ALMIAR

Margen Cero


n.º 12 - Segunda época
julio/septiembre de 2009



Cristina Ghiorghiu

Blanca


Blanca es la noche
de la luna blanca.
Blanco es el día
del sol blanco.
Blanca es tu cara,
blanca tu piel.
Blanca es la cal
de mi Córdoba natal.


Al otro lado de la calle
blancas son tus flores
blancos mis amores.
Rojo es el deseo
de saber anochecer
y volverte a ver,
en la blanca noche
de la luna blanca.

Todas mis noches
sales a tu ventana
riegas tus flores
y riegas también,
el alma del que te espía
el alma del que te es fiel.
De quien te roba el momento
de soledad callada,
con quien compartes sin verlo
toda la calma.

Aunque no quieras niña
riegas mi aura.
Aunque tú no lo sepas
mía es tu ventana
y mío es el momento
en el que mojas mis canas.


Por las mañanas sales
y pasas por mi morada
mientras yo sigo
tumbado en la cama.
Las noches las paso en vela
por culpa del resplandor
pues cada gota que viertes
entra en mí con pasión.

Por las mañanas niña
no puedo salir a verte
el sol blanco me ciega
yo duermo plácidamente.
Mi ensoñación me lleva
a sentirte pasar
pero prefiero hacerlo
sin despertar.


Cada tarde al volver
noto tu presencia.
El aire se vuelve denso
siempre después de comer.
Pero tu paso lo llena
del aroma de tus flores
que traes para las macetas
de todos los colores.

Los tiestos relucientes
que cuelgas en las paredes
como deseos nuevos
sobre el blanco familiar,
me llenan de alegría
y me hacen pensar,
en el día en que dejes
las flores marchitar.
Pues salgas a por colores
y no vuelvas a regar.

Vuelve la noche y el día
vuelve el blanco
triunfa el sol
sale la luna
riegas la flor.
Y la flor florece
el blanco camina
me levanto,
me duermo,
pasa mi vida.

Con cada flor
una arruga,
con cada gota
una mía,
una lágrima
un suspiro
pues te alejas de mis días.


Y creció la niña bella
floreció la mujercita.
De blanco en su comunión iba
con la corona de flores
de su cabeza prendida.
Ya no riega en su ventana
yo no florezco en la mía.

Duerme la noche
duerme mi luna
duermo yo todos los días.
A las ocho estoy despierto
en la ventana maldita
para ver pasar a Blanca
bajo el blanco sol del día.


Blanca se casa esta noche.
Yo perdí mis blancos días,
y mis canas no son blancas,
ahora ya son amarillas.

Todas las flores del patio
¡todas! están marchitas.
Nadie las riega y el viento
las arrastra noche y día.

Su traje de cola llena
toda su calle
y la mía.
Hasta la puerta de casa
se aproxima su alegría.

Nadie abre los pestillos,
no fluye el agua,
no brinca.
Sigo mirando la calle
¿y si asoma mi chiquilla?
De pronto, su mirada,
enciende la noche fría.

Dos lágrimas negras llegan
desde su casa a la mía.
Los gritos del mozo se oyen
por toda Córdoba grita.
El Cristo de los faroles,
alumbra toda agonía.

Sin mi mirada no brilla
pues soy yo quien más la excita.
Los porticones cerrados
no soporta ver mi niña.
Necesita el blanco
entrando por los balcones,
que mi luz la esté observando
desde todos sus rincones.

Sin mi mirada no siente
sin la mirada no vibra.
Abre las puertas al sol,
a la luna,
y a mi vida.
Formo parte de la escena,
ella actúa, yo la miro,
y el mozo que grita y grita,
o lo acepta
o se retira.


Tanto gritaba de noche
tanto gritaba de día
que de Córdoba huimos
corriendo hasta Punta Umbría.

El sol caliente la playa
ya no hay canas amarillas.
El mar me baña la calva,
ella pasea su dicha.
La arena blanca la cubre,
mientras hago de vigía.
La espuma blanca la baña
la cal envuelve los días.


Entre pijota y pijota
conoce a un zagal mi niña.
La mujer surge de nuevo,
él se la lleva a Sevilla.

Tres noches con sus tres días
estuve yo de vigilia.
En la azotea de casa
para ver si ella volvía.

Volvió sola, al tercer día.
Mas,
eran dos las que venían.
La mujer Blanca,
la niña Blanquita,
que en su vientre se escondía.

Las redondeces de ella
como la luna crecían.
Nos fuimos los tres a Huelva
para alumbrar a la cría.

Ellas viven en su casa,
yo las observo en la mía.
Desde mi balcón puedo
llegar a tocar sus días.
Sus prendas íntimas cuelgan
blancas frente a las mías.
Banderas de luz parecen
mecidas bajo la brisa.
Banderas de carabelas
que el Nuevo Mundo avecinan.
La nueva vida de Blanca,
la mía y la de su hija.
El refugio de Colón,
ahora es mi guarida.


Hoy se ha cerrado el balcón
Blanca se ha ido dormida.
Negro es mi corazón
oscuridad es mi vida.
Blanquita tiene los ojos
rojos de tanta ira.
El sepelio ha sido breve
flores blancas y mantillas.

Nos hemos quedado solos
la luz se apagó deprisa.
La luna llora su ausencia
el sol no sale de día.
Las nubes lo cubren todo
son nubes negras de tinta.
Llueven lágrimas de plata,
de plomo, según Blanquita.
El cielo se abre y vomita
un blanco rayo que grita.
Con el dolor nos volvemos
¡Córdoba cerrará la herida!
A ver si el blanco de antaño
nos ciega y nos ilumina.

Y creció la niña bella
floreció la mujercita.
Riega las flores del patio,
pasea toda su dicha.

Voy a partir con su madre
Blanca me necesita.

Bajo mis sábanas blancas
recuerdo sus blancas flores.
Con su sonrisa me duermo
su resplandor me recoge.

No siento miedo ni pena
ella alivia mis temores.
Al otro lado me espera
con las ventanas abiertas
para que yo la contemple
para que siempre la adore.


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CRISTINA GHIORGHIU LORENTE. Es Graduada Social y Diplomada en Ciencias Empresariales. Escribe relato y poemas. Su relato breve Frente al Luche recibió el 1.º Premio en el II Concurso de Relato Breve José Luis Gallego, convocado por AVA y por el Taller Literario Pluma y tintero. Ha publicado también Remiendos, otro cuento breve, en la Revista La UrraKa.

Contactar con la autora
cghiorghiu[at]gmail.com

Ilustración poema: Fotografía por Pedro M. Martínez ©


Sumario del n.º 12 de Mar de Poesías:

Alejandra Gianello Alejandro Morales Alfredo Lavergne Ana Patricia Moya Carlos Almonte Cristina Ghiorghiu David Fernández Rivera Elizabeth Quezada Eulogio Díaz Florentino Gutiérrez Gabela Francisco Pinzón Guillermo Sastre Ignacio Viana Javier ClaureJosé M.ª Barredo Juan Pomponio Juan Carlos Vásquez Juan Leandro Alzugaray Luis E. Mejía Godoy María Alejandra Crespin María Carmen Guzmán María Laura Gandolfo Norton Contreras Paolo Astorga Pedro Pérez Vilas Rocío Soria Romina Bobadilla Rubén Lapuente Víctor Corcoba Yamila Greco




Separata publicada en el n.º 47 (julio/agosto 2009)
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