Tengo su nombre escrito en una piedra
Designio tácito en su historia
Insufrible en su posada final
Destapa el sufrimiento detrás de sus lágrimas
Roca y ceniza barnizada por el color de
las almas en libertad
Espejo retrovisor empujado a ver el
veneno fluir sobre jóvenes estudiantes de
la universidad La Cantuta
La impunidad malsana, agitó sus olas
También sobre Barrios Altos
Sosteniendo su lírica fúnebre
Sobre la intimidad encubierta de presunción
Hoy cada queja quebrada
Deja anémico el corazón social
Atraviesa a los deudos y amplifica su
dolor con un gesto lánguido
Y erige un monumento
Crea un ojo que llora
Destilando sus lágrimas
Hacia lo alto,
tomando distancia de la tierra
para que cada ser que lo vea
se moje con la consecuencia lógica
de la política del mazazo
y ponga coto al mirar impertérrito
cuando el sufrimiento ajeno
signifique compasión
y este círculo se rompa.
Atormentada
Entregada a los exquisitos trámites
de mi soledad
Descubrí en un sitio tan frío, como un messenger
Una pluma cálida, con una curva de dolor.
Era una joven que le ponía barniz a cada frase
Con una audacia vestida de modales
Causaba un vago cosquilleo
creaba espejismos
y los agitaba con el filo de una navaja
La densidad remota de mis párpados
Me invitaban al terreno de Morfeo
Pero la agonía en sus palabras
Pintaron un mural que se iba disolviendo
En medida que el torrente de sus expresiones
Articulaban sus estrellas absorbidas
Con lentitud maciza
Tenía una forma tan insegura
Que desafiaba el color de la tierra
El aire frío, y hasta su manera de caminar
Pronto surgieron las intimidades
Que no quieren apagarse al olvido
No había caridad para su memoria
Ofrecida a la melancolía de la expresión
Quise disfrazar su gesto torturado
Con ideas jocosas,
apagando esa especie de latido apocalíptico
Entonces brotaron las flores
Las fragancias untuosas
Líquidos aromáticos
Dentro de ese manantial de almas
Diferenciándose de los demás espíritus
Y el puño cerrado, se abrió
Y por fin vivió su guerra, pero de lejos.
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Maritza
Sara Luza Castillo,
periodista y escritora
peruana, se graduó en la Escuela Particular de Periodismo Jaime Bausate
y Mesa, en 1987. Ha colaborado en las revistas semanario Jaque y La Ciudad,
en la revista mensual del Conservatorio Nacional de Música (Noticiero
Televisivo RBC - Noticias canal 11 de televisión) y en el periódico La
Razón. Asimismo, ha participado en el periódico literario Etcétera, en
Azularte (Canadá) y en la revista literaria Isla Negra. Su relato Cansiano
fue seleccionado entre los 10 finalistas en el certamen Relato Hiperbreve
(Fundación Derechos Civiles) organizado por Civilia.
Contactar con la autora:
mariadelpilarmaluca[at]yahoo.com.ar
Ilustración poema: Pintura de Agustín García-Espina Martínez ©
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