Un infiltrado en San Sebastián
por Guillermo Ortiz López
 

 

Primeras impresiones: Sergi López, Luis Tosar y la eclosión española


Dicen mis compañeros de pensión que es increíble lo que se oye a la salida de los cines. Y eso que ellos no están acreditados. Efectivamente, todo el que sale de ver una película corre el riesgo de dárselas de experto. Cuando hablamos de críticos, el riesgo se multiplica. No sólo se oyen cosas raras, sino que la gente habla durante los pases, se deja encendido el móvil, se va en medio de la proyección...

Los críticos son —somos— gente curiosa, sí.

Y eso que el Festival ha empezado con muy buena pinta, resolviendo en parte las dudas con las que nos acercábamos a San Sebastián. Cronenberg deslumbró, Paul Haggis cumplió y Auster ha conseguido triplicarse a sí mismo: presidente del Jurado, con película en la Sección Oficial (aunque no a concurso) y con el libro de la película ya en las librerías.

Pero, sobre todo, lo que hay es cine español. Si algo destaca al Zinemaldia de los otros festivales es su punto iberoamericano y en esa selección se juega todo: de momento, hemos visto grandes películas y sobre todo grandes actuaciones.

Están los grandes, claro: por ejemplo, Sergi López en La Maison y eso que Sergi López no es de mis favoritos, pero en francés resulta más creíble y menos aburrido, no sé por qué. También, Luis Tosar, otra de mis «bestias negras» pero que hace a la perfección de jefecillo hijo de perra en la fantástica Casual Day, una película con algún altibajo —especialmente al final— pero que tiene unos diálogos absolutamente maravillosos y un reparto de lujo. Aparte de Tosar, Marta Etura y Alberto San Juan están prodigiosos.

Pero junto a los grandes están los que van saliendo, y ahí destaca Oihana Maritorena, protagonista junto a Ramón Barea y Xabier Elorriaga de Cosmos, la interesante ópera prima de Diego Fandos, ambientada precisamente en Donosti.

También hay crítica social, como siempre en San Sebastián. Hay mucho Irak —Nick Bloomfield y Paul Haggis— y mucha inmigración. Sobre el tema repetiré algo que he escuchado hoy en el Victoria Eugenia y que me parece muy acertado: una película tiene que ser buena independientemente del tema que toque. No sirve de nada hacer un alegato brutal sobre algo en lo que ya estamos todos de acuerdo. Hay que esforzarse un poco al contarlo, al menos.

Por ejemplo, Haggis juega con sus banderas y sus historias que dan vueltas, como hizo en Crash, como hizo al guionizar la Segunda Guerra Mundial en Banderas de nuestros hijos o Cartas desde Iwo Jima. El problema es que no resulta fácil pillarle el punto, como si siempre hubiera algo que quería contar y al final no ha contado. Una solemnidad que parece enmascarar un significado oculto.

O quizás no. Quizás simplemente lo que le importe es el símbolo. Sin más. Estudiosos habrá sobre el tema. Sólo hay que escucharles en medio o al final de cualquier sesión de cine.


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GUILLERMO ORTIZ LÓPEZ es el
coordinador de la sección de cine de Almiar. (Página web: www.guilleortiz.com/)

Crónicas publicadas sobre el Festival: Festival de San Sebastián: Richard Gere pone el glamour l Primeras impresiones: Sergi López, Luis Tosar y la eclosión española l La locura por Richard Gere l Premios para todos los gustos en una Sección Oficial devaluada

- PÁGINA OFICIAL DEL FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN (2007): www.sansebastianfestival.com/


💬 Artículo publicado en Revista Almiar, n.º 35, agosto-septiembre de 2007. Página reeditada en mayo de 2019.


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