artículo por
Gustavo Catalán
L
a sal, no sabría decirles si marina o sal de mesa, se incluye en numerosos títulos de novelas. Y no se trata de que otros sustantivos se empleen más o menos, sino que el hecho me viene llamando la atención por lo que seguirá. Como ejemplos de entrada, ahí tienen Palabra de sal de Mónica Collado, La sed de sal (Gonzalo Hidalgo), Los cristales de la sal (Cristina Bendek), La jaula de sal (Ibon Martín), Flor de sal, de Susana López…
Pero junto a ellas, otras también con sal tienen como autores/as a escritores que forman o eran, si ya fallecidos/as, parte del colectivo LGTBI; obras que porcentualmente y según mi apreciación superan con mucho a las «saladas» de autoría heterosexual, lo que lleva a preguntarse el porqué esa deriva de gais o lesbianas a condimentar su producción con semejante reiteración, haciendo de la sal un frecuente ingrediente de su producción literaria.
El precio de la sal, de la americana y conocida lesbiana Patricia Higsmith, fue publicada en 1951 con el seudónimo de Claire Morgan y reeditada, ya con su nombre y retitulada Carol, en 1989. Por lo que hace a varones homosexuales, ahí tenemos La sal de la lengua del portugués Eugenio de Andrade, La ciudad y el pilar de sal (Gore Vidal), La estatua de sal, obra del mejicano Salvador Novo, L’adolescent de sal, publicada en los años setenta por Biel Mesquida o, por ser ya suficiente para cimentar el enigma sobre tamaña atracción, La sal, segunda novela del francés —nieto de republicanos españoles exiliados allí— Jean Baptiste Del Amo.
A día de hoy, pese a mi curiosidad, no dispongo de explicación convincente sobre la cuestión del por qué la sal, fuente de vida y básica en la cocina, goza de semejante atractivo en la inspiración literaria del colectivo reseñado. Quizá el tema de la homosexualidad, presente en bastantes de esas obras, o la de sus creadores, fuese hasta hace poco controvertido, repudiado y de ahí la sal como metáfora con la que afirmar su diferencia y mantenerla en salazón en espera de mejores tiempos. De no ser el caso y conocer alguien una mejor interpretación, estaría encantado de acabar con este interrogante.
J. Gustavo Catalán Fernández. Es Licenciado en Medicina por la Universidad de Barcelona, y Doctor en Medicina (1990) con la calificación de Apto Cum Laude. Médico Residente y después Adjunto en el Servicio de Oncología del Hospital de San Pablo de Barcelona. Es también especialista en Medicina Interna y Endocrinología (Univ. de Barcelona), diplomado en Metodología Estadística por la Universidad de París y en Sanidad (Escuela Nacional de Sanidad, 1982).
💻 Web del autor: Contar es vivir (te)
(https://gustavocatalanblog.com/)
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ⓘ Este artículo fue publicado originalmente el 30.09.2024
en el blog Contar es vivir (te).
🖼️ Ilustración artículo: Imagen realizada mediante técnicas de IA
Revista Almiar – n.º 137 ▫ noviembre-diciembre de 2024 ▫ 👨💻 PmmC ▫ MARGEN CERO™
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