relato por
Juan Carlos Vásquez

 

M

ientras leía comenzó a escuchar voces, estas le repetían lo mismo: No te gusta tu apariencia, ese rasguño nasal al emitir palabras, la idea recurrente que tienes sobre el futuro.

En la pantalla del ordenador había una línea que señalaba la forma de coincidir, cómo concretar una cita, cómo volar con dos comprimidos.

«Primero pagas y se establece un cóctel de emociones, se reúnen grupos en común. Podrán jugar, intercambiar opiniones, tener sexo». Podrán compartir experiencias, hasta que, ya cansada, la máquina de las afinidades los dejará matarse.

Ahora baja, camina, busca la dirección y hace la fila…

Muchos esperan haciendo poses mientras fuman, se observan en el reflejo de las vidrieras de las estanterías para generar un estilo. Sonríe, uno que dice estupideces, otro más callado parece saberlo todo, falseando su identidad penetra en grupos con otras características para formar el caos, cuando lo detectan ya es tarde.

 

Adriza habla de los peligros de imitarse, de no mirar a los ojos. Una mujer voltea, es experta en relaciones, desde lejos rechifla con desparpajo al reconocer el mecanismo. Cuando era joven lo intentó, ahora observa todo con un café en la mano desde la mecedora. Ya no opina, no habla, solo sale por pan a mediados de la mañana y regresa.

La tregua les da tiempo para enredarse, todos los indicadores se han parado. La máquina, el guía, los padres de Adriza han muerto. Regresa a la habitación que no le gusta, que nunca le gustó, envía mensajes a otra amiga con un pasado anonimante heroico para preguntarle incógnitas. Envía mensajes a examantes con la esperanza de que alguno conteste. El azar lo quiso así. Las ventanas están abiertas. Durante años pensó estar allí, ahora piensa no haber reflexionado lo suficiente sobre el universo de su decisión. Vuelve a bajar, esta vez más aturdida.

 

Pero la historia de Adriza ya no importa, le han marcado un número, le exigen un análisis de sangre, presupuestos y condiciones metidas en un sobre. Con sermones y displicencia un hombre de fe le exige fortaleza, la convence hasta que trata de tocarla. Adriza lo empuja, maldice, de anarcoindividualista pasa a atea.

A los que protestaban les dieron libertad para drogarse en el parque y ya no salen del parque, desde allí emiten sus consignas de rebelión social. Forman un movimiento contracultural de supuesta expansión que se diluye entre sobredosis.

Está en el medio, deambula por el centro comercial, no fue a la cita del grupo, no siguió las indicaciones del ordenador, perdió a sus seguidores y amigos, desde entonces ha pensado en el suicidio, mucho más delgada mira pasar el tranvía, hasta que una amiga le sugiere volver a pintar el piso y redistribuir los espacios que siempre quiso. Esta vez tendría la oportunidad de ocupar la habitación con balcón.

Le agradece, está consciente de su profunda y enfermiza evasión. Es mejor volver al orden habitual del despiste y emocionarse con banalidades. Organiza todos los objetos que tienen tantos años enclaustrados en cajas, y sale a las alturas, para ver desde la comodidad de una silla la autodestrucción de todo.

 


 

Juan Carlos Vásquez

Juan Carlos Vásquez (Valencia, Venezuela). Como narrador ha publicado un libro de relatos Pedazos de Familia (Ediciones Estival Teatro, Maracay, Venezuela 2000). Antologado en Paseo en Versos (Pasos en la Azotea, Df México 2006); Hemiparesias (Visceralia Ediciones, Santiago de Chile 2006) y Poesías y aparte (el Libro y su Autor, Creaciones Literarias, selección de Betty Goldman y Enrique Epelbon; Estados Unidos 2007). Illustrative image: Mirages from an Unreal World by Laura Orvieto, (Author House, New Jersey, Estados Unidos 2010). Colaboró en la revista Voces, Edición n.º 55, de junio de 2006 (Edición n.º 68 de septiembre de 2007); la Coruña (España). En el monográfico conmemorativo del 5.º aniversario de Margen Cero; Madrid, España. Algunos de sus poemas fueron traducidos al portugués por el escritor Antonio Miranda y al inglés por Keith O´Donell. Distinciones en los Concursos de Poesía Pro lingüística y Multimedia Premio Nosside, Calabria-Italia Edizione 21 / 2005, Edizione 22 / 2006. Semifinalista del concurso de poesía Pasos en la azotea, Df México 2006. Integrante del grupo cultural Spanic Attack (New York 2004); The Hall (Miami 2001). Columnas periodísticas: Diario El Impulso, Edo Lara. Ha vivido en Tampa, Fl. New York, NY. San Francisco, Cl. La Coruña, Comunitat Valenciana. Actualmente reside en Barcelona.

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Ilustración relato: geralt / Pixabay [dominio público]

 

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Revista Almiar (Margen Cero™) · n.º 99 · julio-agosto de 2018

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