relato por
Víctor Parra Avellaneda
A la Dra. Fabiola Solórzano Ibarra
Estvdiante de la Universidad de Tepique crea método para transpheryr el pigmento de las plvmas de los dragones alados (Xanathes) a textiles
Ghazzetta Đ Málagga
De el Lvnes 24 de Octvbre de 1536
Daitzé Yn-Ohmaek, estvdiante de alquimia solar de la Vniversidad de Tepiqve, ha sido galardonada con el Premio Nacional de Investigación de Ciencias Alqvýmicas, otorgado por el Tlatoani Awi-Zoethl, gobernante del An-Awanac, por desarrollar una técnica novedosa para extraer el pigmento de las plumas de los dragones alados azules, más conocidos como Ste-longxs (palabra de origen oriental), o bien, xanathes, en Náu-haelt, que es la lengva franca hablada en la región. El nuevo método supone un gran avance en la industria textil, al ser el primer caso documentado de una transferencia de pigmento animal a uno vegetal, por medio de una técnica no invasiva que permite aprovechar las propiedades colorimétricas. La entrevista fue en el idioma Náu-Haelt, pero para comodidad de los lectores de Hyspannia y otras regiones de la península de Evropa, la entrevista fue traducida a nuestro idioma.
N
uestro corresponsal en turno, el periodista Carlos Linnares de Hverta, originario del país de Evskkaddy, radicado en An-Awanac desde hace diez años, fue a cubrir esta nota exclusiva, yendo a la capital del Reyno de Xalisco, a la ciudad de Tepiqve para entrevistar a la galardonada.
Carlos Linnares de Hverta: Señorita Daitzé, muchas personas, al saber de su descubrimiento, mostraron sorpresa, pues el pigmento que ha transferido a las telas ha sido el de los shelongs, o más conocidos como dragones emplumados, del tipo de los quixkales, o bien, los xanathes. ¿Qué la llevó a tomar esta decisión? ¿Por qué este shelong y no otra criatura?
Daitzé: El xanathe es una especie de dragón emplumado que me gusta mucho. Sobre todo, por su canto. Son animales muy sonoros, todo el tiempo andan cantando, aunque sea de noche. Además de ser el animal del escudo de todo el An-Awanac. Es el preferido por nuestro tlatoani Awi-Xoethl, el elegido por los designios del Sol y las estrellas para ocupar el trono de nuestra nación. Entonces, con esto quise darle un obsequio a nuestro gobernante, luz de las estrellas y manto del firmamento, haciendo para la ocasión una manta con el color de un xanathe. Aparte de hacerle ver la utilidad de la ciencia que se hace en esta pequeña región.
CLH: Realmente una estrategia muy ingeniosa. Por favor, describamos ahora cómo logró transferir este pigmento en particular.
Daitzé: Fui a uno de los parques de la ciudad de Tepiqve, donde hay grandes zargazos arborescentes, de esos muy altos, donde anidan los shelongs de tipo xanathe. Los nidos de estos dragones emplumados se distinguen de las otras aves y reptiles-avianos porque son muy desordenados. Usan de todo para sus nidos; desde ramas, telas, monedas, entre muchas otras cosas. Por estas señas es fácil saber donde anidan. Así que, una vez identificados los nidos, tomé varias de las plumas que tiran cuando vuelan, las llevé a mi laboratorio y las traté por varios procesos químicos para hacer más fácil conectarme con los orbitales atómicos de las moléculas de las plumas.
CLH: Realmente es destacable y muy admirable el hecho de que este método ideado por usted retome los protocolos tradicionales de la alquimia que se ha manejado en An-Awanac durante varios miles de años. Algunos de los más grandes científicos de nuestra historia llegaron a desarrollar técnicas novedosas usando inscripciones de mercurio, otros emplearon minerales especiales, y otros más hicieron hornos para cocinar los elementos a temperaturas muy altas. La alquimia ha sido más que nada usada, históricamente, para fines destinados a la metalurgia, con la cual hacer espejos y joyas resistentes al paso del tiempo, y la medicina, para elaborar remedios poderosos. Pero, hasta ahora, el caso que usted plantea con su trabajo, supone el primero relacionado con la industria textil ¿Cómo fue aquí el proceso?
