Casa Mari

Casa Mari

Casa Mari pertenece a esa categoría de bares asturianos que se pueden catalogar como chigres. Es un establecimiento de pueblo. De pueblos, en realidad, ya que se sitúa en un cruce de caminos que une varias de las pequeñas aldeas que se hallan entre el mar y los montes. El suelo de Casa Mari está sucio y lleno de aserrín… (Relato por Guillermo Martínez Collado).

Testimonial de polvo

Testimonial de polvo

«Escribo dentro de esta celda de dos metros cuadrados, con sus literas metálicas, su apestoso inodoro, una vez que ha sido dictada la condena de sesenta años de prisión». (Relato por Adán Echeverría).

Tlahuelpuchis

Tlahuelpuchis

«A veces me cuesta creer que todo eso fue real, pero el mito de las brujas sigue latente en algunas localidades de Tlaxcala. Las llaman las tlahuelpuchis. Son una especie de nahuales que se roban a los recién nacidos, para devorarlos, poseer su espíritu, beber su sangre o conjurar hechizos…». (Relato por José Manuel González Ponce).

Huevo deconstruido

Huevo deconstruido

¡Cáscaras, si parezco el huevo de Colón! (Relato por Gilmar Simões).

Veintitrés de diciembre

Veintitrés de diciembre

Ya anocheció. Aquel veintitrés de diciembre cesó la música y las voces se fueron alejando poco a poco. Todo volvió a quedar en silencio… (relato por Carlos Montuenga).

En boca de todos

En boca de todos

Cuando cumplí diecisiete, creo, fue que me enteré de lo del cine. Muchacho, lo que se formaba allí… era la época de las películas soviéticas, unas películas largas y aburridas que duraban dos o tres horas y no pasaba nada… (relato por Maikel Sofiel Ramírez Cruz).

Las hojas muertas

Las hojas muertas

«El puente no es tan diferente a cuando lo visité la primavera, la cadena está un poco más oxidada y el árbol tiene una alfombra de hojas muertas manteniendo unas pocas amarillas…». (relato por Gilberto Fabrizio Sosa Quezada).

El león bajo las bombas

El león bajo las bombas

Probó el sistema de vida tradicional y no funcionó, experimentó el flagelo sadomaso, el autosabotaje, y tampoco. No obtuvo mejores resultados con la vida del sibarita consentido alentada por los doctores… (Relato por Luis Amézaga).