Apenas te
vi
Apenas te vi
andabas errabunda,
como si con la angustia
de tus pasos decidieras
hender la vega del silencio
hasta puño de trizas.
Giacomo se vuelve inagotable
a cada inhalación de tu frente.
El sueño húmedo
martirizando tu aliento.
Incursionaba yo del plasma
al ángelus que es tu sexo pelado,
consustancial a lo propio de la magia.
Desiderativa de tu historia,
ibas construyendo
castigos irreductibles,
ensenadas cristalinas.
Caíste en la cuenta de que
toda plaza esconde catedrales
inmersas, negadas a la vista;
vagabundos, dioses, todos pasean
ahí palmo a palmo, desenterrando
al fin la forma del destino.
—una depresión o un sumidero
entre los muros de tu pecho.
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Alberto Romandía
Peñaflor
(Zapopan, 1978). Estudios:
idiomas y artes audiovisuales (Guadalajara); filosofía y teología (entre
la U de G y la E.-K. Universität, Tubinga, Alemania); investigación antropológica
(UDLAP). Realiza proyectos de labor social en comunidades mayas y huicholas.
Colaboraciones: diarios, revistas, radio y ponencias en congresos. Fue
2.º lector en la Ed. Max Niemeyer Verlag. Es talachero de la poesía.
Contactar
con el autor: alverkokotl[at]yahoo.com.mx
Ilustración poema: Fotografía por
Pedro M. Martínez ©
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