Un libro de Francisco J. Peña Rodríguez
Entrevista al autor
A
veces pasa que lo más desconocido es lo que tenemos próximo. La memoria es traicionera. Es conocido lo que dicen los psicólogos sobre los falsos recuerdos; sobre que, por mucho que lo intentemos, nunca seremos capaces de conservar un recuerdo totalmente inalterado. Esto que se puede aplicar a cualquier aspecto de nuestro día a día, también lo es para el pasado (tanto el reciente como pretérito). De ahí que sea importante plasmar las crónicas con exactitud y efectividad. Esto bien lo sabe Paco Peña, quien acaba de publicar un conjunto de capítulos sobre la reciente historia de España, concretamente sobre el siglo XX. Ha reunido seis extensos artículos sobre muy diversos personajes que han marcado el suceder de nuestra historia. Por las páginas del libro, nos encontramos con situaciones, anécdotas y datos fundamentales sobre Alfonso XIII, Maura, Franco, Salazar, Eisenhower, Nixon, Ford, Serrano Suñer, Alfredo Kindelán, Dionisio Ridruejo, Manuel Fraga, José Luis Álvarez, Ramón Tamames, Joaquín Leguina o Tierno Galván, entre otros.
Un recorrido rico, ameno y de lectura ágil que nos sitúa sobre un siglo colindante y conmovedor que rubricó lo que somos actualmente como nación.
Es interesante destacar que viene precedido por un prólogo de Joaquín Leguina, que con la espontaneidad que define su estilo literario, nos narra la jornada electoral de las elecciones municipales madrileñas de 1979.
No es de extrañar que el libro se alzase con el III Premio Internacional Cuadernos del Laberinto de Historia de este año y que los medios y redes sociales no paren de hablar sobre la lección de pedagogía e historia que conlleva su lectura.
Hemos podido disfrutar de una charla interesante y jugosa con su autor, Paco Peña, quien nos ha recibido en su Tobarra natal.
—De Alfonso XIII a Tierno Galván. Estampas del siglo XX español, es un recorrido por personajes claves del siglo XX español. ¿Cómo ha seleccionado unos u otros?
—La mayor parte de los personajes históricos que aparecen en el libro están ahí porque, a partir de mis lecturas y de mi aprendizaje de la Historia, me han llamado la atención por diversas causas. Unos más que otros, por supuesto. Políticos como Alfonso XIII o Francisco Franco son actores clave del siglo XX español, gracias a los cuales podemos explicar algunos aspectos ideológicos de nuestro país; cuestiones que aún tienen importancia o se debaten ideológicamente. Luego está, por ejemplo, la figura de Oliveira Salazar, cuyo papel político en Portugal me ha llamado siempre la atención, preguntándome cómo un profesor universitario competente en las aulas y sumamente culto acabó siendo el hombre fuerte de una de las dictaduras más longevas del siglo pasado. La selección, por tanto, ha sido más por curiosidad intelectual que por importancia histórica, aunque también sean figuras clave de la Historia.
—En el libro relata el «¡Maura, no!» y el «¡Maura, sí!». ¿Qué significó para España este líder conservador?
—Antonio Maura fue el primer líder conservador español del siglo XX, con toda la carga ideológica y política que eso supone; pero también inicialmente colaboró a la consolidación del bipartidismo con los liberales. En su haber se cuentan varias consecuciones importantísimas como la ley del descanso dominical, la reforma de la administración y de la ley electoral, pero su medida más importante, elaborada asimismo por otros gabinetes de Eduardo Dato y Joaquín Sánchez de Toca, fue la jornada laboral de ocho horas. Ahora bien, también este presidente, que era sumamente inteligente, mostró claramente la existencia en nuestro país de un voto ultraconservador o ultramontano y dio pie a que en España hubiera varias derechas, cuando Cánovas se había preocupado de aglutinar todo el voto útil en el Partido Conservador.
—Una de las figuras por las que se nota que tiene cierta inclinación es Tierno Galván. ¿Fue realmente tan decisivo en la modernización de Madrid y, por ende, del resto de España?
