Mirar un cuadro...
sentir una historia

Salvador Dalí
(Figueres - Girona; 1904-1989)

Presentación por
CARMEN LÓPEZ LEÓN

La biografía de Salvador Dalí ha sido suficientemente difundida como para excusarnos el repetirla aquí de nuevo.

Recordemos que, procedía de un ambiente burgués de provincias, comenzó con un academicismo que abandonó (siendo expulsado de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando por enfrentarse a sus profesores declarando incompetente al tribunal que debía calificar sus exámenes), para integrarse en el movimiento surrealista dentro del cual produjo sus más conocidas obras y para, posteriormente y tras ser asimismo expulsado por Bretón de este movimiento, dar un giro, que se interpreta como acomodaticio al capitalismo, a un nuevo clasicismo aún manteniendo los fondos y algunos elementos surrealistas, hasta un misticismo religioso que se plasma en sus famosos Cristo de San Juan de la Cruz y la Madonna de Port LLigat de los años 50.

Es asimismo conocida su relación con el poeta García Lorca y el director de cine Luis Buñuel a los que conoció en la Residencia de Estudiantes.

Su matrimonio con Gala, tras divorciarse esta del escritor Paul Eluard, supone para Dalí el encuentro más definitivo y enriquecedor de su existencia. Su amor por Gala queda plasmado en numerosos cuadros y la muerte de esta en 1982 deja a Dalí una inmensa soledad que perdura hasta su muerte.

El cuadro que presentamos: Muchacha en la ventana, es un óleo pintado sobre cartón en 1925 que se exhibe en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.

Dalí tiene sólo 20 años cuando pinta esta obra y toma como modelo a su hermana Ana María. Los contactos con el surrealismo no han influido todavía de manera apreciable en su pintura. Presenta una gran uniformidad cromática en la gama de los colores mediterráneos y una gran sencillez y equilibrio en la composición que nos introducen en una atmósfera de tranquila cotidianeidad, dominada por una luz contundente pero, al mismo tiempo onírica en sus transparencias.

Plantea el juego espacial donde es el personaje el que introduce al espectador en el paisaje, viendo así a ambos, como si nos encontrásemos también en esa desnuda habitación, de la que nos atrae su ventana al mar, fundiéndonos entonces con la muchacha que lo contempla.

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ILUSTRACIÓN: Salvador Dali NYWTS, By Roger Higgins, World Telegram staff photographer [Public domain], via Wikimedia Commons.