relato por

Gretchen Kerr Anderson

S

e lo puedo asegurar, yo lo vi… ¡o casi! Entre las cuatro paredes de mi celda, en medio de aquel silencio espectral, lo único que pude adivinar de su rostro en la penumbra fue el brillo mortecino de su siniestro ojo. El Misterioso Traidor abrió la reja con la punta de un pincel y poco a poco se fue introduciendo dentro, como un prestidigitador de las sombras. Me dijo:

—Teme al tiempo.

Y temí, pues a esa hora el péndulo de los relojes se balanceaba meditabundo, sin compasión; esperé a que se hiciera la pausa de un siglo exacto para preguntar:

—¿Y el verdugo?

—Se inmoló con el hacha, y aquí tengo la prueba —contestó, arrojando su cabeza encapuchada a mis pies con una sonrisa cruel.

—Pero… ¿cuándo?

—Hace poco, más de una centuria.

¿Cómo?

—Ya te lo he dicho.

¿Por qué?

Él se llevó el dedo índice a los labios y, a continuación, exclamó:

—¡Nunca preguntes eso!

—Tengo que salir de aquí ¿Acaso no serán escuchadas mis protestas? Tengo derecho a quejarme.

—Escríbele una carta al gobernador. Allí, sobre aquella mesa, hay tinta y papel —dijo, y señaló hacia una de las esquinas.

Me dirigí hacia el lugar indicado, miré la hoja y, al levantar del tintero lo que me pareció una pluma, me di cuenta de que se trataba de un dedo terminado en una uña afilada manchada de rojo, y que la tinta era sangre. Lo miré desconcertada y él me instó:

—Escribe.

Escribí: Señor Gobernador, su Excelencia, ¡quiero salir de aquí! La firmé y se la entregué. El Misterioso Traidor la tomó y, delante de mí, la rompió en mil pedazos lanzando los fragmentos al aire. La cabeza del verdugo, que estaba tirada en el piso, empezó a reír.

—¿Por qué lo hiciste? —pregunté airada.

—¡Nunca preguntes eso! —contestó él todavía más enojado.

Se llevó el pincel a los labios y comenzó a tocarlo como si fuera una flauta. Al compás de las melodías los barrotes de la celda se convirtieron en serpientes que se retorcían unas con otras.

—Intenta salir ahora, ¡si puedes!

Su ojo siniestro volvió a brillar, y él y el verdugo… es decir, la cabeza desyugulada de este, elevaron al unísono una macabra carcajada que hizo estremecer las paredes, mientras me preguntaba dónde, cómo y cuándo se había visto algo similar.

 


 

Gretchen Kerr

Gretchen Kerr Anderson. (Mayarí, 1998). Poeta y narradora. Miembro de la Asociación Hermanos Saiz de Holguín. Ha obtenido Mención en narrativa infantil en el concurso provincial León de León con el minicuento El gato de los ojos de oro (Mayarí, 2014), Mención en narrativa en el mismo certamen con el cuento Cadáveres (Mayarí, 2018) y Primer Premio en poesía con el poemario Retórica Negra (Mayarí, 2018). Obtuvo primer lugar en el concurso literario de la Universidad de Holguín en las categorías narrativa y poesía (Holguín, 2018) y segundo lugar colateral en el concurso nacional de narrativa Cuentos Fríos (Cárdenas, 2018). Ganadora del certamen de publicación de la revista digital Novum de la UBIK-USB Universidad de Bolivia con el relato La Hechicera (2020). Ha publicado el cuento El enviado de Cotard en la revista digital argentina Extrañas Noches Literatura Visceral (2017), El noventa por ciento de todo es basura (2021) en la revista digital argentina Ciencia Ficción Científica y en la antología anual de la misma titulada Yo destruí la Tierra, además del poemario Enajenación en el n.º 98 de la Revista Almiar (Margen Cero) de España (2018), y los sitios web Poematrix: Una lluvia de espejos rotos irá incendiando el universo (2022), Óleo de los catecúmenos (o Ensayo para una resurrección macabra) (2022); Et nigras (2022); Cantando a Odín entre tus brazos (2022); Gorgoneion con cuerpo de mujer (2022); Sombras demenciales (Esferas de la dimensión gótica) (2023); Ego sum qui sum (La vampiresa de ébano) (2023); El abrazo del misterio (2023); Gólgota de mis noches de insomnio (2023) y en Poetalia: Retórica Negra (2023). Ha publicado el relato El Ojo de Freegh en la antología Caballería Mutante (La falange naciente) de los antologadores Yoss (José Miguel Sánchez) y José Alejandro Cantallops (2023).

Contactar con la autora: gretchenkerr98 [at] gmail {.} com

Ilustración relato: Imagen realizada mediante técnicas de IA

TRES RELATOS SORPRESA (traídos aquí desde nuestra biblioteca)

Boletos en Delirium tremens Boletos, por Sergio Borao Llop. En Margen Cero (Biblioteca de relatos – 2007)
Cuento cruel (en Delirium tremens) Cuento cruel, por Eduardo Jauralde. Primer premio del Certamen de Literatura La Barca de la Cultura y Revista Almiar. En Margen Cero (Biblioteca de relatos – 2009)
Prodigios en Argentina (en Delirium tremens) Prodigios en Argentina, por José Elgarresta Ramírez de Haro. En Margen Cero («Cuentalia» – 2003)

 

Relato Ismael López Gálvez

Biblioteca de Margen Cero

Revista Almiar · n.º 136 · septiembre-octubre de 2024 · 👨‍💻 PmmC · MARGEN CERO™

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