SOBRE EL MOTIVO
(tres poemas)
Es preciso cantar
agotar la zozobra del
espejo
buscar la tregua
el paisaje de los
sueños
y desde el fondo de la línea del
naufragio
extraer la desnudez
el éxtasis.
Pero vemos
Una madre
abrazando a los hijos
(despedazada esperanza)
su corazón
ahogado en las angustias.
Derrumbe de materia
sobre ángeles caídos.
A veces
el canto es una empresa
insostenible.
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(A raíz de fotos de bombardeos en Irak)
Pequeño vuelve a
nacer
de ésa tu vida que es sólo
un trámite de ceniza.
Tal vez en algún
lugar
estalle un colibrí
en mil relámpagos
para darse flor en el espacio.
Yo sé que a la hora
del hambre
crece una espiral violenta en el estómago y
no hay poema que alcance.
Tus ojos reclaman de mis manos
pero sé que es imposible
darse a tantos.
Busco en la intemperie
los sones de la tarde
e irremediablemente
encuentro la vastedad de mi impotencia.
Un volcán hace un
nido
de sombras y excrementos
en mi lengua.
La ciudad Luz
esconde sus tinieblas
al mundo hedonista y
al mundo del consumo.
Venidos de ese otro que llamamos tercero
(más cercano del cuarto)
los inmigrantes
ofrecen sus productos:
un pañuelo con flores
cualquier artesanía
¡hasta una acuarela en la puerta del Louvre!
En mi mente aparecen
sus figuras delgadas
con la piel emulando
al cobre y al azufre
y en los ojos un brillo de paisajes lejanos.
Tercamente
la lengua de estos inmigrantes
se adapta a las demandas
dejando en el camino
mezcla absurda de signos
y vocablos folclóricos.
Pero hay una figura
instalada en mi pecho
con presencia ciclópea de una estaca clavada
y vuelve con la fuerza de las mareas altas.
Es aquella mujer con su mano extendida
en la puerta del Metro
súplica viva
reclamando en su ruego
a nosotros
caminantes de paso
lo que el mundo le niega.
Una marca violeta en uno de sus ojos
señala la violencia
maltrato repetido.
Este círculo
me llevó a otro plegando escalofríos
donde conviven las sombras de los platos
y lechos hacinados con vahos descompuestos.
También hay niños con mirada de adultos
y moscas zumbando
en forma impertinente.
Esa mujer…
Esa mujer...
Es una cruz en el Metro.
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Bertha Carou.
Vive en Lincoln,
provincia de Buenos Aires, en donde desarrolla su actividad como docente
de Letras. Trabajó en varios Talleres Literarios de adolescentes y adultos
en Gral Villegas y en la ciudad en donde vive. Actualmente sólo ejerce
la docencia a nivel terciario en el Conservatorio Provincial de Música
de dicha localidad.
Ha obtenido varios premios en poesía en el país y en el extranjero. También
premios y menciones en cuento breve como en el Concurso Puro Cuento (2º
Premio).
Publicación en Antología de Cuentos regionales argentinos: La llanura
pampeana, Editorial Colihue. (Julio de 2000). Publicación Del exilio
y otros mundos (poemas), Editorial El zahir (octubre de 1998). Integra
la selección de poetas por la Paz en la web, Poets against the War
cuyo libro editado agotó los 35.000 ejemplares (mayo de 2003).
Ha colaborado en Revistas virtuales como Sensibles, El arca del sur y
revista virtual Mizares.
bcarou2004[at]yahoo.com.ar
FOTOGRAFÍA EN POEMAS: Javier Arcenillas © (participante en la
III Muestra de Fotografía Almiar).
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