música y músicos

Ennio Morricone

Ennio Morricone nació en Roma en 1928, y ha destacado como compositor clásico, arreglista y músico acompañante de estrellas de la canción italiana aun antes de dedicarse al mundo del cine. El viejo refrán castellano, «de tal palo, tal astilla», se vuelve a cumplir en Ennio, ya que su padre, Mario Morricone, se dedicaba a tocar la trompeta. Diplomado en el Conservatorio de Santa Cecilia en tromba, composición, instrumentación, dirección de banda y música coral, es uno de los más célebres y prolíficos compositores del siglo XX, con más de 500 partituras en su haber.

Su obra abarca multitud de géneros musicales y ello le ha valido para destacarse como uno de los compositores más conocidos del siglo XX. Debutó en el cine con El federal (1961), de Luciano Salce. Llegó a la fama en1964, con la banda sonora —que firmó con el seudónimo de Don Savio— de Por un puñado de dólares (Per un pugno di dollari), de Sergio Leone, la película que marcó el inicio del gran éxito popular del «spaghetti western» (catapultando al estrellato, de paso, al actor-director norteamericano Clint Eastwood) y por la que recibió el premio Nastro d´Argento.

En las obras siguientes del compositor romano —La muerte tenía un precio (Per qualche dollaro in più), 1965; El bueno, el feo y el malo (Il buono, il brutto, il cattivo), 1966; Hasta que llegó su hora (C’era una volta il West), 1968; y la saga de los gángsteres de Érase una vez en América (C’era una volta in America), 1984;— siguió ofreciendo destacadas composiciones basadas en un estilo personal que utilizaba de manera particular las posibilidades de la manipulación de diversos sonidos, incluidos los producidos por los humanos (a veces con claros tintes étnicos): a este último respecto resulta inolvidable el silbido que se escucha en la banda sonora de La muerte tenía un precio o el sonido de fondo del reloj en las escenas finales de la misma.

Morricone supo integrar con habilidad y especial sentido coral los géneros musicales más diversos: jazz, música clásica, rock sinfónico, música étnica, etc. y se convirtió en uno de los compositores más solicitados por los directores de cine del mundo entero. Es bien conocida su opinión de que una banda sonora no pertenecía al compositor sino a la película que la inspiraba. En Italia compuso destacadas bandas sonoras para La batalla de Argel (La battaglia di Algeri), 1966, y Queimada!, 1969, ambas de Gillo Pontecorvo, un director de militancia comunista que participó con Morricone en la composición de la música de la primera citada; Supongamos que una noche cenando... (Metti una sera a cena), 1968, de Giuseppe Patroni Griffi; Investigación sobre un ciudadano libre de toda sospecha (Indagine su un cittadino al di sopra di ogni sospetto), 1970, de Elio Petri; Sacco y Vanzetti (Sacco e Vanzetti), 1970, de Giuliano Montaldo; El Decamerón (Il Decamerón), 1972, de Pier Paolo Passolini y Novecento, 1975, el gran fresco político y social de Bernardo Bertolucci que mostró a todo el mundo —entre otras cosas— la belleza y la fuerza revolucionaria contenida en el cuadro Il Quarto Stato, del pintor italiano Giuseppe Pellizza da Volpedo. Morricone trabajó, asimismo, en toda Europa y Estados Unidos, logrando excelentes resultados con El clan de los sicilianos (Le clan des siciliens), 1969,de Henri Verneuil; Maddalena (1972), de Jerzy Kawalerowicz; La Misión (Mission), 1986,de Roland Joffé; Los intocables de Eliot Ness (The Untouchables), 1987,de Brian De Palma, y Frenético (Frantic), 1988, de Roman Polanski, entre otras.

Entre los numerosos premios obtenidos del compositor, destacan el León de Oro por su carrera, que le concedió el Festival de Cine de Venecia, en 1995, además de haber sido nominado en cinco ocasiones a los Oscar. Hasta el momento no ha recibido el premio de la academia hollywoodiense, aunque muchos reclaman que se reconozca, por fin, su talento por parte de la misma; los mal pensados afirman que nunca se lo darán pues es bien conocida la falta de interés del compositor por el estilo de vida de los USA hasta el extremo de que no habría querido aprender el idioma inglés.

La carrera musical de Morricone se inició con una trompeta en las manos cuando solo tenía diez años. Gracias a uno de sus profesores —Roberto Caggiano— tenemos ahora la posibilidad de escuchar la música abierta, sincera, creativa y siempre conmovedora de este músico italiano que trabajó con todos los grandes directores de su época. Escribía música para las películas, humildemente, decía, pero aquellas películas en donde participó le inspiraron unas composiciones musicales que por su genio y poder visual se inscriben entre las mejores páginas musicales de la historia.


Ennio Morricone Cannes 2007.jpg

Ennio Morricone Cannes 2007, por Olivier Strecker.
Trabajo propio
. Disponible bajo la licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia.


Dulce Pontes

por José Miguel Jiménez y Pedro M. Martínez
(Ilustración: Dulce Pontes & Juan Carlos Cambas, By Clara de noche (Own work)


Dulce Pontes, nacida en Montijo (Portugal) en 1969, ganó el Festival Nacional de la Canción de su país en 1991. Ese mismo año representó a Portugal en el Festival de Eurovisión, donde obtuvo un octavo puesto y el premio a la mejor intérprete. Fue la primera vez que Europa oyó la voz de fado de Dulce Pontes.

