El juego de las familias

El juego de las familias

Mi nombre es Kunuk Ashoona, tengo dieciséis años y soy un inuk. Los inuit éramos antaño un pueblo orgulloso. El hielo era nuestra vida, su desaparición nos condenó. (Relato por Manuel Moreno Bellosillo).

El proceso

El proceso

Aquella noche iba a ser un desfase. Habíamos terminado los exámenes y la banda iba a salir a saco. Por la tarde quedé con mis bros para hacer botellón en el parque, nos mamamos a gusto y la liamos petarda hasta que se personó la azul para disolvernos… (relato por Manuel Moreno Bellosillo).

El hombre que jugaba a ser Walt Disney

El hombre que jugaba a ser Walt Disney

En el año 2029 yo era un abogado recién licenciado que acababa de terminar la pasantía de unos meses en un reconocido bufete de la capital y había decidido emprender la carrera profesional en solitario montando un despacho por mi cuenta. (Relato por Manuel Moreno Bellosillo).

Sion

Sion

[…] La Historia tiene que aspirar a contar la realidad pasada y si la misma no se fundamenta en hechos ciertos y contrastables, ésta se adulteraría de tal modo que dejaría de ser la madre de la verdad para convertirse en la ramera de la mentira… (Relato por Manuel Moreno Bellosillo).

El día de los Inocentes

El día de los Inocentes

Las notas de aquel trimestre fueron una catástrofe, incluso peores que en otras ocasiones, bien surtidas de insuficientes e incluso de algún ignominioso muy deficiente. Cuando mi padre llegó del trabajo ese día, se encontró la casa en un inusitado silencio, una tranquilidad inédita que nada bueno presagiaba. (Relato por Manuel Moreno Bellosillo).

La máquina de Ctesibio

La máquina de Ctesibio

[…] ¿Qué hubiera pasado si Marco Antonio hubiera vencido a Cayo Octavio en la crucial batalla de Accio? ¿Qué hubiera pasado si la odiosa dinastía Julia no hubiera gobernado en Roma y en su lugar se hubiera impuesto la dinastía Antonia?… (relato por Manuel Moreno Bellosillo).

El instrumento de la justicia

El instrumento de la justicia

[…] aunque las diligencias policiales siguieran abiertas, no se descubriría nada, ninguna línea de investigación que seguir, ninguna prueba nueva que investigar, ningún testigo que diera un giro imprevisto a la instrucción. Los programas pronto se cansarían de ella, la sustituirían por otro crimen más atroz… (relato por Manuel Moreno Bellosillo)

Ojos violeta

Ojos violeta

Carlos lo llamó «Boquerón» y era justo que él le pusiera el nombre que se le antojara pues, al fin y al cabo, él se lo había encontrado; según nos contó más tarde, lo había encontrado en la calle, debatiéndose para tratar de escapar de un gran charco… (relato por Manuel Moreno Bellosillo)