Daitzé: Para mi procedimiento se emplean muchos de los métodos tradicionales, como el mercurio. Este se usa para bañar las plumas, así se eliminan impurezas y se conectan con los astros, también se le pasan algunas barras de cobre de montaña para aumentar la conductividad eléctrica. Después, sobre las plumas, se coloca sobre una lámina de oro cargada negativamente y otra hoja positiva; se dibujan círculos con mercurio alrededor, con patrones simétricos, después se ponen velas de cera de abeja para amenizar el ambiente y se recitan las palabras de la alquimia solar. De esta forma, un alquimista lo suficientemente capacitado puede invocar la energía de la luz del sol. Así, la luz choca con las láminas de oro las cuales se ven excitadas por la cantidad de energía recibida. Después, el flujo de electrones excitados por la interacción de la luz invocada produce el flujo del efecto túnel, donde las vibraciones moleculares de los pigmentos de las plumas van transfiriéndose a través del círculo de mercurio que sirve como un circuito. Como el mercurio es un metal en estado líquido, el efecto túnel puede propagarse mucho más rápido que en un sólido; además que es mucho más económico usar mercurio que otros metales. De forma inmediata, toda la tela cambia de color al de las plumas. Sin la necesidad de matar a un animal y obteniendo un resultado de calidad que puede ser reproducido miles de veces. En esencia, lo que he hecho, es una técnica para clonar patrones moleculares de absorción de longitud de onda. Anteriormente los textiles se teñían usando la sangre de la cochinilla del linaje xhi-iuitpluchitl; un pequeño insecto habitual en los nopales y en las algas arborescentes que crecen por Yucatán y en los manglares de sargazos de Nayarit, allá por Aticama y Chacala, pero obtener su pigmento es un proceso demasiado tardado y algo feo para mí. Verá, se dejan crecer y reproducir hasta que son muchas, luego se toman una a una y luego con un mortero se matan todas hasta formar una pasta de sangre morada. A mi me da sabe qué matar tantos animalitos. Además, la cochinilla se ha vuelto muy escurridiza y en los últimos años han salido de color transparente. Ya sabe cómo son las criaturas vivas, tienen la propiedad de cambiar las propiedades químicas de sus planos vitales. Ahora esa sangre es transparente como el agua, así que ya nadie puede teñir ninguna tela, lo cual ha provocado una crisis en el mercado de las telas preciosas. Por lo tanto, investigué cómo recuperar su color por otras vías.
CLH: Bueno, señorita Daitzé, pero ¿eso cómo se relaciona con su descubrimiento? Es sobre la transferencia de un pigmento animal a uno vegetal. Pero usted nos acaba de decir que investigó a la cochinilla.
Daitzé: Sí, es cierto. Pero una cosa llevó a la otra. Estudié durante varios años a las cochinillas, como parte de mi formación como alquimista, y descubrí que estos bichos logran su pigmento rojo en la sangre por una reacción química al ponerse con el sol, como cuando uno va a las playas y la piel se vuelve más oscura o roja. Esa reacción tiñe de color la sangre de los insectos. Al estudiar más cómo replicar esto hice algunos conjuros para entender mejor su funcionamiento.
CLH: Conjuros, eso sí que es interesante. Mucha gente ha escuchado sobre cómo invocar la alquimia solar, la lunar y aún más extraña, la de las estrellas fuera del sistema solar. Conectarse con el astro, pero no muchos saben a ciencia cierta de qué se trata. Algunos dicen que es magia o brujería.
Daitzé: La magia la manejan hechiceros como los nahuales o los cambiapieles; ellos usan fuerzas distintas, no se conectan a los astros, hasta donde sabemos. Aún hoy en día somos ignorantes de esas prácticas. Así que realmente no sabría decirle. En lo que se basa la alquimia es saber encaminar la energía del sol a través de las moléculas deseadas. La meditación trascendental y el desprendimiento de la consciencia son fundamentales.
CLH: ¿Y cómo hizo eso usted con su nueva técnica? ¿Empleó ese desprendimiento?
Daitzé: Lo que hice fue concentrarme mucho en las vibraciones de los electrones de las moléculas de pigmento de los pájaros. Cuando uno hace esto, es como si uno pudiera verse fuera de sí mismo. Entonces se puede ir a cualquier lado. Similar a cuando uno sueña. De esta forma, cuando mi mente se desprende de mi cuerpo voy hacia las profundidades del mundo microscópico. Hace algunos años, unos monjes meditaron arduamente y descubrieron tras su viaje astral que todos los electrones del universo en realidad son uno solo. Así que en la meditación trascendental me concentro para poder estar frente a ese único electrón. En este estado la mente se conecta con el electrón único y durante esos instantes puedo interferir en las fuerzas eléctricas de ambos materiales.
