Son las de ayer
con una fantasía de Agatha Christie
con una sonrisa oculta entre los labios
y gloriosos juramentos de azúcar dorada
que nos prometimos con buenos augurios
cuando los besos solían perderse
en el musgo de las canaletas
entre edificios, parques y orquestas vecinales
quemé nombres escritos en papel
con el único convencimiento
de brujo mirador de certeras cartas
por eso me fui de espaldas
al sitio donde quince minutos
yo también les dije que las quería
y las abracé sintiendo sus senos en mi pecho
y me perdonaron mil veces
les enseñé a amar entre el 7 y el 9
entre incendios y girasoles
que giraban junto al fuego
escuché aullar a las desesperadas lobas
en el instante que cargaban
y se fueron dragando por el mar
dispuestas a coser sus ombligos
dispuestas a cruzar sus sexos
como fantasmas a medio vuelo
las imaginé desnudas con la boca abierta
grité con voz tridimensional:
desde que soy cometa en el averno
qué tono tienen sus sombras
no sé de sus caprichos femeninos
ni siquiera sé con exactitud
la medida de sus íntimas prendas
tracé el límite de lo invisible
las dibujé con punto cruz
las pinté a todas ellas color esmeralda
les puse aire acondicionado
les hice señas con mis manos de pianista
les canté por el micrófono de la plancha fría
y, finalmente, les llené de coraje
para que lloren con mis lágrimas.
La Poesía
La poesía no es materia bruta
(como muchos piensan)
la poesía es petróleo ardiendo en tu ventana
la poesía no es un coágulo de sangre en la cafetera
la poesía es preámbulos y ausencias
la poesía no es una mortaja riéndose del desgraciado
la poesía es un farolito rojo militando por las calles
la poesía no es un cubo congelado en la carretera
la poesía es mi hija andando con sus ojitos de sol
la poesía no es una máquina de calcular
la poesía es una integral entre el otoño y el verano
la poesía no es una flor desencajada en el espacio
la poesía es un tablero que pone en jaque a los corazones
la poesía no es en definitiva Banzer, Pinochet y menos
Mauricio Rajas.
A ustedes que
caminan por ahí
A ustedes
que caminan por ahí
haciendo tanto ruido
a los políticos de doble cara
a las monjas hechiceras
a Doña Beatriz que nunca supo comprender
el secreto de lo infinito
el lado izquierdo de la P
y ahora se queja
porque lleva piedras ásperas y oscuras
en la espalda
Yo he llegado
hasta aquí
besando tres veces la tierra
entre racimos que colgaban de los techos
y el arco iris muerto
como un corazón roto en el alma nocturna
del cielo las estrellas se desplomaron
del tiempo el dolor se desgarró
porque yo he visto llorar
a las prostitutas en el Prado
cuando mordían a chacales en sus regazos
y florecían soles negros a los pies de Cristo
También
he visto
pájaros tragando árboles navideños
beatas comiendo su rosario
niñas y niños jugando al huracán perdido
y ancianos gritando
sus penas y alegrías al viento
rostros que se encogían
como las hojas de otoño
sin más aire que la propia noche
Después
cayó el día de puntas
adolorido con su vientre deshabitado
con los ojos hinchados de pavor
con las piernas temblorosas
soportando la injusticia
en este maldito mundo
Y así me
fui a comer
al mercado de los agachados
como aparapita frente a
la pared
bastante perejil en mi plato
y pan duro que crujía entre mis dientes
Luego salí
al encuentro de la tarde
y me encontré con seres
que adoraban a dioses mutilados
yo que nunca fui a la Universidad
ni a escuelas del dogmatismo
yo que jamás utilicé ropas de marca
ni automóviles sofisticados
sospeché entonces que el Viejo Antonio
había resucitado
sospeché que las infames tiranías eran historia
y no le di vida al adjetivo que nada dice
Pero yo,
viejo yatiri de poncho multicolor
jamás creí en las uvas de Nochebuena
en querubines que custodian a los santos
y en sacerdotes de sotanas embrujadas
siempre he dicho
que la muñeca Barbie
es negra de nacimiento
que las leyes están hechas
para el que sabe burlarlas
que África es una mina de oro blanco
y que el eje del mal viene del Norte
atravesando el mundo
como un volcán en plena erupción.
NOTAS:
Los tres poemas que anteceden pertenecen al poemario inédito
Adentrarse por la tangente.
Aparapita: Palabra de origen aymara que significa
'el que carga'. El gran poeta boliviano, Jaime Sáenz, escribió
un bello ensayo titulado El aparapita de La Paz.
Yatiri: Curandero, hechicero. Indígena que practica
ciencias ocultas.
* * * *
JAVIER
CLAURE COVARRUBIAS.
Nació
en Oruro, Bolivia, en 1961. Es miembro del Pen-Club Internacional,
de la Unión Nacional de Poetas y Escritores de Oruro (UNPE)
y de la Sociedad de Escritores Suecos. Ejerce el periodismo
cultural. Tiene poemas y artículos dispersos en publicaciones
de Suecia y Bolivia. Fue uno de los organizadores del Primer
Encuentro de Poetas y Narradores Bolivianos en Europa (Estocolmo,
1991). Ha estudiado matemáticas e informática en la universidad
de Estocolmo y de Uppsala. Además, es egresado de Pedagogía
en Matemáticas de la Universidad de Estocolmo.
Formó parte de la redacción de las revistas literarias
Contraluz y Noche literaria. Algunos de sus
poemas han sido seleccionados para las siguientes antologías:
El libro de todos (1999), La poesía en Oruro
(2005) y Poesía boliviana en Suecia (2005).
Ha publicado Preámbulos y ausencias (2004) y
Con el fuego en la palabra (2006).
Contactar con el autor:
javcla[at]yahoo.se
Ilustración poemas: Fotografía por
Pedro M. Martínez ©