poemas por
José A. Iñiguez Narváez
Tu cuerpo
parece en la bahía
una ola rebelde.
Inmemorial
Te regalo esta palabra: Memoria…
Dispersarla en tus flores.
Ponla como condimento en tu comida diaria.
Entiérrame en ella si puedes.
Pinta tus días con su color negruzco.
Acaríciala.
Escucha lo que te dice apenas acercas el oído.
Es extraña. Pero si la partes en rodajas y la desenrollas toda,
verás que sólo es un espejo,
un espejo para mirar tu muerte.
Sobre la certeza de la estancia
Todo en mi entorno permanece callado
y digo en voz alta, la verdad que la materia me otorga:
la luz es primogénita porque las sombras prevalecen
el agua es rumorosa si el árbol se deshoja
y el viento sólo es un cómplice perpetuo
fría es mi sangre también
cuando el latigazo de un misterio la acorrala
y la dureza de mi carne ni el más fino
cuchillo la transfiere
miro en contra de mi rostro
el sol nocturno que aún me reconoce
sin embargo
la pantomima del tiempo
me traspasa y me deshace
hasta que una ráfaga de angustia
me despliega y avanzo por el mundo
ciego, descarnado, dispuesto a morir
sobre un páramo de osamentas
Todo en mi entorno permanece quieto
sin retornos, sin espacios
para desmoronar la soledad
y seguir retrocediendo eternamente
hacia un desfiladero de acertijos
porque la vida
al fin y al cabo
miente.
José Antonio Iñiguez Narváez. Nació en la Ciudad de México, tiene 20 años y ha sido miembro de algunos talleres de poesía y de creatividad literaria en la zona sur del país. Dos poemas suyos se publicaron en el Diario Por esto, de Quintana Roo, y ha sido invitado a programas de radio para lecturas de poesía. También escribió reseñas de libros en la gaceta cultura El Gaviero de Cancún, y ha hecho recitales de poesía. Está por publicar su primer libro de poemas.
@ Contactar con el autor: khatarsimetria [at] hotmail.com
Revista Almiar – n.º 63 / marzo-abril 2012 – MARGEN CERO™
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