CLH: En ese caso, esto suena como una forma de controlar las cosas a distancia, ¿no es así?
Daitzé: Sí, es algo parecido, aunque claro que lleva demasiado tiempo y concentración. Un ritual de invocación de la energía solar, para conectarse tanto a las moléculas de los pigmentos y las ondulaciones de la luz, puede tardar décadas en aprenderse. Yo he estudiado desde niña esto y siempre hay retos. A veces, de tanto esfuerzo mental uno termina muy agotado y otros han tenido secuelas en su salud. No es para cualquiera. Hay que prepararse muy bien para esto, hablo de días hasta meses. La apertura de la consciencia es importante, pero también lo es saber conducirla. Lo que hice fue concentrarme, trazar algunos arcanos solares para poder invocar las ondulaciones energéticas de los orbitales atómicos, y de esta forma, hice que los electrones vencieran la barrera en las valencias superiores. Apliqué lo que los filósofos de la naturaleza llaman efecto túnel. Este efecto se produce a nivel microscópico; consiste en que una partícula puede estar en dos lados a la vez. No se comporta como una piedra que es arrojada a una pared. Cuando se hace eso, la piedra rebota. Pero los electrones hacen algo muy distinto. Si yo aviento un electrón este atravesará el muro y al mismo tiempo rebotará. De esta forma la configuración química de las moléculas se replica a otras. Saltan de un punto A al B de forma casi inmediata. Se propaga el efecto túnel, como una ola en un estanque y la forma molecular que absorbe las longitudes de onda se va copiando a través de las moléculas de celulosa de los textiles. El resultado final, tras mucha concentración, es que el textil que antes era blanco ahora tiene el mismo color.
CLH: Pero, a lo que sé, esto no se puede hacer con cualquier material. Debe ser algo de origen vivo.
Daitzé: Así es. Las cosas vivas tienen mucha energía, mucha entropía, por el metabolismo. Son estos movimientos vibratorios típicos de los sistemas vivos que, en los orgánicos son menos frecuentes. Los alquimistas aprovechamos esta energía química y la subyacente inestabilidad termodinámica de los sistemas vivos para provocar el efecto túnel. En cambio, una roca tiene una estructura molecular muy estable y casi no es receptiva a la luz más que en su superficie. Los cristales tampoco son una buena opción, pues su estructura regular no permite un efecto túnel tan notable como en entidades químicas que continuamente están en una situación de inestabilidad. Esta transferencia de formas moleculares solamente puede hacerse en cosas con vida. Si usted toma una cosa orgánica, digamos una hoja de papel, luego la pone al fuego, esta desprenderá energía acumulada. En cambio, si lo hace con un pedazo de roca es difícil obtener lo mismo. Claro que hay minerales que despiden energía, pero es un tipo distinto al de los sistemas vivos. Está la radiación, que es el colapso del núcleo atómico de los elementos masivos. Ahí estamos hablando de protones y neutrones, los cuales tienen masa; mientras que la luz y los electrones son parte del fenómeno electromagnético. Es preciso en estos casos trabajar con entidades elementales que sean compatibles entre sí. En mi caso, es con entidades electromagnéticas que siguen un comportamiento específico dentro de las cosas con vida.
CLH: Esto es realmente interesante, teniendo en cuenta los intentos fallidos que otros investigadores de la alquimia solar han realizado. Algunos incluso han invocado las fuerzas de la demonología.
Daitzé: Entiendo todo lo que se ha hecho antes de mí y supongo que quienes han entrado en la demonología lo han hecho por desesperación. Se dice que algunos demonios conceden deseos, pero todos sabemos que cuando pasa eso al final quien solicitó los servicios del demonio termina engañado. Eso es porque los demonios producen ilusiones en la mente, alterando la vibración de las moléculas de la sangre; así, la oxigenación no es eficiente y se sufren alucinaciones. O bien, otros demonios más sofisticados recurren a la superposición de mentes; si usted le pide dinero y riqueza, los demonios proyectan eso en las neuronas, entrelazando los pensamientos imaginarios. Más, al final de cuentas, esto es ilusión. Quizás no han tenido suerte los demonólogos pues sus métodos han sido más imaginarios que tangibles. Aquí he logrado realizar un método que materialmente modifica la realidad y no la percepción de la mente. Ha sido un gran desafío, pero en la base, me he guiado por mis enseñanzas meramente racionales. Una de las primeras cosas que nos enseñan en la práctica y estudio de la alquimia es que, como todas las cosas vivas son receptivas a la energía del sol, es posible usar esta energía para manipular los constituyentes de la vida.
