Volver al índice de Relatos (6)

Página principal

Música en Margen Cero

Poesía

Pintura y arte digital

Fotografía

Artículos y reportajes

Radio independiente

¿Cómo publicar en Margen Cero?

Contactar con la redacción

Síguenos en Facebook


 

Duraznos en flor

Mónica M.ª Volpini
Camerlinckx


Las primeras plantas que alguna vez compramos juntos estaban empezando a florecer cuando recibí tu carta. Me pedías perdón y decías que querías ver florecer los duraznos tomándome la mano. No entendía este apuro después de tanta ausencia, pero enseguida te contesté diciendo que yo deseaba lo mismo. Al fin y al cabo, eso era lo que había estado esperando durante más de diez interminables años. También decías que jamás me habías olvidado, que rezabas por mí todas las noches y no sé cuántas hermosas mentiras más. Entonces le dije a mi marido que debía viajar, que en la escuela me habían elegido como delegada para un congreso en Buenos Aires para la semana siguiente, y él se lo creyó. Era la primera vez que le mentía en todo el tiempo que habíamos estado casados, pero no me importó. Verte era lo más importante. Corrí a la peluquería, compré ropa y traté de estar lo más parecida posible a lo que era diez años atrás.

Cuando besé a mis hijas antes de salir de casa sentí algo parecido al remordimiento, pero enseguida me dije que «tenía derecho a vivir una semana para mí y para vos», y que tal vez después todo quedaría en el olvido. O tal vez mi vida cambiaría para siempre.

Realmente estaba aturdida, pero todo aquello me envolvía en un hermoso halo de misterio que me hacía sonreír.

Cuando te vi me diste un poco de pena. Los años te habían hecho más daño que a mí. Estabas sentado en un bar mirando el techo, como siempre, con tu infaltable cigarrillo sin fumar apoyado en el cenicero. Me esperabas y aquello era tan importante para mí que me costó llegar a tu lado. Entonces nos miramos, yo me quedé parada observándote con una mezcla de devoción y esperanza por lo que iría tal vez a pasar entre nosotros. Entonces vi que no habías perdido tu sonrisa, y presentí un hermoso futuro entre nosotros cuando te levantaste y me acariciaste suavemente el pelo…

—Qué bonita estás… ¿Ya han florecido los duraznos por allá?

—Sí… papá.



_____________________
CONTACTAR CON LA AUTORA: leonyyo[at]hotmail.com

 

ILUSTRACIÓN RELATO: Fleurpecher, By Jean Tosti [GFDL (http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html) or CC-BY-SA-3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/)], via Wikimedia Commons.

 




Revista Almiar - MARGEN CERO (2005) - Aviso legal