artículo por
Gustavo Catalán
E
l imbécil suele ser, como el cornudo, el último en enterarse. Así decía Trapiello y la frase viene de perlas para un Miguel Bosé que, a primeros del pasado mes de marzo, cargaba contra Pedro Sánchez y el Ministerio de Sanidad a propósito del proyectado Plan de Protección de la Salud contra las Pseudoterapias. Los acusaba de «venderse al lobby farmacéutico». «No sólo te has vendido al independentismo —afirmaba, en sintonía con el tripartito de derechas—, ¿por qué no propones una ley para cerrar los bares de tapas, beneficiando así a los grandes restaurantes…?».
Como se ha demostrado hasta la saciedad, las pseudoterapias («Medicinas alternativas» según algunos) no van más allá del efecto placebo y, cuando utilizadas en lugar de la —denostada por demasiados— «Medicina ortodoxa», puede comprometer incluso la vida y así ocurre en caso de enfermedades cancerosas, donde multiplican por 2,5, según un reciente estudio, el riesgo de muerte. La cúrcuma, Flores de Bach, esa lejía diluida para curar el Ébola según el agricultor Pamiés o el Yin y Yang, la pulsera Power Balance, pinchar las orejas para estimular lo que llaman energías positivas o la homeopatía, por no seguir, son claros disparates sin el menor refrendo objetivo. Y por abundar en esas falsas creencias que el tal Bosé comparte sin duda con el Colectivo antivacunas, estos afirman que su administración es causa de autismo, lo que ha sido desmentido por la propia OMS. Como remate, baste con recordar los recientes brotes de Sarampión y el fallecimiento de algunos niños, cuando de generalizarse el uso de la vacuna triple vírica (en algunos países es obligatoria), la infección terminaría por desaparecer para siempre al igual que ha ocurrido ya con la Viruela que tantos estragos causó siglos atrás.
La cuestión que hoy planteo no pasa únicamente por subrayar la manifiesta ignorancia y estupidez del cantante antedicho, sino también por instar a preguntarse el porqué las majaderías de sujetos sin la menor preparación, y sus opiniones sin fundamento, atraen la atención de los medios con las negativas repercusiones consiguientes. Lo cierto es que estos harían mucho mejor procurando, si no silenciar las mismas, por lo menos neutralizar, con información veraz, unas mentiras que gozan de amplio eco. Y es que, frente a las pseudoterapias, es preciso posicionarse, a diferencia de un Bosé que mejor haría limitándose a cantar, en favor de la salud e incluso de la vida.
J. Gustavo Catalán Fernández. Es Licenciado en Medicina por la Universidad de Barcelona, y Doctor en Medicina (1990) con la calificación de Apto Cum Laude. Médico Residente y después Adjunto en el Servicio de Oncología del Hospital de San Pablo de Barcelona. Es también especialista en Medicina Interna y Endocrinología (Univ. de Barcelona), diplomado en Metodología Estadística por la Universidad de París y en Sanidad (Escuela Nacional de Sanidad, 1982).
🖥️ Web del autor: Contar es vivir (te)
(https://gustavocatalanblog.com/)
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ⓘ Este artículo fue publicado originalmente el 15.03.2019
en el blog Contar es vivir (te).
🖼️ Ilustración artículo: Miguel Bosé 2008, LivePict.com [CC BY-SA 3.0], via Wikimedia Commons.
Revista Almiar – n.º 103 / marzo-abril de 2019 – MARGEN CERO™
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Absolutamente de acuerdo. A mi me acaba irritando cuando en conversaciones entre gente poco conocida sale el tema, y habitualmente hay unas cuantas personas que salen en defensa, a capa y espada, de este tipo de “inutilidades” convenientemente introducidas y divulgadas, y dirigidas hacia una concreta personalidad. Enseguida se suele ver en un grupo de personas, quienes van a salir en defensa de la homeopatía, quienes van a ir corriendo a comprar el último “milagro”, sea aceite de pachuli o baba de burro o cualquier otro invento. Quien va a recomendarme que al levantarme me coma un ajo y al acostarme ponga una berenjena en un palto.
Con todo esto quiero llegar a que mi conclusión es que gran parte de la industria de las pseudo terapias, sea el gran emporio homeopático o sea el hortelano de la montaña, en solitario, está creada con el conocimiento y la certeza de que es un gran engaño. En el caso de la homeopatía, me parece más grave porque mueve mucho dinero e implica a muchísima gente. Desde el día que me paré a leer en qué consisten los productos homeopáticos y como están cobrando por no dar nada de nada, si antes ya era contraria a toda pseudo terapia, ahora lo soy con más fuerza e implicación.
Lo más difícil suele ser que estas personas que han decidido creer a pies juntitas en ello, por lo menos me escuchen. Cuando consigo que lo hagan, y les cuento lo que he leído y oído que es la homeopatía, responden lo mismo que suele responder todo fanático, todo sectario o todo gran creyente…que lo que me han contado es mentira. Contra ello, no hay nada que hacer o decir, la discusión acaba ahí. Entonces dicen…bueno cada cual tiene sus ideas…Como si la ciencia y la medicina fuera cuestión de ideas!!!
¡¡No por favor, que tampoco cante más!. Ya tenemos bastante con lo que está cayendo. Solo faltaba que la TV le diera por torturararnos con sus tontas cancioncillas, tan imbeciles como sus razonamientos.