Mi arte poética
por
Norton Robledo
S
oy solo un náufrago más, los recuerdos del naufragio es un gusano mordiendo el alma, la repetición infinita de este triste septiembre del 73 que nos corroe el alma.
Ojalá que el tiempo no le gane al olvido. He aquí el caminante insomne. He aquí el náufrago del tiempo. He aquí el poeta de distancias y lejanías, va cargando al tiempo sobre los hombros.
Lleva la luz y las palabras en sus andares. Va poblando sitios en los que las palabras que ahí habitan, no dicen nada.
En el solitario oficio de escribir el poeta y la poetisa buscan su voz propia. Una voz que sea personal, pero a la vez universal. Hay quienes se pasan toda la vida en este afán y nunca la encuentran. Yo creo haberla encontrado, al menos es lo que pienso. Y he adquirido conciencia de ello y lo he asumido:
Soy aquel poeta de lejanías el tiempo/ ha ido llenando de poesía
las páginas de mis años.
En el intento, en el afán de encontrar mi propia voz siempre me acompañaron Huidobro, Neruda, Gabriela Mistral, Jorge Teillier, y todos los poetas malditos sobre todo Charles Baudelaine, Paul Verlaine, Stéphane Mallarmé, Arthur Rimbaud. Y tantos, tantos otros poetas del mundo. Y en mi poesía hay influencia de ellos. En mi poesía habita lo que dice Pablo Neruda:
Una poesía impura como un traje, como un cuerpo, con manchas de nutrición, y actitudes vergonzosas, con arrugas, observaciones, sueños, vigilia, profecías, declaraciones de amor y de odio, bestias, sacudidas, idilios, creencias políticas, negaciones, dudas, afirmaciones, impuestos. La sagrada ley del madrigal y los decretos del tacto, olfato, gusto, vista, oído, el deseo de justicia, el deseo sexual, el ruido del océano, sin excluir deliberadamente nada, la entrada en la profundidad de las cosas en un acto de arrebatado amor, y el producto poesía manchado de palomas digitales, con huellas de diente y hielo, roído tal vez levemente por el sudor y uso. Hasta alcanzar esa dulce superficie del instrumento tocado sin descanso, esa suavidad durísima de la madera manejada, del orgulloso hierro. La flor, el trigo, el agua tienen también esa consistencia especial, ese recurso de un magnifico tacto. Y no olvidemos nunca la melancolía, el gastado sentimentalismo, perfectos frutos impuros de maravillosa calidad olvidada, dejados atrás por el frenético libresco: la luz de la luna, el cisne en el anochecer, «corazón mío» son sin duda lo poético elemental e imprescindible. Quien huye del mal gusto cae en el hielo.
En este caminar infinito por la poesía me ha acompañado siempre el arte poética de Vicente Huidobro:
Que el verso sea como una llave
Que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando.
Cuanto miren los ojos creado sea,
Y el alma del oyente quede temblando.
Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
El adjetivo, cuando no da vida, mata.
Estamos en el ciclo de los nervios.
El músculo cuelga,
Como recuerdo, en los museos;
Mas no por eso tenemos menos fuerza:
El vigor verdadero
Reside en la cabeza.
Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas!
Hacedla florecer en el poema;
Sólo para nosotros
Viven todas las cosas bajo el Sol.
El Poeta es un pequeño Dios.
Nací y crecí en Canela, un pueblo pequeño, me identifico con la poesía de los lares de Jorge Teillier. Él está siempre a mi lado recordándome que:
Ninguna poesía ha calmado el hambre o remediado una injusticia social, pero su belleza puede ayudar a sobrevivir contra todas las miserias. Yo escribía lo que me dictaba mi verdadero yo, el que trato de alcanzar en esta lucha entre mí mismo y mi poesía, reflejada también en mi vida. Porque no importa ser buen o mal poeta, escribir buenos o malos versos, sino transformarse en poeta, superar la avería de lo cotidiano, luchar contra el universo que se deshace, no aceptar los valores que no sean poéticos, seguir escuchando el ruiseñor de Keats, que da alegría para siempre.
