Selección de textos poéticos
de
Adán Echeverría
i.
Ahí están las calles abiertas de árbol en árbol reducidas a hileras que transitan y atraviesan la rota ciudad con su brillito de espectaculares que no dejan tiempo para la reminiscencia
Cerquita del suelo las grietas continuas de tantos caminares
pasos que surcan la historia de asfaltos y jardines hechos caos
Mariposas de luz cruzan avenidas con el aullido próximo en cada parpadeo de la velocidad en esa laxitud que asoma cuadro por cuadro los ojos victoriosos sobre las carnes que deambulan
Son las dueñas de la noche presurosas en su multicolora vestimenta
Ocultan las preocupaciones de hijos que apenas duermen en su cuarto después de cenar
cálidos en el abrazo tras el beso de las buenas noches y la despedida
Ellas salen escapan se atreven con el disfraz bien puesto del valemadrismo
para evitar sentirse víctimas de nadie y guardarse la moral en algún bolsillo trasero
en algún elástico de las medias
mientras los trapezoides pasan y regresan por las avenidas
con sus silbatos y bigotes y sus pitidos cardenales
Ellas nuestras ellas de tacones fingen enamorarse del vacío
permanecen sonrientes junto a la humareda de la mentada de madre que les arrojan
con los silbidos atronadores que las hieren
cual si fueran navajitas íntimas del viento que la noche precipita sobre sus escotes:
¡Ahora me ves! ¡Ahora no me ves, cariño!
¡Ahora estoy desnuda para ti y no te avientas!
¡Travesura cárnica de la desesperanza, déjame beber de ti toda la noche!
¡Déjame perderme en la impudicia de tus manos calamares!
¡A mí no me digas perra india fea!
¡Qué te has creído!
ii.
calles abajo calles arriba encrucijadas de luz y sombra por cada árbol testigo
ellas abundan en calles deshabitadas calles como mordidas que no las terminan de masticar
las bocas de sal en que se levantan levitan y languidecen bajo el marco
de las cortinas metálicas que no se aquietan en la duermevela y la nostalgia
al avanzar la noche ellas caminan hacia los bares en busca de frescura
de alguna voz amiga entre pellizcos luces sudores que saltan de piel a piel:
¡Vamos, Albertito, sírveme otra copa, que sabes que te pago
al final de la semana!
Al caer la oscuridad vacías quedan las oficinas los comercios las escuelas los templos donde hombres ocupados todo el día en largar el entrecejo se palpan la bragueta dispuestos a la cacería
mientras en las habitaciones pulcras duermen los intelectuales desvelados
y los que padecen alguna enfermedad incluida la falta de ambición sueñan
sin ganas de sorprenderse por la milagrería cotidiana y el desespero
en hastíos cotidianos orinan de aburrimiento en el para qué de la existencia
esperando que la noche se haga alta para salir de su encierro
afuera pastan ya los perros por los jardines
los policías lo atraviesan todo hasta el miedo en los espectaculares
conocen bien el parpadeo de faldas y los tacones que se apuran
en la esquina en toda esquina hacia la esquina donde pocos deciden detenerse
calles habitadas por medias levantadas blusas cortas
el maquillaje presumiendo la sonrisa:
—¡Hey diabla!
—¡Lárgate que esta calle está ocupada y estos son mis dientes
mis garras y mi brillantina!
Hoy no hay más posibilidades que la redada para qué Un pequeño rincón
la bragueta abierta y el policía se aleja tranquilo y relajado
Me ha cogido en medio de la niebla En el pavimento se trazan las distancias tacón
contra tacón las pantimedias en las manos como semilla
y la ceniza de todo cigarrillo entintando cuellos:
—¡Hola papi! ¿Quieres divertirte?
Alumbran las minifaldas los escotes husmean la carne
olisquean el peligro de cada diente que se atreve apenas
calles arriba escaleras y colchones oxidados
Los ires y venires de aquellos que siempre cortan con su intención los horarios
—¡Para qué apurarnos! ¡Déjame explorar tu cabellera!
y en los parques de cemento sonríen los desempleados
que esperan recoger migajas que los ancianos avientan a las palomas
se acurrucan cubiertos ya bajo cartones
entregados al sueño al hambre y a la nicotina
ignorando el traficar de pieles y olores y líquidos que minan el ambiente
fragancias arropadoras
y voces desdibujadas gimiendo nubarrones:
—¡Dejen ya dormir, vayan a morirse hacia otro lado!
vi.
