Cuarto creciente

décimas por
Miguel E. Zaldívar Carrillo

Tú eres mi cuarto creciente
por lo de cuarto o alcoba,
y por el sexo que adoba
mi cintura a tu corriente;
tanto es así, que en el diente
de perro, más escabroso,
tu cuerpo solo es gozoso,
dicha, palacio y fortuna;
el banquete, en que la ayuna,
hace al postre más sabroso.

Escalando por tu vientre
llegué a la cima del vuelo
nada más pezón y cielo;
debajo, la tierra hirviente
en que yace la simiente
inmensa del repertorio
que fue festín y velorio
del ladrón de tus secretos
pétalo y fierro y discreto
manjar para mi jolgorio.

III

La espuma llegó coqueta
a tu premura de alcoba
y el brillo de la caoba
hizo trillo en la bragueta.
Tu huerta quedó completa
a merced del temporal:
aquilón y vendaval
arrasaron los abrojos
y sembraron mil antojos
en tu hambre de carnaval.

La tarde va desmayada
en el aletear del labio
y el cuello estrena el resabio
de la espalda regalada.
La espada, recién templada
hace nido al leñador
que no quiere ser candor
del alarde en que se muere
que de la lid ella quiere
billarda para el rencor.

Miguel Erasmo Zaldívar Carrillo. Licenciado en Educación en la especialidad de Física y Astronomía. Máster en Investigación Educativa y Doctor en Ciencias Pedagógicas. De nacionalidad cubana reside en México, Oaxaca, desde el año 2008.

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