Desde aquel momento su vida da un vuelco. Pontes, que quería ser bailarina, parte en busca de una identidad propia. Se sumerge en las raíces de la música portuguesa, y consigue reanimar a un «muerto»: el fado, que parecía acabado después de la muerte de Amália Rodriguez. El fado, un género que «...como dice la palabra, es vida... expresa las emociones, los sentimientos y por eso es universal. Siempre se asocia con la tristeza, pero no es así, también refleja lo bueno de la vida, el amor, lo bonito de las cosas» —en palabras de la fadista Mafalda Arnouth— se adapta, revive en la voz de timbre único y melancólico de esta mujer.

Dulce hace algo más que repetir algo que ya estaba hecho. Lo reinventa, lo recupera y lo eleva de nuevo a la categoría de arte del y para el pueblo. Si José «Zeca» Afonso representó al nuevo Portugal de los años setenta con su canción Grandola Vila Morena (y toda su obra, por supuesto), emitida por Radio Renazença como consigna para poner en marcha la Revolución de los Claveles, Pontes se ha convertido junto a Madredeus y Misia en los exponentes de la generación de los noventa, que ha propiciado la renovación de la música popular lusa y del fado. Su voz luminosa no se puede encerrar en un sólo estilo y su manera de cantar, inconfundible, la sitúa entre el elenco de los músicos singulares, de aquellos que cuando se escuchan son conocidos de manera inmediata por todos.


Dulce Pontes


Bailarina frustrada, como decíamos, comenzó trabajando en el mundo de la publicidad hasta que alguien se fijó en las posibilidades de su voz, a finales de los años ochenta. A los dieciocho años, obtiene su primer éxito en un concurso de comedia musical. Después, cantó en el Casino de Estoril, en un espectáculo nocturno en donde recuperaba el repertorio de Shirley Bassey (la diva de potente voz que interpretó, entre otras canciones, "Diamantes para la Eternidad"), lo cuál demuestra la versatilidad de su voz.

Desde aquel mundo elitista, Dulce Pontes gana, en 1991, el Festival Nacional de la Canción y en el mismo año representa a Portugal en Eurovisión, quedando en un octavo puesto con el tema "Lusitana Paixao".

En 1992 publica su álbum Lusitana y al año siguiente su segundo trabajo, Lágrimas, que la convierte en una cantante mundialmente conocida. Le siguen A Brisa do Coraçao (1995), un doble álbum grabado en directo en Oporto. En 1996, publica Caminhos un álbum en el que pone música y voz a poemas de Fernando Pessoa y Castelao; más tarde, tras realizar colaboraciones en discos de Andrea Boccelli (el populista tenor ciego italiano) o los brasileños Simone y Caetano Veloso (recordemos aquí la extraordinaria intervención de éste último en Hable con ella, la película de Almodóvar), publica O Primeiro Canto, un álbum en el que regresa a un viaje étnico por diversos lugares de Portugal tras la huella de distintos cantantes populares. En este trabajo, destacan las colaboraciones del percusionista hindú Trilok Gurtu, el saxofonista Wayne Shorter, las voces de Maria Joao y Waldemar Bastos y la trikitixa de Kepa Junkera, el músico bilbaíno.

De la mano de Morricone, Dulce Pontes llega ahora, con Focus, a la magia, utilizando sus propias palabras. Un paso adelante más de esta cantante que, para su sorpresa incluso, ha sabido rescatar y remozar la canción popular portuguesa.


Canciones de Focus

Traducciones de letras de canciones incluidas en el disco Focus (Dulce Pontes y Ennio Morricone - 2003)

Barco abandonado

Mi barco abandonado
escuchando la voz del tiempo
en la margen del río.

Sin imágenes
escuchando la voz de las tormentas.
Anochece con un canto sombrío
sobre las rocas del muelle.

Mil despedidas en mis ojos
para mi barco, ahora prisionero.
Se convertirá en un viajero
libre, para navegar mar adentro.

Mi barco abandonado
en oscuridad de la noche
cuídate del viento y de la lluvia.

Abandonado aquí
como un lamento olvidado
a la sombra del muelle.

Mil despedidas 
te he visto sonriéndome 
desde el paraíso, mi amor.

Sobre el paraíso sé que estaré
                         [cuando te encuentre,
amor mío.

Cine Paraíso

Hubo una vez un toque de magia
una danza de sombra y de luz
de sonido y de fantasía
como un ritual que me seduces
cine que me das tantas alegrías.

Deja la música crecer
en la pantalla plateada de mi corazón
juro haber visto el niño que siempre fui.

Mi soledad pronto se irá cuando oscurezca
y mis ojos iluminen esta habitación oscura.

Mi corazón aprendió a volar a 24 
                          [imágenes por segundo
en este teatro llamado Paraíso
en el que puedes llorar y también sonreír.

Tu amor

A medianoche me despierto y estás
                                      [a mi lado
me acaricias y tranquilizas, transformando
                               [la oscuridad en luz.

Me despierto y te veo como antes
mi corazón late muy fuerte por encontrarte cerca
por sentirte muy cerca una vez más
por sentir tu amor una vez más.

Tu respiración me fortalece
aunque la vida nos separe
ahora cuando la noche parece eterna
tu amor brilla en mi corazón...

Tu amor brilla en mi corazón.

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Relato por Pedro M. Martínez y vídeo con la lectura del texto en Ràdio Kanal (Barcelona)

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