sus alumnos, tanto en pregrado como en postgrado. También la apertura del Instituto Cervantes, en Beijing y Shanghai, ha servido para expandir el conocimiento del español.

—El mayor interés de China por nuestro idioma, ¿ha producido un mayor número de traducciones de autores hispanoparlantes al chino y viceversa, de autores chinos al español?

—Sin duda alguna en la última década, los mejores traductores chinos de literatura hispanoamericana han logrado dar a conocer autores como Vargas Llosa, García Márquez, Rulfo, Fuentes, Neruda, Gelman, Borges… Autores chinos al español, además de Lu Xun, también se han traducido novelas clásicas como Peregrinación al oeste (Xi You Ji) y otras. Así mismo, obras de Gao Xingjian y Mo Yan, ganadores del premio Nobel de Literatura.

—¿Qué autores han influido en su obra y qué características tiene la misma?

—He leído a muchos poetas de diversos países, tanto de la antigüedad como de la época actual. De los más importantes de ellos he sacado enseñanzas, modos de conducir el verbo, hacerlo girar, meterlo a ámbitos inconcebibles, sacarlo y jugar con él y con sus atributos y sus accidentes. Ahora bien, ¿cuál o cuáles de ellos puedo señalar como influyente en mi poesía? Me resulta difícil responder a esta cuestión, porque pienso que he tratado de andar mi propio camino, por donde, en ocasiones, introduzco en mi mochila algunas variantes del decir poético de, por ejemplo, René Char, Olga Orozco, Gonzalo Rojas, el primer Neruda, Huidobro o Whitman, pero sin que llegue ello a poder definirse como «influencia» decisiva. ¿Qué características tiene mi obra? La particularidad más evidente y resaltante es la brevedad y la concisión. Considero que los ejes fundamentales de mi poética están relacionados o eslabonados en primer lugar con la eclosión maravillosa y, a veces, fortuita de la palabra en su búsqueda de una constante dimensión expresiva, valiéndose de todos los recursos, tanto estilísticos como semióticos, para alcanzar un asidero más o menos seguro. En segundo lugar, la apelación a los medios que me proporciona la historicidad intangible de los vocablos, la conjunción de los sustantivos con un entorno que los vuelve mágicos y transgresores de la realidad «normal». En tercer lugar, el tesoro lingüístico que me deparan los viajes de todo tipo: geográficos, oníricos, alucinatorios y tropológicos.

 


 

El poeta, narrador y ensayista literario Luis Benítez nació en Buenos Aires el 10 de noviembre de 1956, ciudad donde reside actualmente. Es miembro de la Academia Iberoamericana de Poesía, Capítulo de New York, (EE.UU.), de la World Poetry Society (EE.UU.); de World Poets (Grecia) y del Advisory Board de Poetry Press (La India). Ha recibido el título de Compagnon de la Poèsie de la Association La Porte des Poètes (París, Francia). Miembro de la Asociación de Poetas Argentinos (APOA), de Sociedad de Escritoras y Escritores de la República Argentina (SEA) y del PEN Club Argentino. Ha recibido numerosos premios nacionales e internacionales por su obra literaria. Sus 36 libros de poesía, ensayo y narrativa han sido publicados en Argentina, Chile, España, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Italia, México, Rumania, Suecia, Venezuela y Uruguay.

 

🔗 Enlaces relacionados: Entrevista a Luis Benítez, por Rolando Revagliatti ▫ Doce poemas escogidos de Gu Cheng, traducidos por Wilfredo Carrizales

📸 Ilustraciones artículo: Fotografías por Wilfredo Carrizales ©, tomadas en el Yuanmingyuan (Jardín de la Claridad Perfecta), el 8 de febrero de 2011, durante la última nevada.

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 Revista Almiar · n.º 115 · marzo-abril de 2021 · 🛠 PmmC · MARGEN CERO™

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