Cándida (Guillermo Fesser)
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Alicia Albares


Resultan sorprendentes los caminos que está inaugurando el más arriesgado y reciente cine español. Con producciones de contenido fantástico como El laberinto del fauno y superproducciones históricas como Alatriste, las tendencias se diversifican y se pierde el miedo a explorar terrenos desconocidos y hasta ahora inhóspitos que prometen resultados interesantes para el futuro inmediato de nuestra industria.

Enmarcada en esta búsqueda de nuevas propuestas, Cándida persigue, no obstante, un objetivo muy distinto: no busca el desarrollo de un género como las dos películas mencionadas, sino que pretende mezclar ingredientes de diversa procedencia para ofrecernos un mordaz, duro y sórdido lienzo-espejo que recoge lo mejor y peor de nuestra sociedad. Sin embargo, en la persecución de su meta, logra continuar por la senda que trazan sus coetáneas: con un estilo propio que renueva la temática y los medios, enlaza con el gusto tan nuestro y habitual como es el retrato sociológico. Pero su visión se puede calificar de profundamente novedosa: no es fácil transitar con seguridad los caminos de la tragicomedia sin caer en las bromas típicas y la lágrima fácil, pero Fesser, en su primera aventura cinematográfica (recordemos que se trata del hermano del director, Javier Fesser), no tiene miedo a internarse en lo personal, confiando en sus gags y en una sensibilidad no exenta de ternura e ironía.

Así, nos embarcamos en la dramática existencia de la asistenta, madre, esposa y crítica de cine Cándida Villar (ya conocida por su participación en el programa radiofónico de Gomaespuma), para conocer un poco más el pasado y presente de su vida, que ella nos cuenta con una elocuente y divertida voz en off que nos permite ver el mundo desde sus ojos. Extraño es así nuestro viaje, pues la mujer, una grandiosa y peculiar Mary Poppins de los bajos fondos, nos enseña los personajes que rodean su día a día, profundamente reales aunque fieramente caricaturizados, sin caer en el esperpento y alejados del arquetipo; personajes que se dejan llevar por su fuerza y caen rendidos a su encanto. Pues Cándida, catalizador de ese micro universo de condesas crueles y tacañas, jóvenes drogadictos y locos, suegras desquiciadas y reporteros obsesionados con el trabajo, va transformando los destinos a golpe de croquetas de pollo y comentarios hilarantes, surrealistas, teñidos de ingeniosa ingenuidad. Fesser ha sabido ver la verdad de esa filosofía esencial, de barrio, de las mujeres primeras y ha querido homenajearla y transmitirla con la maestría de quien hace llorar y reír a un tiempo, de quien disfraza de humor una brusca y terrible marginación que, por hacer reír, no pierde ni mucho menos su carga dramática y crítica.

Ahondando en los detalles, tan sólo podemos criticar de la película el brusco contraste que establece entre el original tratamiento de los personajes y la puesta en escena; y lo excesivamente clásico de su trama, donde la historia de amor parece salida de una comedia romántica al uso, vista muchísimas veces. No obstante, en ese entorno romanticón volvemos a encontrar a Cándida, modificando cualquier cliché y dotando de frescura el diálogo que sea.

No es fácil lograr el retrato de alguien como Cándida y su entorno de personajes delirantes sin alejarse de la realidad en la que se enmarcan, pues resulta mucho más sencillo reírse de una caricatura y evitar así cualquier compromiso, justificándolo todo gracias al humor negro, que saber mirar la escalofriante cotidianeidad desde los ojos sorprendidos y aterrados de un director que, convirtiendo la broma en denuncia, consigue hacernos reír sin perder esa sensación insólita que planea durante todo el metraje de esta película.

Como un nuevo Fernando León, Guillermo Fesser ha arriesgado mucho y ha sabido conectar con su público, en un filme ideal para fanes del dúo Gomaespuma, pero también para cualquier persona con ganas de disfrutar sin por ello desvincularse de lo que ocurre alrededor.

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Alicia Albares Martínez, colaboradora de la Revista Almiar, trabaja en la actualidad para varias publicaciones locales del distrito de Vallecas (Madrid): Revista Santa Eugenia, periódico La Quincena, y, ocasionalmente, con la Revista 31, como coordinadora de la sección de cine. Escribe guiones cinematográficos y cuenta con algunos premios literarios juveniles. Estudiante de Comunicación Audiovisual, ha trabajado en cine como meritoria y auxiliar de dirección.
ruselina[at]telefonica.net


IMÁGENES ARTÍCULO (orden descendente): Guillermo Fesser during the filming of Candida, By Josep Maria Civit (Slums already disappeared. Madrid. Aug, 2005.) [Attribution], via Wikimedia Commons | Guillermo Fesser, By Miguel A. Monjas (Own work) [CC-BY-SA-3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0) or GFDL (http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html)], via Wikimedia Commons.



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Revista Almiar (Madrid; España) - n.º 31 / diciembre 2006-enero de 2007
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