La invasión a la privacidad

artículo por
Juan M. Sánchez Martín

Deberíamos dejar de ser tan mirones
y en vez de mirar tanto
para afuera dedicarnos más
a mirar en el interior.

La ventana indiscreta (1954).

 

U

na cita procedente de todo un clásico y uno de los filmes más conocidos de Alfred Hitchcock, el maestro del suspense. Se trata de una película que es considerada una de las mejores que existen en el género del misterio. Protagonizada por dos grandes de la época, James Stewart y Grace Kelly. Cuenta la historia de un fotógrafo postrado en casa debido a una lesión en una pierna. El aburrimiento en el que se ve sumergido le lleva a tomar como fuente de entretenimiento la observación de sus vecinos a través de su ventana. La cuestión es que tener ojo avizor en vez de sucumbir al tedio le lleva a elucubrar posibles peripecias de sus vecinos en deducción (e imaginación) de los hechos que se le presentan delante de sus narices.

El suspense y el amor marcan el compás de la trama. Un hombre más centrado en cotillear a sus vecinos que en asumir responsabilidades afectivas y atender las expectativas amorosas de su novia, mientras que ella toma acciones arriesgadas que demuestran su amor por él ante un panorama que se presenta cada vez más inquietante. Por otra parte, el citado comentario que encabeza este análisis y espetado por la enfermera que cuida al protagonista resalta una peliaguda temática que merece nuestra atención en esta ocasión.

Así pues, esta obra cinematográfica de 1954 trae consigo una reflexión que perdura en el tiempo hasta nuestros días. Hoy cobra aún más sentido, si cabe, el mensaje que nos transmite la referida película debido al contexto de globalización en el que vivimos, al auge del uso de las tecnologías y, concretamente, de las redes sociales.

Mención especial merece la citada frase, sin ánimo de analizar las ventajas e inconvenientes que implican en nuestra sociedad el uso de las redes sociales, pues es un tema bastante repetido y gran parte de la población del planeta ya ha podido vivirlo mediante la propia experiencia. Y sigue en proceso… Incluso cabe documentarse sobre esta temática para reflexionar y atisbar aspectos que se nos escapan y que van más allá de subir o leer un post, subir una foto o ver la que los demás han colgado. A este fin se dirige el documental de Netflix El dilema de las redes, por ejemplo, el cual da que pensar sobre el tema referido. En la época en la que se rodó la película no existían redes sociales, pero la extrapolación para este análisis puede plantearse a raíz de lo que viene siendo el cotilleo vecinal en el que se sumerge el protagonista.

Resulta que hay bastante similitud entre el hecho de que la gente observe lo que haces dentro de tu casa a través de la ventana, y el hecho de que visualice a través de una pantalla contenidos personales publicados en las redes. Es obvio que cada cual puede utilizar estas a su placer, sacarle el provecho de múltiples formas a la par que revelar una mayor o menor información personal, según la tolerancia a la invasión de la privacidad. Se puede optar por ofrecer una nula información personal en las redes y vivir en modo offline, o no hacerlo y asumir que el uso de estos medios implica dejar expuestos aspectos que escapan a nuestro control. Por consiguiente, si te integras activamente en el canal online, consientes abrir la ventana de tu casa, aunque sea dejándola entreabierta. No obstante, aun eligiendo dejarla cerrada y siguiendo con el símil anterior, hay que aceptar el riesgo de que puedan asomarse por tu ventana sin permiso. Y parece que el personaje encarnado por Stewart lo hace de maravilla, eso sí, asumiendo enteramente lo que dice el refrán: «la curiosidad mató al gato».

James Stewart en La ventana indiscreta

Tampoco hay que olvidar el famoso refrán de «no es oro todo lo que reluce» y, por ende, el sinsentido de otorgar siempre veracidad a las meras apariencias. Para aquellos que habiten en la cueva de Platón inconscientemente o por voluntad propia su único posible martirio estará fundado en las consecuencias de dejarse llevar por lo que crean ver. Consecuencias como pueden ser la frustración por comparación o las envidias de terceros despertadas al abrir una red social y ver un bonito perfil plagado de fotos donde la supuesta felicidad se esparce por doquier. A lo mejor, nuestro protagonista se hubiera ahorrado algún mal trago de no haberse inmiscuido en asuntos que no eran de su incumbencia, claro que la parsimonia no es acorde a su personalidad. Ahora bien, es destacable su valor para «salir de la cueva» y dilucidar realidades a partir de apariencias, así como la implicación de su novia y de su enfermera por ayudarle en su controvertido (y arriesgado) cometido.

Las redes sociales son relativamente recientes, pero una de las tantas enseñanzas del emperador estoico Marco Aurelio sigue siendo vigente: «Cuánto tiempo libre gana el que no mira qué dijo, hizo o pensó el vecino, sino exclusivamente qué hace él mismo, a fin de que su acción sea justa, santa o enteramente buena. No dirijas la mirada a negros caracteres, sino corre directo hacia la línea de meta, sin desviarte» (Marco Aurelio, Meditaciones).

Así pues, la ventana puede quedar abierta, semiabierta o cerrada, motu proprio. Es decisión personal y cuestión de gustos. Y al final, puedes optar por pasarte el día viendo las historias de los demás, sean reales, de fantasía o elucubradas por uno mismo (quizás y sin darte cuenta, acabes empatizando con el protagonista de La ventana indiscreta); o bien, puedes optar por dedicar ese tiempo a asumir responsabilidades, realizar una introspección y definir cómo te encuentras, dónde quieres estar e incluso convertirte en el protagonista de tu propia historia.

 


 

Juan Manuel Sánchez Martín

Juan Manuel Sánchez Martín. Nacido en Málaga, es graduado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Málaga. Lector y cinéfilo, escribe comentarios y reflexiones sobre películas.

📩 Contactar con el autor: jm_s.m1995 [en] hotmail [punto] com

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🖼️ Ilustraciones artículo (ambas imágenes en Wikimedia Commons): Captura de fotograma del vídeo Rear Window (1954) – Trailer, Public domainJames Stewart Rear Windows Poster Still, Paramount Pictures, Public domain.

 

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Revista Almiar (Margen Cero™) · n.º 133 · marzo-abril de 2024 · 👨‍💻​​ PmmC

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