Hacer novillos

Hacer novillos

[…] Por un rato, me olvido de la escuela y mi conciencia se apacigua sin insistir en sus reproches. Me recuesto sobre la hierba, observando los campos que se extienden hasta faldear en el suburbio. (Relato por Francisco Juliá Moreno).

Aloe

Aloe

A veces siento que Aloe me mira con una ternura impropia de un gato. Sus ojos, brillantes e inmensos, me vigilan como dos faros en la noche. No es indiscreción, sino complicidad. (Relato por Soledad Mariño Pais).

La última inmersión

La última inmersión

Recuerdo con euforia la primera inmersión utilizando un rudimentario visor de dos cristales y aletas de rana. De pronto, vi extasiada cómo se aclaraba la distorsionada visión de las profundidades… (relato por Cristián Óscar Koch).

Pastís de bohemia

Pastís de bohemia

Desde la onírica posada «la lenta agonía del poeta en el infierno etílico». Tiranión, el náufrago, ve cómo se aleja la ola que le trajo el equipaje hasta su playa existencial… (relato por Kim Bertran Canut).

Él, la madre

Él, la madre

Había visto muchas setas como aquella con anterioridad, puesto que las estrellas rojas, o izar gorri, no resultaban extrañas en aquellos montes, si bien jamás había observado ninguna con el tamaño y las características de aquella. No, aquel no era un ejemplar cualquiera y necesitaba llegar hasta él… (relato por Iñaki Sainz de Murieta).

Mermelada de guayaba

Mermelada de guayaba

Yo sé que los muertos no gritan. Abrí la reja cuando Elena llegó, quise hacerle señas para que se regresara, que no volviera nunca… (relato por María Guadalupe Olvera Zavala).

El profesor

El profesor

[…] Su situación era cada vez más precaria. Una lluvia de espinas penetraba las carnes de su estómago. Para completar sus penurias, la escuela estaba en quiebra. Le adeudaban seis meses. (Relato por Jonathan Caicedo Girón).