Hoy apareció una calumnia, se quedó parada sobre mi hombro y me daba picotazos en la oreja, así… despacito; con algo de dolor un poco ajeno quería espantarla pues era molesta y no me dejaba concentrarme y escupir mi ennegrecida rabia sobre la hoja blanca… (Tres relatos breves por Adán Echeverría).
Como Dios en su séptimo día: cansado, pero satisfecho de su labor. Así se sentía Evaristo cada tarde al salir del trabajo. (Relato hiperbreve por María Jesús Pérez Barrios).
Como aprendí en la academia: arma cargada, quito el seguro, apunto al sospechoso y le advierto de que si hace algún movimiento extraño, dispararé… (de «El novato»). Cinco microrrelatos por Alfredo Martín Gómez.
[…] Mi perro nació con una discapacidad. No puede doblar la pata izquierda trasera; un músculo ausente impidió que se pudiera articular. Sin embargo, todas las premoniciones médicas nos hablaron de su fuerte supervivencia, por eso ladra a todo el vecindario… (tres hiperbreves por Sandra Raquel Barrera Andrada).
Pasábamos mucha, muchísima hambre. No quedaba pan ni forraje, y las culebras desaparecieron con las primeras nieves… (tres relatos muy breves por Domingo Alberto Martínez)
«Caímos en el aburrimiento, pasamos del paroxismo al tedio. Las coincidencias del ayer ahora son contradicciones. El sexo es la puerta donde nos encontramos, pero ¿hasta cuándo?» […] (De La salida). Cuatro hiperbreves, por Rubén García García.
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