Maneras de vivir

por Carlos Díaz



Christian Molina y Belén Fabra: Diario de una ninfómana


En esta ocasión entrevista por partida doble: al director y a la actriz protagonista de Diario de una ninfómana.

Christian Molina es un aventajado realizador que ha aprovechado su conocimiento en diversos campos cinematográficos en los que ha trabajado desde muy temprana edad. Ya tiene varios proyectos sobre la mesa y no es de extrañar por lo bien que está funcionando en taquilla su último largometraje.

Belén Fabra, tras haber interpretado diversos papeles en numerosas obras de teatro, consiguió el reconocimiento de la crítica gracias a su trabajo en Plataforma, de Calixto Bieito. Para la gran pantalla la hemos podido ver recientemente en Canciones de amor en Lolita’s Club, de Vicente Aranda.


—Christian, hay un salto abismal de tu ópera prima Rojo Sangre a ésta. ¿Qué crees que has aprendido en Diario de una ninfómana que utilizarás para la próxima?

—He aprendido a amar la historia, cosa que en Rojo Sangre me faltó ya que nunca acabé de creérmela del todo. Está claro que tus sentimientos al final se transmiten en la pantalla.

—Has trabajado con Juanma Bajo Ulloa, Joaquín Oristrell y Miguel Hermoso entre otros, ¿cómo ha influido en tu cine?

—Por ejemplo de Juanma he cogido muchas cosas porque me parece el director de cine de este país que mejor coloca la cámara y que mejor la mueve. Pero a mí me ha influido mucho más el cine que he visto, que el que he hecho.

Diario de una ninfómana está basado en el libro escrito por Valérie Tasso que se ha traducido a más de 15 lenguas y ha sido best-seller en más de 10 países. En la mayoría de casos que se lleva un libro a la gran pantalla el escritor no está contento con el resultado. ¿Qué ha opinado Valérie al ver la película?

—Está muy contenta. Lloraba como una loca el día del estreno. Además ella aceptó desde un primer momento que esta era mi obra y no la suya. Le dije siempre que me iba a fijar más en lo que había detrás de las letras de su libro que en lo que hay escrito. Le dejé claro que iba a hacer una adaptación libre obviamente respetando la historia. Me interesaba más el alma del personaje de Valérie.

—Has trabajado con grandes estrellas como Charlton Heston, Anthony Quinn o Paco Rabal, y en ésta por ejemplo con Geraldine Chaplin. Aunque Belén Fabra tiene un extenso currículo, ¿en algún momento dudasteis en coger otra cara más conocida?

—Es lo único que no se ha dudado nunca. Lo único que teníamos claro es que queríamos una actriz desconocida rodeada de un elenco que la apoyara y la ayudara a no caerse. Lógicamente en un inicio los productores te insisten en tal o cual nombre.

—Belén Fabra se parece incluso físicamente a Valérie Tasso, ¿fue casualidad o lo buscabais expresamente?

—Fue casualidad. Sabíamos que tenía que tener una elegancia similar más que rasgos físicos.

—¿Cómo describirías a Belén como actriz?

—Monstruosa.

—¿Y como persona?

—Magistral.

—¿En el casting tenían que hacer alguna escena de desnudo o simplemente preguntabais si tendrían algún inconveniente en desnudarse?

—A Belén la desnudé en el casting directamente. Le dije: a ver, quítate la ropa. Y ella llevaba un albornoz y se lo quitó. Una de las cosas que dejé bien clara desde el primer día es que las pollas se llamaban pollas y los coños se llamaban coños.

—¿Quién tenía más pudor a la hora de rodar las escenas subiditas de tono?

—Mucho más los hombres que las mujeres.

—¿Y tú o Belén?

—Yo.

—No todas las ninfómanas se prostituyen y en cambio en la película este tema aparece notoriamente, ¿por alguna razón en particular?

—Porque la novela tenía tres bloques que queríamos respetar: la ninfomanía, el matrimonio y la prostitución. Lo respetamos como narrativa, no como crear el concepto de que todas las ninfómanas se vuelven putas, al contrario.

—Ahora muchas series de televisión con éxito, tipo Sin tetas no hay paraíso, o tu película tratan el tema de la prostitución. ¿A qué crees que es debido?

—A que la gente va mucho de putas y se calla mucho.

