
Soy un niño
«En el barrio me llaman el chico del cobaya, pero además poseo una tortuga y dos periquitos, uno amarillo y verde y el otro con varios tonos de azul». (Relato por Kim Bertran Canut).
«En el barrio me llaman el chico del cobaya, pero además poseo una tortuga y dos periquitos, uno amarillo y verde y el otro con varios tonos de azul». (Relato por Kim Bertran Canut).
«Quizás soy un existencialista, ya que constantemente evalúo el vacío de la muerte y los resultados de mis entornos. De lo que quizás fui en el pasado al anarcoindividualismo, y de ambos, a la nada». (Relato por Juan Carlos Vásquez).
Las nubes negras se acercaban y los primeros rayos ya golpeaban el horizonte con sus ecos atronadores. Apenas pasaba de mediodía, pero el pueblo entero se había teñido con los grises tonos del invierno de ese frío año 1983, sumiendo todo en una lúgubre penumbra. (Relato por Danny Navarrete).
En esta novela, Lilia Hernández Vergara reflexiona sobre episodios difíciles de la época de la dictadura de Pinochet, con un recurso de reconstrucción de la memoria de uno de los personajes que narra la historia de los demás integrantes de la familia: una exconvicta, una drogadicta, un joven homosexual y la abuela autoritaria que se sumerge en la televisión como un vicio más. (Reseña por Iván Martínez Berríos).
[…] Es un trastorno poco frecuente que afecta la memoria acerca de los objetos del mundo. Eso quiere decir que las palabras se van olvidando. Se comienza por los sustantivos y luego se acaban los pronombres, los verbos, los conectores… (relato por William Tamayo Agudelo).
[…] Hora de escudriñar las escaldaduras antes de que se desvanezcan y con ellas, los irremplazables desboques. (Unos enclenques se disgustan y les brotan sisas en las asentaderas del pánico). Textos breves por Wilfredo Carrizales.
Decía Marlow, en la novela El corazón de las tinieblas, que vivimos igual que soñamos: solos. Artículo por Gustavo Catalán Fernández.
«Días más tarde, conocí que ese barco hizo una larga y peligrosa travesía hasta llegar a La Habana, sin poder lograr su anhelo. Seguimos la estela del barco y nos encontramos que en el San Luis, viajaban personas llenas de esperanzas por comenzar una vida nueva; atrás habían dejado su tierra, sus costumbres, su pasado y presente vivido en los campos de concentración… ». Crónica por Beatriz Celina Gutiérrez Gómez.
Comentarios recientes