En cada obra literaria se vislumbra la posibilidad de crear o reinventar el mundo circundante, es ahí donde está la esencia de la poesía, la magia. La esencia de la palabra escrita es su enorme poder evocador y creativo. La literatura es portadora de recreación identificada con la esencia de cada ser. Portadora de emociones, sensaciones, en la palabra está la magia de ser ente de comunicación entre los hijos de la torre de Babel. Diseminados en diferentes realidades geográficas, sociales, económicas y políticas, en diferentes lenguas.
Mi primer taller literario de poesía lo tuve a los seis años y no con un poeta o una poeta consagrados sino con mi madre, una mujer sencilla que por esa época no sabía leer. Por esos días mi trabajo además de ayudar a sembrar, cosechar, ir a buscar leña al cerro para hacer carbón, era sacar la maleza en los amasijos de hortalizas que teníamos en la huerta. A pastorear las cabras al cerro, íbamos mis hermanas Irelda Inés, Clara Luz, Cristina del Carmen y yo. Cuando yo iba a limpiar los amasijos de hortalizas, mi madre me decía: Ten cuidado, mucho cuidado, saca solo la maleza, no vayas a sacar el fruto.
Y cuando íbamos a pastorear las cabras por cerros, quebradas y valles, mi madre me decía: Cuando andes pastoreando las cabras, vas a ver las flores silvestres, las aguas cristalinas que vienen bajando de la cordillera, los pájaros, sus nidos en los árboles. Y a continuación me advertía: puedes mirar todo eso pero nunca, nunca pierdas de vista a las cabras.
De mi madre, y de sus indicaciones para el trabajo, se me quedó en mi esencia mi forma de trabajar al hacer taller literario con mis poemas. Además de la estructura, en todo caso soy de la escuela de Walt Whitman, lo mío es el verso libre, cuando podo un poema para que alcance su altura, tengo mucho cuidado de que en la limpieza y en la poda no vaya a sacar el fruto. Y cuando de los versos se desprenden símbolos, imágenes, metáforas, tengo cuidado de que tantas imágenes y símbolos no dejen ver el poema.
En este solitario oficio de escribir y en el afán e intento de encontrar mi voz, me tropecé en el camino con distancias y lejanías en el tiempo y el espacio. Y el sueño de la gente sencilla por un mundo mejor en algunos poemas. En los que la poesía expresa su rol social. Cuando es así cuido la palabra porque la poesía social se balancea en una delgada cuerda y puede caer en el panfleto político
Escribo con la ilusión de ir sembrando palabras, que ellas sean ideas y actos en el mundo. Que las palabras sean estrellas que iluminen el nacimiento de la nueva alborada de un mundo más libre y solidario. Hay quienes escriben para ser famosos, ricos, y otros escriben para sí mismos. Yo escribo con el único afán y la única ilusión de llegar a todos. Escribo para expresar mi mundo interior y circundante, y no miro la vida como un turista. Yo no cuido mi capa de poeta, vengo desde mi corazón de tierra por las palabras a los asuntos terrenales de la gente. Voy caminando junto a los más sencillos, vengo con el paso cansino del tiempo y el alma templada en el fuego.
Mi poesía es un tributo al cosmos, al universo, a los astros y estrellas, a la naturaleza. Y a la vida, una apología a la paz y un no a la guerra. Mi poesía son cantos de amor hacia el prójimo, de apuesta por la igualdad social, la solidaridad y la democracia.
Soy aquel poeta de lejanías
el tiempo ha ido llenando
de poesía las páginas de mis años.
Hay tantas distancias en mis pupilas
y tantas lejanías en mis pasos
que los caminos reconocen mi andar
y vienen a mi encuentro.
Los árboles cuando me ven venir
se acercan para saludarme
y darme cobijo bajo su sombra.
