Camino (14.04.2007)
Las sombras de los árboles en la carretera,
el banco,
cantan los pájaros,
el muro de piedra,
el verdor.
Las vacas pastando.
Suena el cencerro.
Y así es todo.
Poemas y fotografías
por
Víctor López Pérez-Fajardo
Camino primitivo del norte hacia Santiago
(08-05-2008)
Musgos que visten piedras
en el lecho
de aguas de piel límpida
y transparente,
exuberantes en su juventud
de río que comienza.
Abedules arropados de
líquenes ceniza,
también robles
con hojas de manos abiertas,
colonizados por hiedras
trepadoras y astutas;
avellanos urdidos de unidad
con verdor nuevo.
Los helechos tapizan
el suelo
acolchado de humus infinito.
El paso pergeñado
de pensamiento,
arriba una mirada
impresionista
de vacas en pastos
casi verticales,
tamizadas de brezos
en blanco y rojo,
pintando
en la pizarra de la memoria,
anotando
con ascensión constante
al puerto de Palo.
Desierto de Namibia
(julio de 2003)
Color, sombra. Luz y forma, pasmada la mirada mientras el corazón se agitaba. Mar de arena, olas eternas, movidos tus granos por el viento prisioneros los hace el tiempo; mi pisada de huella pasajera apenas mi memoria la hará duradera, como estáticos fantasmas los secos árboles del valle de la muerte en este desierto de Namibia, inerte.
Andanzas por Kenia
(1985)
Nubes de algodón
decorando la sabana
de calor aliviada
por el alto camino
que hasta el Kenia
montaña nos lleva
nuestro cargado paso
de ensueños cansado.
Parches de hiel para calmar la ausencia
(septiembre de 2015)
Surgió la calma, surgió la queda
cruzando al istmo de Curlandia,
cerca de Klaipeda.
En su temprana caída amarillean
las titilantes hojas de los alisos,
espejeantes blancos cisnes
cimbreando las límpidas aguas
de los grandes lagos.
Milenarias resinas con nombre de dulce,
dunas saharianas derivando al sur
hacia Kaliningrado,
cordón de tierra asido al continente
que encierra la inmensa laguna.
Playas harinosas al este sobre el mar Báltico,
atenazada la cosmopolita mirada
por el barroco de Vilnius,
flanqueando el tren la espesa niebla
en fantasmagóricos convirtió los árboles
la interminable llanura.
Tonga Soa*
Madagascar (mayo de 2010)
Despojos de Adidas. Gentes orilladas por los caminos también por la vida. Cabañas de nervios de bosques, de hojas de palma sus techos, manos que baten saludos vestidas de sonrisas desde la profundidad de las sombras. Mascarillas de opera china para cultivar la frescura de diversas plantas raleando su sur. Graníticas montañas con cuestas de calzada romana cementerios de cuernos e historias policromadas. Navegamos placer en el canal de Mozambique, sudamos camas tan diversas que todas parecieron la misma. Plantas patas de elefante, minúsculos nepenthes, aprendices de baobab, y también los auténticos testigos permanentes de la vida cactus de brazos apulpados, chumberas invasoras saciadoras de hambre sembraron nuestro camino hasta el Cap Saint Marie encuentro de mares sobre acantilados de este fin del mundo. Figuras que brillan bajo las pesadas cargas, peinados trabajados como surcos en la tierra, sonrisas que calientan el alma. Fortalezas de adobe, graneros de tierra, colinas genista, montañas paralelas marcaron nuestro norte con palmeras. Mosaicos de campos de arroz Ríos eternos, buganvillas, tamarindos; en nuestros recuerdos cruzamos puentes dimos caramelos dulzor recibimos. Y las risas fueron nuestro diario manto.
* Bienvenido
Malta
(mayo de 1986)
Reflejarán mis iris la isla de Manol
cuando el sonido de campanas desvele mi sueño.
Acuciante vuelo de palomas
siempre sobresaltado,
oyendo tu gorjeo
en el amor siempre pienso.
Empedradas cuestas de historia,
arabizada lengua,
corsete mediterráneo a la tierra yerma
con peso de encrucijada.
Conquistada por todos,
tu voz azul cuajada de sol,
descompuesto el amarillo de tus casas
camufladas de ti misma.
Participante arrogante de mar culto
en castellano bordados tus escudos obsoletos,
imaginarias bordeando tus esquinas
con escocés acento el inglés en las tabernas.
Compensarás su tiempo a otro viajero
siempre superviviente y reciclada.
Paseo por Guadalix
(18 de mayo de 2020)
En contraluz mar de plata, las desbordantes y vigorizadoras aguas necesarias más que nunca en esta primavera, las colinas espejadas de mirar de caramelo se anteponen a nuestra vista al Mondalindo y la sierra de La Cabrera. En el camino el olfato se endulza con la belleza de la madreselva, suaves se deslizan las fochas en cuadrilla dibujando puntas de flecha; cruza en vuelo un rabilargo en contraste su azul con el absoluto del cielo; la familia ánsar inicia en hilera su paseo: la madre vigía, el padre vigilante para ojos escrutadores. Las orquídeas, diversas, diminutas, guardan su belleza e ingentes y silvestres macizos de flores de arco iris riegan los verdores.
Verano de 2021
Se cimbrean las hojas de las palmeras por el viento. La sombrilla vegetal tamiza los rayos solares y el tiempo, que cada vez se presume más corto, se hace eterno. Subyace siempre el poso que dejamos en nuestro caminar hambriento, casi siempre nos pesa pero otras es ligero como suave brisa que impregna sensaciones en las que nos recreamos como si fuera el último de los lametazos al mejor helado del mundo. Vivir a veces como bulto es necesario, creamos frases que nos sirven como balsas para continuar la travesía acurrucados en nosotros mismos, atisbando cualquier posible naufragio cercano. ¡Ay!, ligero rayo solar que impulse nuestro halo vital librando tal naufragio inmarcesible.
Rapa Nui (1998)
Absoluta, navegante estática sobre aguas inermes, braceante en el tiempo que más que nunca se parece plano. En mi vista de pájaro dulcificada de totoras resbalaron tus volcanes como conos de caramelo. Tu magma compactado por el quehacer de la historia se horadó con el espíritu del hombre y en vigilantes ídolos convirtió, que otearon la sombra de sí mismos en su quietud omnipresente.
Saltery Bay
Canadá. (25.06.2015)
Entremezcladas las ondas oceánicas
suavemente mecen
las salpimentadas estrellas de mar
en el lecho de rocas amarillas.
Bordeándonos,
el bosque primigenio se alza indemne,
los frutos esperan el regreso del oso
y, así, todo acurruca nuestra alma
a través de nuestra mirada absorta.
Víctor López Pérez-Fajardo. Madrileño, montañero y viajero.
📸 Otros reportajes y textos de este autor: Diario de un viajero I y II · Diario de un viajero (III) · Viajar · Arco iris por el mundo
Ilustraciones y poemas por Víctor López Pérez Fajardo ©
Revista Almiar (Margen Cero™) • n.º 127 • 👨💻 PmmC • marzo-abril de 2023
Lecturas de esta página: 229
Magnífica combinación de arte fotográfico y poético.
Muchas gracias por tu comentario Carlos. Me alegra tu opinión. Un saludo.