oscuridad oscuridad
no me dejes así desnuda en esta cama
que no recuerdo cómo volver a casa
oscuridad oscuridad
es el sueño o es que has llegado tan dentro de mí
que la vida es una pompa de jabón ineludible
oscuridad oscuridad
fíjate bien cómo se hace
porque en este bravío barrio no hay que andarse por las ramas
oscuridad oscuridad
ya duérmase mi niño que mañana hay escuela
oscuridad oscuridad
te pedí que compraras los condones y ahora me has borrado la sonrisa
con todos tus te amos y esperanzas
oscuridad
venenosa oscuridad que subes a las copas de los árboles
te arrastras bajo los postes de la luz mercurial esperando acechante el asalto
y te cuelgas de la falda de esas niñas que apenas escapan a los deberes de la nocturna
oscuridad querida
no te quedes viendo los cadáveres rebosantes de sonrisas
ni el asesinado sueño de las vendedoras de flores
porque el romanticismo ya se ha marchado del pueblo
y solo nos ha dejado
el devenir de las discotecas y el teibol dans
ay mis niños pequeñitos
que se arrastran bajo las tetas de aquellas mujeres tan espirituosas
ay mis niñas y sus orgasmos primigenios
aquella felicidad las hizo tropezar temprano
la insidiosa felicidad y la oscura magia
que siempre sube como espuma de cerveza
para todas las traiciones nos quedan los canales del cable y sus telenovelas
los gritos los telefonazos y el continuo transportarse por la virtualidad
hasta los confines del vacío en los abismos del tedio:
—¡Hey Rosaura! ¡Qué pregunta por ti el señor diputado!
—¡Dile que hoy no tengo ganas!
—¡Váyase a trabajar, desobligada! ¡Cómo supones que se pagará la renta!
En la calle abierta de par en par solo quedan Ellas
con sus tacones y sus pantimedias destrozadas
y a través de sus mascarillas de amor
van alegres por las avenidas
sin detenerse ante cualquier oscuridad
xiii.
ahí están las calles abiertas de árbol en árbol
la expandida noche sigue intacta
para refugiarnos y escondernos de nuestro corazón
corazón
no me digas de voluntades incipientes si bien que decidiste
que el humo sea todo y el cuerpo se te ennieble
y es ahí donde se han quedado los desparecidos cotidianos
esos cadáveres que brincamos con la bicicleta
ya ni su olor termina por enloquecernos
el día es para los que no saben divertirse
lo sabes
para los que tenemos agria el alma queda la noche
y la madrugada líquida de besos
cuando madure dejaré de ser nocturno
para la noche la piel y el sudor
para la noche el grito y el adiós
oscuridad oscuridad
no te me quedes dormida que hay mucho tiempo por delante
y es que en la ira de la noche nadie tiene salvación
¡Vamos levántate!
Es hora de volver a casa
¿quieres desayunar?
ADÁN ECHEVERRÍA GARCÍA. Mérida, Yucatán (1975).
Integrante del Centro Yucateco de Escritores, A.C. Realiza el Doctorado en Ciencias Marinas en el Cinvestav del Instituto Politécnico Nacional – Unidad Mérida con una beca del Conacyt. Biólogo con Maestría en Producción Animal Tropical por la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY). Ha cursado además el Diplomado en Periodismo, Protocolo y Literatura (ICY, CONACULTA-INBA y Editorial Santillana, 2005). Por su obra literaria ha sido considerado en el Diccionario Biobibliográfico de Escritores de México que realiza la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). Ha publicado los poemarios El ropero del suicida (Editorial Dante, 2002), Delirios de hombre ave (Ediciones de la UADY, 2004), Xenankó (Ediciones Zur-PACMYC, 2005), La sonrisa del insecto (Tintanueva ediciones, 2008), y Tremévolo (Ed. Praxis – Ayuntamiento de Mérida, 2009); así como el libro de cuentos Fuga de memorias (Ayuntamiento de Mérida, 2006). Compiló junto con Ivi May el libro Nuevas voces en el laberinto: Novísimos escritores yucatecos nacidos a partir de 1975 (ICY, 2007), y con Armando Pacheco la compilación electrónica en Disco Compacto Del silencio hacia la luz: Mapa poético de México. Autores nacidos en el período 1960-1989 (Ediciones Zur y Catarsis Literaria El Drenaje, 2008). Es Premio Nacional de Literatura y Artes Plásticas El Búho 2008 en poesía, Premio Nacional de Poesía Rosario Castellanos, convocado por la UADY (2007). Ganador del X Premio Nacional de Poesía Tintanueva 2008 (convocado en 2007). Premio Estatal de Poesía Joven Jorge Lara (2002). Mención de honor en el Premio Nacional de Cuento José Amaro Gamboa, convocado por la UADY (2004); Mención de honor en el Premio Estatal de Poesía José Díaz Bolio (2004) y Mención de honor en el Concurso Nacional de Cuento Carmen Báez (2005), de Morelia, Michoacán.
ⓘ Los textos aquí publicados pertenecen a una serie de trece rubros con un título igual al de esta página. La selección ha sido realizada por el editor.
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Contactar con el autor: adanizante [at] yahoo.com.mx
Ilustración artículo: Fotografía por Pedro M. Martínez ©
Revista Almiar (Margen Cero™) · n.º 121 · marzo-abril de 2022
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