Voy caminando con el paso
cansino de los años cuando llega el otoño.
Mis pasos ya no son como antes,
pero nada es como antes.
El teléfono móvil, smartphone o tablet
va adherido a las manos de las gentes.
Y la incomunicación reina
en un mundo al borde del abismo
de la mano de la alienación colectiva
vendida al contado o en cómodas
cuotas mensuales.
Sucede que ya no es necesario ir al circo
ahora está en la televisión
y vemos a diario en las pantallas
a los payasos de la farándula
vomitando chismes, verborrea de cosas
sin sentido sutil y banales
mientras en sus frentes llevan selladas
las demandas del mercado.
Se preguntarán ¿por qué el poeta
nos habla de estas cosas
si a nosotros nos gustan tanto
sus poemas románticos?
Sucede que no solo escribo poemas de amor
que enternecen el alma de los románticos
y que no solo le canto al clavel y a la rosa,
al amor y al desamor, a las estrellas, a la luna,
al sol y a las cuatros estaciones.
Sucede que no solo me conmueve
el amor bajo el claro de luna,
soy aquel poeta de lejanías.
Hay tantas distancias en mis pupilas
y tantas lejanías en mis pasos…
Estoy aquí, vengo a cantar por ti.
Estoy aquí, vengo cantar contigo.
Soy el habitante del mundo, el poeta de distancias y lejanías, caminante, bohemio y peregrino. Quiero desenterrar las palabras sepultadas bajo los restos de las estrellas muertas.
Norton Robledo (seudónimo de Norton Contreras Robledo). ) Nació en Canela, provincia de Choapa, Región de Coquimbo, Chile. Poeta, escritor, ensayista y comunicador social. Miembro de la Sociedad de Escritores De Chile ( SECH) y de la Filial SECH Sin Frontera. Dictaminador en La Colmena (Revista de la Universidad Autónoma del Estado de México). Miembro de la Asociación Internacional de Comunicadores y Periodistas Chilenos en el Exterior (AICPCH), y organización cultural Víctor Jara. Estudios en la Facultad de Educación y Letras de La Universidad de Chile. Estudios de Psicología Social, Historia y Filosofía, en la Academia de Ciencias Sociales y Políticas, en Sofía, Bulgaria (1981-1982). Ha publicado en Madrid, España, los libros de poesía Cantos en tiempos de amor y de guerra (libro que incluye poesía entre los años 1969- 2007); Aires de Libertad – Versos y Prosa de peregrino y el libro El árbol del tiempo editado por la editorial La gorra Valparaíso, Quilpué, Chile. Actualmente tiene cuatro libros de poesía inéditos y una novela. Ha sido incluido en las antologías Mil poemas a Pablo Neruda; Mil poemas a César Vallejo y Mil poemas a Miguel Hernández, en Chile. En la antología Fronteras, Argentina, 2011. En la antología Tinta, Palabra y Papel, Argentina 2018; Antología De La Luz, en Chile, 2019; Versos. Poetas Del Mundo, 2020, Chile. Antología After Poetry The Brighton 2020, Chile. Antología Casa de los espejos, 2020, México. Antología Palabras necesarias, Chile, 2020; Escritos en tiempos de Pandemia, Chile, 2020. Finalista del Concurso Internacional de Poesía «La voz de la palabra escrita», España. Ha escrito relatos, artículos y ensayos para diferentes medios de comunicación social de Hispanoamérica.
👁🗨 Lee otros textos de este autor (en Almiar): De luz y de sombra ◾ La poesía de Ingrid Broschek López ◾ Sobre la relación dialéctica entre la cultura, los medios de comunicación y la ideología
✉ Contactar con el autor: robledo2008 [at] hotmail.com
🖼️ Ilustración artículo: Fotografía por Pedro M. Martínez ©
Revista Almiar – n.º 123 / julio-agosto de 2022 – MARGEN CERO™
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