CLH: ¿Es como lo que hacen los alquimistas de los sueños?
Daitzé (nerviosa): Creo que sí. Esa rama, la alquimia de los sueños, es un estadio del conocimiento al que todavía no he llegado. Aparte que hablar de sueños no es tan apropiado, creo, teniendo en cuenta las connotaciones oscuras. La rabia, los sueños, los priones, los embrujos y amarres son manifestaciones del estado del alma que guardan gran parentesco, así que su tratamiento es mucho más complejo y peligroso.
CLH: Nuestro Tlatoani, luz de las estrellas, e hijo predilecto del Sol mismo, ha recibido este descubrimiento con mucho entusiasmo, sobre todo porque el xanathe es su animal favorito. Todos sabemos bien la historia de cómo se encariñó con estas aves cuando era aún niño. Cuando él fue designado como representante de la luz celeste sobre la Tierra, para dar gracia a todos nosotros durante la eternidad, subiendo al trono del An-Awanac, nuestro Tlatoani, imagen especular de las constelaciones, ordenó capturar a los xanathes para dispersarlos por todo el valle de Tenochtitlán y después, en cuestión de unas décadas, todo el An-Awanac se llenó de estas aves. Así que, también podremos vestirnos de prendas del mismo color de este pájaro tan carismático, el predilecto de nuestro Señor en la Tierra. ¿Cuánto calcula usted que lleguemos a ese punto?
Daitzé: Para llegar a ese punto es necesario formalizar una patente, sobre todo por los espías comerciales de la Dinastía Yaen-Jinp que suelen robarse los productos del An-Awanac para hacer sus copias baratas, lo cual perjudica a la producción local. Una vez certificada la patente y el privilegio, se distribuye el protocolo con los alquimistas del país para que puedan hacer en masa las ropas con cualquier tipo de pigmento.
CLH: Vaya, realmente es algo muy interesante. Esperemos que así sea en un futuro próximo. Antes de terminar, nos gustaría saber cuáles son sus planes a futuro, ¿qué hará con este premio que se le ha concedido?
Daitzé: Realmente no sé qué hacer con el premio. Supongo que podría usarlo para ayudar a mis otros compañeros que tienen proyectos muy interesantes. Tepique no es un sitio del país muy popular, casi todo se va a la capital, así que este reconocimiento nos permitirá visibilizar más lo que se hace aquí y quizás atraer inversores, quién sabe.
CLH: ¿Algún saludo que quieras dar?
Daitzé: A mis amigos de la Vniversidad de Tepive, sobre todo Octlix, que ya se recibió como alquimista y ahora anda en las costas, donde los mangles y sargazos arborescentes. Yo no voy allá porque no me gusta el olor de la humedad y los pescados, además me faltan todavía unos años para recibirme; pero igual espero lea esta entrevista y sepa que lo saludo y que lo quiero mucho.
CLH: Bueno, eso ha sido todo por el momento. Agradecemos su disponibilidad. Y aquí lo tienen, este interesante método que pronto nos permitirá vestirnos como pájaros y otros animales, sin necesidad de matarlos. Esperemos saber más de Daitzé en el futuro y todo lo que surja de esta región del mundo.
Víctor Parra Avellaneda. (Nayarit, México 1998). Biólogo y escritor. Ha publicado en Anapoyesis, Espejo Humeante, La Colmena (UAEM), Pirocromo (UAA), Penumbria (México), Sci:fdI (UCM, España), Zur (UFRO, Chile), Letralia (Venezuela), Teoría Omicrón (Ecuador), The Temz Review (Canadá), Culture Cult (India), The Piker Press (E.U.A.), The Pink Hydra (Sudáfrica) e Histórias Extraordinárias (Brasil). Autor del libro de cuentos de ficción especulativa Más allá del horizonte (Ediciones del Olvido, 2022). Miembro de la Asociación de Literatura de Ciencia Ficción y Fantástica Chilena (ALCIFF) y de la International Association of Science Fiction and Fantasy Authors (IASFA).
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Ilustraciones: Imágenes generadas por el autor mediante Stable Difussion.
Revista Almiar (Margen Cero™) · 👨💻 PmmC · n.º 137 · noviembre-diciembre de 2024
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