Pere Ponce, el metrosexual

por
Guillermo Ortiz López


Me moría de ganas por utilizar ese adjetivo, aunque nadie sepa exactamente a qué se refiere. Parece que se trata de un varón joven, urbano (de la metrópolis), cosmopolita, preocupado por su propia imagen y sensible. Bueno, son tantos requisitos que nos conformamos con que nuestro adjetivado cumpla algunos, y si hubo un varón joven, urbano y sensible a principios de los 90, ese fue Pere Ponce.

Vale que ahora está en Cuéntame haciendo de cura progre y muchos le conocerán, desgraciadamente, por eso, pero el momento de esplendor en la carrera de este barcelonés con cara de no haber roto un plato llegó entre 1991 y 1996, período en el que llegó a rodar 12 películas. Sin duda, la más destacada, esa preciosidad que se llamó Amo tu cama rica.

La película sirvió para dar a conocer a tres prodigios del cine español de los 90: de entrada al director, Emilio Martínez Lázaro, que ya en 1970 había rodado un cortometraje con un título similar Amo mi cama rica con guión de Jaime Chavarri. Martínez Lázaro, que contaba en 1991 ya con 46 años, tenía una abundante filmografía detrás tanto en cine como en televisión pero hasta ese momento no había conseguido el reconocimiento que merecía. Después ha engarzado éxito con éxito, desde Los peores años de nuestra vida (1994) a El otro lado de la cama (2002). Es uno de esos casos —como Rohmer, salvando las distancias— en los que un hombre de cierta edad es capaz de retratar el mundo de los post-adolescentes con mayor maestría que cualquier director novel.

Mucha menos filmografía (o prácticamente nada) tenían detrás los dos protagonistas: Pere Ponce y Ariadna Gil. Nunca Ariadna ha salido más guapa que en esa su primera película. Y no es decir poco. Junto a intervenciones fugaces de secundarios como Javier Bardem o Cayetana Guillén Cuervo y una de las últimas interpretaciones de Cassen, el producto quedó redondo y, aunque no fue un bombazo en taquilla —las promociones estilo Mar adentro no se estilaban mucho en la época— sí se ha quedado como una película de culto para aquéllos que quieran revivir esos años extraños de la noche madrileña, una vez olvidada la «movida» pero todavía sin formarse el nihilismo «a lo Kronen» que marcará a la llamada Generación X.

El problema de que tu primera gran película sea tan buena —ambos actores ganaron el premio Ondas a la mejor interpretación— es que a partir de ahí toda tu carrera parece una cuesta abajo. No lo ha sido en el caso de Ariadna Gil, que ha conseguido papeles en importantísimas producciones, varias nominaciones al Goya —con éxito en 1994— e incluso un Oscar por Belle Epoque, pero sí nos queda esa sensación con Pere Ponce. Encasillado en su papel de joven tímido y sensible, que despierta el lado más tierno de las mujeres, todavía le vimos en dos excelentes actuaciones: en 1992 es elegido como protagonista de uno de los capítulos de la serie La mujer de tu vida. Se trata de La mujer impuntual con Aitana Sánchez-Gijón y Tito Valverde, que pasa por ser el mejor capítulo de la serie. En 1994 junto a una recién descubierta Penélope Cruz y un excelente grupo de secundarios (Rosa María Sardá, Oscar Ladoire, Jordi Molla, Luis Ciges...) rueda Alegre ma non troppo, una película divertida, muy a lo Fernando Colomo, pero que deja mucho que desear en demasiados aspectos.

Con todo, fue un poco el principio del fin, porque a partir de ahí rodó mucho, buscando siempre apartarse del estereotipo del chico sensible, pero no con demasiado éxito. Entre 1995 y 1996 aparece en seis películas, las más destacadas El porqué de las cosas (aceptable adaptación de la más que aceptable colección de relatos de Quim Monzó) y La ley de la frontera un bodrio argentino con Aitana Sánchez-Gijón haciendo de bandolera. También forma parte de una curiosa película, Atolladero, un western que protagoniza con Iggy Pop.

Y hasta 2002 que empieza con Cuéntame pues prácticamente nada. Excepto El árbol de las cerezas (1998) es difícil encontrar un film que realmente merezca la pena o que esté a la altura de lo anterior. Pásate a la pasta (2000), la serie de televisión Jacinto Durante, representante, Marujas asesinas (2001), No dejaré que no me quieras (2002), son algunos de los títulos por los que ha tenido que pasar este cada vez más viejo Peter Pan moderno. Cuéntame le ha servido por lo menos para relanzar su carrera y volver a ser conocido por el gran público. Aprovechando el tirón, David Serrano le llamó para uno de los personajes principales del equipo de Días de fútbol. La película sí que fue un éxito de taquilla pero digamos que, salvo dos o tres puntos de humor, es bastante floja.

No confío demasiado en el repunte de Pere Ponce. Donde me gusta realmente es en los papeles que, por edad, ya no puede hacer. Pero es un gran actor. Uno de los pocos actores españoles que me ha hecho reír de verdad en los últimos años, así que para él mi reconocimiento y mi deseo de que llegue el día en el que no necesite de la familia Alcántara para triunfar.





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