—Enrique Tierno Galván tuvo un papel destacado en el antifranquismo, no fue únicamente alcalde de Madrid durante siete años. Su posición de desencuentro con el régimen franquista y su capacidad de entendimiento con otras fuerzas opositoras como el PCE le adjudicó una posición preeminente durante el Tardofranquismo y la Transición. Quizás su línea marxista, contraria a la socialdemócrata del PSOE, explique el fracaso del PSP en las elecciones de 1977, pero creo que su llegada a la Alcaldía de Madrid mostró a los españoles que el PSOE podía gobernar sin cuestionar el sistema, aun apoyado por los comunistas, lo cual sin duda favoreció a Felipe González en 1982. Tierno fue un personaje controvertido para una parte de la prensa y la opinión política del momento, pero su gestión en líneas generales fue positiva y fue continuada por Juan Barranco. Creo que todavía hoy el «viejo profesor» es el gran desconocido del socialismo español del siglo XX.
—Un lujo contar con el prólogo de Joaquín Leguina, testigo y protagonista de la historia. En este texto nos muestra una especie de diario de cómo pasó el día de las elecciones municipales de 1979, en donde se ve que el primer sorprendido por la victoria fue él mismo y su partido. ¿Por qué no era previsible? ¿Cómo ha cambiado la política desde esos años hasta ahora?
—Joaquín Leguina es un político de primer orden que nos debe unas buenas memorias de su vida pública y, por supuesto, para mí ha sido un lujo contar con su prólogo, que es un capítulo más del libro y de la historia de la Transición. Quien ganó en votos en 1979 fue la UCD, pero la suma de las candidaturas de Tierno Galván y Tamames facilitó una mayoría absoluta de izquierdas que produjo el cambio desde un ayuntamiento aún franquista a un consistorio democrático, mayoritariamente de izquierdas. Creo que los socialistas sí aspiraban a gobernar, pero la UCD estaba fuerte electoralmente y Adolfo Suárez aún no había empezado a sufrir el desgaste del poder y de las guerras internas de su propio partido.
La política de la Transición, a pesar de las críticas y de los matices, generó una nueva clase política, con altura de miras y con capacidad de diálogo y de entendimiento, lo cual no supone que no hubiera desencuentros políticos, protestas callejeras y crisis de todo tipo. Evidentemente se aparcaron cuestiones políticas, por la necesidad de consolidar la democracia y el parlamentarismo, pero no se puede enmendar todo el periodo por eso. En nuestros días parece no existir ni la capacidad de diálogo ni la de alcanzar pactos de Estado.
—¿Qué opinión le merecen los políticos actuales frente a los del siglo XX?
—Las distintas etapas del siglo XX tuvieron líderes políticos bien diferentes, enfrascados desde luego en el juego partidista e ideológico, pero con la intención de transformar la sociedad. Destacan nombres como los que recojo en el libro, pero sobre todo sobresalen actitudes comprometidas con España, cargadas de propuestas y de valores. Claro está que hubo episodios de violencia, corrupción e intransigencia, pero se guardaron las formas y los principios, salvo en la guerra civil y la dictadura. Basta mirar las imágenes del Congreso el 23-F para observar a hombres de Estado como Suárez y Gutiérrez Mellado, pero también actitudes consecuentes de diputados tan antagónicos como Fraga y Carrillo.
Actualmente la política se ha convertido en una forma de vida; se han perdido las formas y el decoro durante la toma de decisiones y los debates y se pretende incidir en la sociedad a golpe de titular de redes sociales. En la vida pública hoy no están los mejores, salvo excepciones. El hecho de no llegar a grandes acuerdos de Estado es un problema muy serio, así como la falta de diálogo constante, e igualmente resulta desolador escuchar intervenciones que incluyen citas inexactas de autores ya clásicos. Tengo claro que se conoce muy parcialmente la Historia de España y eso tampoco resulta edificante.
—Si estuviésemos en la barra de un bar tomando cañas y alguien le preguntase por qué debe leerse su libro, ¿cómo se lo aconsejaría de forma amistosa?
