palabras de Héctor Ñaupari en la presentación de la novela

 

S

iempre he pensado que la literatura es la forma más sofisticada de hacernos soñar. Visitar, entre las brumas de la ensoñación, ciudades fantásticas; transitar, al lado de aventureros, por paisajes diversos que gracias a un texto bien escrito toman forma o cobran vida en nuestra imaginación. Quien es un viajero y un escritor, y Leo Zelada es ambos, pues como los más notables de aquellos, nunca miró para atrás ni tuvo un pasaje de regreso, hace suyos los reinos poéticos y narrativos que atraviesa, los vivifica, los personaliza en su quehacer y los reinventa para sí mismo. Comparte, de esta suerte, la mágica orfebrería de la novela En la Patagonia, de Bruce Chatwin, el diario de viaje por excelencia; el abismo afilado de El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad, donde la estructura misma de la novela es el viaje; y ese estilo de novela no convencional que nos traspasa y se evapora dentro de nosotros como La casa de cartón de Martín Adán.

Con Leo Zelada, dejo constancia, me une una amistad de muchos años. Fundador del Movimiento Cultural Neón, el principal grupo literario de la década de los noventa en el Perú, su presencia poética ha ido creciendo con el paso del tiempo, y nos presenta ahora su novela El último nómada, crudo relato de su viaje por América Latina y Centroamérica hasta los Estados Unidos.

En su novela, el protagonista, Gabriel, nos lega un testimonio de aventura y deber, de solidaridad y visión humanista respecto a las vicisitudes latinoamericanas; de fidelidad a sus ideales, pero a su propia manera, como el amor que lo motiva, que reencuentra y que vuelve a perder. Desde Perú hasta Los Ángeles, en Estados Unidos, en cuyo esfuerzo por sobrevivir para llegar a cada página al punto final nos encontramos a cada instante en una solitaria complicidad. Vivimos con el nómada que, errante, nos hace mirar a través de sus ojos la realidad de los lugares de nuestra región y de sus gentes con la certeza de que no hay retorno.

El último nómada me suscita emociones encontradas, pues fui consciente del viaje de Leo y que tal vez no volveríamos a vernos. De modo que su novela es un reencuentro con nuestra juventud, con el poder de las palabras que invocamos y la madurez con que nos encuentra la amistad. Al leer El último nómada, sus lectores asistirán, con veracidad y transparencia, a la ternura, fraternidad y apoyo de civiles anónimos que ayudaron a Gabriel en su travesía, su entrañable mirada compasiva, plena de humanidad, que nos permite entender algunas de las realidades sociales y geopolíticas que han marcado esa zona del mundo durante las pasadas décadas: el tráfico de personas, la cárcel, la vorágine implacable de la naturaleza, el narcotráfico, la guerrilla, las fuerzas policiales corruptas y decadentes, que aparecen ante Gabriel en su recorrido, efectuado como lo llevaban a cabo los trashumantes de antaño: en transportes locales, con poco dinero y continuo contacto con las gentes con las que se tropezaban.

«No sé si viajo para escribir o escribo para viajar», confesó en alguna oportunidad el escritor y periodista Alfonso Armada al investigador Luis Albuquerque García. Pues bien, Zelada escribe porque viaja. Como esos escritores a los que alude, como el Javier Heraud, nuestro compatriota poeta y guerrillero, que escribió sobre ser un río, o como José María Arguedas y sus Ríos profundos, los desenlaces de El último nómada aparecen en los ríos que cruza.

Considero que El último nómada es, más que un libro, una declaración de amor, una introspección poética, semejante a la Senda de Oku de Matsuo Basho, un camino novelado por unas tierras que son más que eso, una exaltación, al fin, de todo lo que la literatura tiene de misterioso y emocionante. Sus palabras no solo componen, con belleza y fluidez coloquial, la emoción del poeta, los amores que le acompañan, también el dolor que le produce el abandono y la desesperación de los personajes que, afantasmados, se le aparecen.

Que esa llegada de Gabriel a su destino sea el inicio de viajes y misiones nuevas. Que tu literatura, Leo, arribe a nuevos puertos. Y que, como la Diosa Atenea le susurró al errante Rey de Ítaca, Odiseo, no olvides nunca que es la travesía, no el destino, lo importante.

Muchas gracias.

 


 

Leo Zelada

Leo ZeladaPoeta y escritor. Ha publicado los poemarios: Delirium Tremens (Lima, 1998), Diario de un Cyber-Punk (D.F. México, 2001), Opúsculo de Nosferatu a Punto de Amanecer (Lima, 2005), La Senda del Dragón (Madrid, 2008), la novela American Death Of Life (Lima, 2005) y Minimal Poética (Madrid, 2010). De 1993 a 1998 viajó a la aventura, mochila al hombro, desde Lima atravesando los Andes, cruzando el Amazonas, la selva del Darién, El Caribe y Chiapas hasta llegar a Los Ángeles, Estados Unidos. Entrevistas sobre su obra han salido en TV y diarios de España (TVE, El País, suplemento “Babelia”, ABC, suplemento “ABCD”, La Razón, El Mundo y EFE), Francia, USA y Latinoamérica. En el mes de mayo de 2013, se lanzó por Vimeo y You Tube, El cortometraje documental titulado Leo Zelada. Underground Poet, realizado por la Productora Audiovisual española, Amagifilms. Premio a la obra «Poetas de Otros Mundos» otorgado por el Fondo Poético Internacional de España en el 2015. En el  2016 salió su libro Transpoética con el prestigioso sello Vaso Roto Ediciones. Colaborador del diario Madridpress. Reside en Madrid. Acaba de publicar este 2019 en Madrid su novela El Último Nómada.

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Héctor Ñaupari. Poeta y ensayista. Graduado por la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, es egresado de su Maestría en Derecho Civil y Comercial. Obtuvo el Diploma de Estudios Superiores del Doctorado en Derecho Privado de la prestigiosa Universidad de Salamanca, España, siendo en la actualidad candidato al citado Doctorado.

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El último nómada
Ruleta Rusa ediciones, 2019 • 134 págs.• I.S.B.N.: 978-84-947022-9-7 • Ilustraciones artículo: Portada del libro y fotografía, con autorización para su uso y publicación en esta reseña; © de sus autores.

 

índice reseña Juanma Ruiz

Reseñas en Margen Cero

Revista Almiar · n.º 107 / noviembre-diciembre de 2019 · PmmC · MARGEN CERO™

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