Pablo Ager

por Guillermo Ortiz López

Si el esplendor de un músico, como dicen, llega en torno a los 40 años —el esplendor creativo, me refiero— ¿qué demonios hace uno mientras tanto, con 22, 23, 24, 25…? ¿Cómo llena la espera?, ¿cómo se convence de que esa espera merecerá la pena? Me temo que no hay respuestas y, si las hay, yo no las conozco y por lo tanto no puedo dárselas a Pablo, 24 años, segunda maqueta en el «mercado» y unas ganas desbordantes de llegar al mayor público posible.

Pablo es un tipo ansioso. En eso nos parecemos. En principio, nada diría que somos obsesivos, porque los dos tenemos un aspecto sosegado, tranquilo, razonable… pero luego empezamos a darle vueltas al cómo y no paramos. Yo hago un poco de consejero porque tengo seis años más y a la fuerza he aprendido algo. Probablemente, él tenga más talento, pero se encuentra atrapado en un bucle por el que sólo se avanza en espiral. El camino y la meta se confunden todo el rato.

Pablo Ager

El problema de Pablo puede estar precisamente en el talento y en la precocidad. «Empecé a tocar la guitarra cuando dejé el conservatorio, a los 15 años. Estudiaba piano y estaba muy interesado en la música pop-rock, estilo Dire Straits, Bon Jovi, Aerosmith… Con 18, me fui a Estados Unidos y ahí aprendí muchísimo. Había otra cultura: una cultura de quedar para tocar, para hacer música. Menos discoteca y más guitarra. En las fiestas se bailaba, pero sobre todo había gente tocando, todo el rato. Eso me influyó mucho».

¿Y cómo se pasa de ser un chaval aficionado a la música rock e hipnotizado por las fiestas-garage tan propias del grunge de los 90 a uno de los habituales de Libertad, 8 y el Búho Real?

Pablo me explica, brevemente, en el piso de debajo de un Viejo Café Colonial tranquilo como nunca a las siete de la tarde de un miércoles lluvioso.

«Cantautor daña más que beneficia»

«Cuando volví, me metí en un grupo con Alberto Miranda, pero lo de los grupos es muy complicado: siempre acaba faltando alguien para ensayar, o nos poníamos a tocar las canciones que nos gustaban en vez de las que componíamos… el caso es que ni siquiera llegamos a actuar. Yo empecé a componer por entonces. Mi primera canción la hice con 19 años y estaba en inglés. Luego cambié, porque aunque la música que yo tocaba pegaba con el inglés yo no sabía expresarme del todo bien en ese idioma, prefería hacerlo en español: tú te expresas mejor y la gente te entiende mejor».

Y así empezó su carrera como cantautor.

«Pero es que a mí no me gusta el término cantautor, yo no me considero un cantautor, no al estilo de Silvio Rodríguez o mucha otra gente del circuito. Mira lo que hace Rash, por ejemplo, ¿eso es de cantautor? Parece que el concepto se asocia con una música densa y sesuda cuando a mí me gustaría hacer canciones radiables, ahí está Conchita, por ejemplo, pero siguen con lo de cantautora. Ya no hay compromiso social, para eso está Manu Chao, quizás nosotros tenemos más un compromiso estético, buscamos la máxima calidad en las letras… Creo que el concepto cantautor daña más que beneficia».

De acuerdo, esta es una discusión eterna: ¿es Alejandro Sanz un cantautor? Ya surgió con Luis Ramiro y es absurdo repetir los argumentos a favor y en contra. Que cada uno piense lo que quiera. Pablo prefiere pensar que cuando dejó el grupo empezó su carrera en solitario, sin más.

«Escribí al Rincón del Arte Nuevo, donde empieza casi todo el mundo, pero sólo tenía 4-5 canciones compuestas por entonces (2004) y tuve que completar con una versión de Ojos de Gata, de Los Secretos. Yo, por entonces, no sabía nada del circuito: había ido a un concierto de Alejandro Martínez en el Búho Real, y me sacó a tocar una canción que se llamaba Ojos clavados¸ eso era todo. Luego ya sí, empecé a escuchar a Carlos Chaouen y a Quique González, y poco a poco fui conociendo a otros cantautores: Jesús Garriga, Marwan, Luis Ramiro…».

Como los bares pedían maquetas, él grabó una maqueta, Amor en vena, de sólo cuatro canciones. Le sirvió para empezar a tocar en la sala Zanzíbar. Luego grabó Punto de partida, «parecida a la anterior, pero más presentable y que se podía vender a la gente en los conciertos». Marwan y Luis le «apadrinaron» de alguna manera. «Sí, empecé a tocar en Libertad porque Maru habló con Julián. Yo soy algo más joven que ellos y tenía mucha menos experiencia y me ayudaron todo lo que pudieron».

