
Caperucita y el lobo
Una original versión del tradicional cuento de Caperucita Roja, por Pamplinus Vagabunderberg, un autor algo más heterodoxo que su relato.
Una original versión del tradicional cuento de Caperucita Roja, por Pamplinus Vagabunderberg, un autor algo más heterodoxo que su relato.
Solo los más arriesgados habían llegado hasta allí, porque todos en algún lugar del mundo, con o sin dinero, habían dicho: «Vamos a dejarlo todo y marchemos a Nueva York». (Relato por Juan Carlos Vásquez).
La Ciudad Libre de Christiania es un barrio parcialmente autogobernado en el centro de Copenhague donde habitan unos mil residentes. Aquí se permite el consumo y la venta de drogas blandas como la marihuana y el hachís… (relato por Guillermo Martínez Collado).
«Fue un amor a primera vista que yo creí ver correspondido en alguna medida (o me hice la ilusión de tal cosa) cuando, en otra de sus visitas al único pariente que me queda en la vida, le habló Ud. claro y le consoló con tanta humanidad que yo no pude dejar de estrechar entre mis dos manos la suya izquierda…». (Relato por Aniceto Valverde Conesa).
Desde la ventana del hostal donde se encontraba hacía tres días, el viejo Nepomuceno sentenció que aquel era un buen día para morir. (Relato por Ham Bashur).
«Después de los cuarenta años, los seres humanos comenzamos a hablar sólo de recuerdos. ¿Lo has notado? Las cosas importantes y trascendentes de tu vida, ya han pasado. Y todo se trata de envejecer sin perder la dignidad». (Relato por Adán Echeverría).
«Tiene un aroma seductor, un olor exquisito, pienso, y me acerco un poco para darle gusto a mi enfermizo olfato. La mulata huele a canela y caramelos, o a caramelos de canela, ni sé…». (Relato por Maikel Sofiel Ramírez Cruz).
¿Si no te puedes fiar de lo que promete el título de un libro, en qué clase de mundo desnaturalizado vivimos? (Tres relatos breves por Elmiro Higgs).
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