relato por
María J. Pérez Barrios
L
as cosas ya estaban bastante difíciles para aquella vieja ciudad —Alá, Yavé y Dios se la disputaban sin descanso desde hacía siglos— cuando de pronto empezaron a correr rumores de que también Confucio, Buda y Vishnu habían realizado durante sus vidas alguna que otra excursión a ella.
La ciudad esperó al veinticinco de diciembre, momento en que el personal se tranquilizaba un poco, y se evaporó.
Casi al mismo tiempo, en un remoto lugar del Ártico, un joven inuit se preguntaba a cuál de sus dioses debería agradecer el prodigio de la aparición de aquel hermoso olivo que, de la noche a la mañana, había crecido en sus heladas tierras.
María Jesús Pérez Barrios: «Nací en una ciudad junto al mar una madrugada de otoño. Aprendí a leer y a escribir casi al mismo tiempo. Años después, siguiendo la senda de los libros, estudié filología. Escribo, respiro, leo… no siempre en este orden».
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🖼️ Ilustración relato: Fotografía por Catharina77 / Pixabay [dominio público]
Revista Almiar (Margen Cero™) · n.º 100 · septiembre-octubre de 2018
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