—Lo recomiendo principalmente porque se lee de un tirón y, sinceramente, porque creo que la Historia es fundamental para entender nuestro presente. Si estuviese en una tertulia de bar, distendidamente, les diría a los demás que lo recogido en el libro son episodios fundamentales para entender nuestra época. He procurado contar una parte del siglo XX español con un estilo sencillo e introduciendo anécdotas verificadas, resaltando lo que sucedió y a quien lo hizo. Este libro mío es complementario de muchos otros y espero que sea útil a los lectores y a los historiadores. No voy contra nadie, sino a favor de la Historia.
—Aparte de historiador, usted es también Doctor en Filología Hispánica. Aconséjenos sus libros de cabecera.
—Efectivamente, mi formación inicial es la Literatura. Me doctoré con una tesis sobre la obra literaria de Joaquín Leguina y aconsejo su novela Tu nombre envenena mis sueños. Uno de mis libros de cabecera ha sido Historia de una maestra, de Josefina Aldecoa, una visión de la docencia y de España entre los años veinte y 1936 absolutamente bien narrada. Otro de mis libros más releído es El disputado voto del señor Cayo, de Miguel Delibes, novela quizás menor del gran escritor vallisoletano pero que es una reivindicación, en 1978, de la España vaciada. Para conocer literariamente la España anterior a 1939 es preciso leer La forja de un rebelde, de Arturo Barea, así como «los campos» de Max Aub, sobre todo Campo de los Almendros, una narración dura sobre el campo de concentración de Albatera, en Alicante, al que llegaron entre otros muchos albaceteños. Pero sigo siendo fiel a Galdós y a Fortunata y Jacinta, insuperable retrato de Madrid y de la sociedad decimonónica. Procuro estar al día con la poesía actual, pero suelo recurrir constantemente a los versos de Luis Alberto de Cuenca, Luis García Montero o Almudena Guzmán, entre otros, como en mis años de instituto.
Francisco J. Peña Rodríguez (Tobarra, Albacete, 1977), es Doctor en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en la España Contemporánea por la UNED. Fue Asistant Teacher del Darmouth College en la UAM (2001) y Visiting lecturer en el Dartmouth College (New Hampshire, EE.UU., 2002). En la actualidad ejerce como profesor de Lengua Castellana y Literatura en Secundaria en el IES José Conde García de Almansa (Albacete).
Como crítico literario es especialista en novela posterior a 1975 y en poesía del siglo XXI. Ha publicado estudios en revistas de Estados Unidos, Rumanía, Perú y España sobre los escritores Luis Alberto de Cuenca, Ana Merino, José M.ª Carrascal, Mercedes Formica y las poetas españolas del siglo XXI, además del ensayo La obra literaria de Joaquín Leguina (1985-2006). También es autor del prólogo crítico de Historias de la Calle Cádiz, de Joaquín Leguina (2010); La familia Gyurkovics, de Ferenc Herczeg (2014) y La señora Mike, de Nancy y Benedict Freeman (2014). Colaboró con el Diccionario Biográfico Español, de la Real Academia de la Historia, firmando las biografías de Josefina Aldecoa, Álvaro Pombo y Vicente Molina Foix.
Desde hace más de una década se dedica a la investigación histórica sobre la represión política y social durante la guerra civil y la posguerra, habiendo publicado varios estudios sobre depuración de maestros, revisionismo judicial en la posguerra y conflictividad social en 1934 en los Campos de Hellín (Albacete), además de un análisis sobre los sucesos de Yeste de mayo 1936, todos ellos en Cuadernos Republicanos, revista del CIERE.
📕 De Alfonso XIII a Tierno Galván. Estampas del siglo XX español
Colección Anaquel de Historia, n.º 13 (Cuadernos del Laberinto) • I.S.B.N.: 978-84-18997-27-3 • 202 págs. • Prólogo: Joaquín Leguina Herrán • Ilustraciones artículo: Portada del libro y fotografía, con autorización para su uso y publicación en este artículo; © de sus autores.
Más información: http://www.cuadernosdelaberinto.com/Historia/DE_ALFONSO_13_A_TIERNO_GALVAN.html
Revista Almiar · n.º 125 / noviembre-diciembre de 2022 · 👨💻 PmmC · MARGEN CERO™
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