Adentro.
Ojos alados de azul.
Entro.
Una mujer y una barca.
Ojos salados de azul.
La mar negra, negra piel,
bahía reflejada en el espejo de Narciso.
Mar.
Sólo mar.
Los hombres luchan atrapados
en el chinchorro violeta,
ya muerte, ya mar.
El bostezo estira sus brazos.
La noche es media.
Extiende la barca sus piernas, rema.
La joven ya vieja se evapora y
cae lluvia sobre la arena.
El falo se yergue al infinito,
ojo salado de luz
perdido en la soledad.
Las gaviotas dan cuenta del naufragio.
Amanece. Semicircular la nada
Nada torpe.
El amor camina solo,
Ya tierra, ya cielo, ya mar.
En vano
En vano la soga, la viga.
Luz en el dorso del caballo.
El cura y sus parábolas del perdón.
Nadie supo que moría.
Ella se deslizaba, música en otro cuerpo.
En vano viga nueva.
Caballo, luz, cura.
Ella. La música, otro cuerpo.
El tiempo, descolgar cadáveres.
Soga y muerte juegan a brincar la cuerda.
En vilo el aire cristificó al hombre.
Sudaba calor a sangre.
Dos de la tarde.
A ritmo gotas caían de la boca.
Las pupilas árboles, verde y distancia.
Saboreó un trago de pulque.
Sintió su levedad.
Nadie supo que moría.
Sudor en vano, sangre, dos de la tarde.
Verde, distancia, boca.
Soga, muerte, brincar la cuerda.
Sombra, luz reflejada en la tierra.
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JOSÉ ANTONIO
GIL. Nació en
la Ciudad de México en 1961. Es Licenciado en Actuación por el Instituto
Nacional de Bellas Artes (INBA). Realizó estudios de Lengua y Literaturas
Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México y Creación Literaria
en la Sociedad General de Escritores de México. Sus textos han aparecido
en Revistas Culturales como Cañasanta (Revista de Arte y Literatura
Latinoamericana en Canadá) y Armas y Letras (de la Universidad
Autónoma de Nuevo León, México).
Contactar
con el autor:
lofraic[at]prodigy.net.mx
Ilustración poemas: Fotografía por
Pedro M. Martínez ©
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