Patricio Portales Coya

Autor chileno. Puedes leer otros relatos de este autor: Coronavirus y Nebulosa: Mi propia globalización

Cuando llegó el Covi

S

e suspendieron las clases. Me quedé en casa, qué rico y mucho ver tele. Ahí lo vi por primera vez. Parecía una bolita peluda de color rojo y verde, le decían el Corona.

Un tiempo después llegó. No sabemos por dónde entró. Mi mamá dice que por la puerta. Mi hermana mayor dice que lo trajo su marido. Él dice que no, porque anda en su bicicleta no más. Dice que ella lo trajo, porque anda en Metro. Ella dice que no, porque no anda en Metro desde octubre cuando quemaron la estación. Mi otra hermana dice que llegó en un paquete de arroz del almacén. Mi abuelo decía que da lo mismo, pero que lo malo es que llegó.

Yo lo vi una noche que mi abuelo tosía y tosía, fui a su dormitorio y vi que estaba agarrado a su garganta. Después lo vi en la cocina y lo vi en el baño y en las manillas de las puertas. Parecía una pelota de pin pong chica, peluda y daba botes en cámara lenta y en el aire parecía una pompa de jabón. Cuando lo decía no me creían, respondían que yo «estaba puro difariando» con el encierro.

Yo creo que entró por la tele, ahora en todos los canales le dicen Covi y hablan de él todo el día y lo muestran. Dicen que anda por todo el mundo. ¿Por qué no lo agarran y lo matan si es tan malo?

Como a los siete días que lo vi la primera vez, encima de la mesa del comedor, a mi abuelo le dio mucha fiebre. Vino una ambulancia y se lo llevó. Mi mama se puso a llorar y no paraba nunca. Tenía razón, el abuelo no volvió más. Dicen que no va a volver. Se lo llevó el Covi. Todos lloramos menos mi papa que dice que «los hombres no lloran».

Nosotros aún estamos encerrados, nunca más pudimos salir ni a la puerta del departamento. Vienen los enmascarados en ambulancia y nos examinan y se van y nos repiten que no podemos salir, somos «positivos». Yo creo que somos negativos porque todos estuvimos como resfriados, a mi mamá le dio un poco de fiebre y tos. Sigue llorando. Negativo.

Yo estoy aburrido, solo puedo ver a mis amigos por el celular de mi hermana y ella me lo presta un ratito no más. También estoy cabriado de comer puras lentejas, garbanzos, porotos y tallarines. El sábado cumplí diez años, solo había unos panqueques con manjar de tarro, ni amigos, ni torta, ni regalo. Un cabo de vela que apagué, cuando con pena me cantaron.

Aquí todos están tristes y muy mal genio. Se lo pasan retándome porque trato de jugar ping-pong con la muralla. Todavía veo al Covi que se pasea por todos lados y parece que me hace burla, porque trato de agarrarlo a paletazos y no puedo darle.


Paporcoy. Abril 2020


Contactar con el autor: patricio.portales {at} gmail [dot] com
Ilustración artículo: Imagen (detalle) por enriquelopezgarre, en Pixabay [public domain]

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