¿Demasiado rápido, otra vez? Quizás. Con 22 años, Pablo tocaba ya en Libertad, pero se sentía «muy descolocado, sólo con guitarra y voz. Muy desnudo. Mi estilo iba de Silvio Rodríguez a Revólver. En esa época compuse Alambradas y a la gente le encantó aunque no era exactamente por donde yo quería ir… Pero, ya lo he dicho, con grupo era mucho más complicado, y así era más fácil tocar ante más gente».

Durmiendo en azoteas

En octubre de 2005, Pablo da un paso adelante: publica Durmiendo en azoteas, la primera maqueta con mayúsculas, y la presenta en Clamores, con banda. «La mayoría de las canciones las pienso con banda y no sólo con guitarra, por eso suenan mejor en sitios así». En el disco colaboraban Marwan, Luis Ramiro y Jorge Marazu. Al concierto acudió Conchita como estrella invitada.

«La maqueta me abrió las puertas del Búho Real porque a Darío le gustó mucho, así que empecé a compaginar Libertad y Búho durante 2006, pero el problema era que yo no llevaba mucha gente y no tenía mucho sentido dividir al público, así que, como en el Búho me programaban más a menudo, me quedé ahí, y lo compatibilicé con algún concierto compartido en Galileo, como los que hice con Álvaro Vázquez y Perro Flaco. De todas maneras, yo estoy muy a gusto en Libertad, no tengo problema. Voy de vez en cuando y me encanta ver que mi disco sigue ahí expuesto».

Así que 2006 pasa y llega 2007 y las dudas: 23 años y medio. Ha tocado ya en el Rincón, en Zanzíbar, en Clamores, en Libertad, en el Búho y en Galileo. Ha publicado una maqueta y ha colaborado con músicos de todo tipo, los últimos, Dani Flaco y Emite Poqito… «Pero la gente seguía sin venir a los conciertos. Me decían que estaba de puta madre lo que hacía, pero luego no venían. Conocía a mucha gente: cuando actuaba, pasaba un libro para que los que estaban ahí pusieran su nombre y su email y pasarles información. No era gente al azar, era gente que había venido a verme porque le gustaba lo que hacía, pero es muy complicado hacer que repitan. En la famosa libreta hay unas 300 direcciones, pero a los conciertos es complicado que vayan más de 50-60».

Incierta Memoria

Y en eso apareció Dani Flaco, una noche de otoño de 2007. Dani y Pablo son grandes amigos, han compartido varios conciertos en el Búho Real, en L´Astrolabi… para Dani, «Pablo es de los mejores del circuito de Madrid», así que decidió producirle su nueva maqueta junto a Xavi Ibáñez, en un estudio de Badalona, y darle un sonido más rockero, más duro, más «comercial» por decirlo con una palabra que Pablo procura evitar.

«Tenía dos objetivos con la maqueta: por un lado, que se pudiera mover por discográficas, salas, certámenes… hacer seis canciones muy bien hechas y que pudieran funcionar. Por otro, que la gente la pudiera comprar y hacerse una idea de lo que he hecho estos años. Por eso le he metido otras cinco canciones —grabadas con Álvaro Fraile en Madrid— más acústicas, para hacer algo parecido a un disco que se pueda vender a la gente».

La presentación de Incierta Memoria será otra vez en Clamores, el sábado 26 de abril en horario de tarde: 20,00 horas. Espera que vaya muy bien. «La publicidad por MySpace está funcionando, y creo que puede haber bastante gente. Estoy esperanzado».

Pablo tiene aún 24 años. Una edad ridícula. Tiene juventud y tiene ansiedad y tiene talento, lo decíamos al principio. A veces, esa combinación es peligrosa. A veces, hay que tener experiencia, distancia y paciencia. Pablo apura su segunda cerveza en el Colonial y pasa el típico test de entrevistador perezoso: «El último disco que he comprado es Fuerzas de Flaqueza, de Dani Flaco. El grupo que más oigo ahora mismo es Matchbox 20. La gente que más me gusta del circuito son Luis Ramiro, Jorge Marazu, Rash y Mr. Kilombo».

Luego, cuando llega a casa, le da vueltas a su respuesta, igual que le da vueltas a todo, y me acaba enviando un email: «Por favor, añade que escucho a Alice Cooper, Steve Earle y Enrique Bumbury».

Y yo sonrío, algo paternalista, como un hermano mayor más bien, y lo añado.


Pablo Ager · CD Incierta memoria

ENLACE RELACIONADO: Vídeo de la canción A6, de Pablo Ager, interpretada por Carlos de Abuín (en YouTube)

(Imágenes remitidas por Pablo Ager para esta entrevista ©)

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EN LA 1.ª ENTREVISTA:

Laura Cuello · Luis Ramiro · Vega Pérez-Chirinos · Pablo Ager · Lara Moreno · Emite Poqito · M.ª José Moreno · María Riveiro · Carmen Simón · Inés Thiebaut · Víctor Alfaro


- Web de Guillermo Ortiz López: www.guilleortiz.com/
▫ Artículo publicado en Revista Almiar, n. º 39, abril-mayo de 2008. Reeditado en septiembre de 2020.

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