—En su diario la protagonista escribe: finalmente he descubierto que el camino a seguir es ser yo misma. Pero habrá gente que confunda ser yo mismo con no mejorar.

—El que confunda eso es que se quiere muy poco a sí mismo. Siempre tienes que intentar ser tú mismo en la escala más alta que puedas llegar. Es decir, si eres un literato has de intentar ser el mejor. Y has de confiar en que lo eres. Sino te vas a otra cosa. Ser el mil cuatrocientos del mundo en algo no tiene ningún mérito. El reto de la superación es un reto que el ser humano no puede olvidar nunca.

—¿Cuál ha sido el último descubrimiento que has hecho en tu vida?

—Un grupo de Cadaqués que se llama «IX!» que cantan en catalán y que tienen un directo absolutamente maravilloso.

—¿Y tu último descubrimiento Belén?

—No hay uno en concreto. Siempre vas descubriendo cosas nuevas que te hacen evolucionar. Precisamente hacer papeles tan intensos me ayudan a aprender de mí misma.

—Últimamente te llaman para papeles muy intensos, ¿te apetece ahora algo liviano?

—Lo que estoy ensayando ahora para el Teatre Lliure, Jugar con un tigre, de Doris Lessing, también es un papel de una mujer fuerte que vive en conflicto con su mundo y con los roles establecidos de hombres y mujeres. Es una obra muy intensa y bonita, pero después de esto, tal vez sí me apetecería una comedia, para relajarme un poquito.

—Hablando de liviandades, cuéntame por qué en ocasiones tus mejores amigos te llaman Beletual.

—Esto es cosa de un amigo muy especial, Efra, tiene mucha imaginación…

—Este año el gran descubrimiento para el público mayoritario eres tú. Es indiscutible que estás insuperable en la película así que seguro que en breve podremos oír la frase: «y el Goya a la mejor actriz revelación es para… Belén Fabra». ¿Qué crees que dirás en esos momentos?

—Te agradezco la confianza, pero no creo que sea sano plantearse estas cosas. A todos nos gusta el reconocimiento, pero puestos a elegir, prefiero tener una estantería llena de guiones interesantes.

—La película está teniendo un éxito absoluto de taquilla y todas las críticas te ponen a ti por las nubes. Aunque llevas años trabajando sin parar ¿crees que estás preparada para lo que te viene?

—No sé qué es lo que me viene. Yo voy haciendo y me concentro en lo que tengo en este momento y lo que venga, vendrá.

—El diario de Valérie Tasso es el Diario de una ninfómana, el diario de Belén Fabra es el de una…

—Iba a decir el de una loca, pero no. Es el diario de una persona que intenta mantener su centro.

—¿Qué fue más duro: desnudarte ante la cámara o el frío que pasaste en la escena de la lluvia?

—El frío, sin lugar a dudas.

—Al haber tantas escenas en las que tenías que salir desnuda y algo más, ¿en algún momento te planteaste no hacer la película?

—Al leer el guión y hablar con Christian Molina, el director, enseguida me di cuenta de que iban a tratar el tema de una manera muy cuidada. Al conocer personalmente a Valérie Tasso y el resto del equipo, me convencí del todo, ya que lo más importante para ellos era explicar esa historia con respeto y de una manera muy especial.

—¿Qué es más complicado: explicar a un novio que eres actriz con todo lo que eso implica o que te va a ver de protagonista de Diario de una Ninfómana, con todo lo que eso implica?

—Lo importante es que la otra persona entienda que es un trabajo y que una cosa es la vida personal y otra muy distinta el papel que haces en una película. No hay una implicación emocional más allá de la del personaje, en principio…

—¿Crees que es más difícil aceptar ser adicto al sexo que a drogas como la cocaína por ejemplo?

—Cuando se trata de una adicción, es muy difícil que la persona lo acepte y creo que, superarla, depende más de la capacidad de lucha de cada uno, que de la adicción en sí.

—¿Y tú a qué estás enganchada?

—A los cuernos de los croissants pequeños, pero esa es una lucha perdida…

—Para el que vea la película sabrá por qué te hago esta pregunta: ¿Belén Fabra tiene su nevera llena?

—Tal vez esté más llena que antes. Pero lo que no cambia es un cajón lleno de manzanas.

—El masculino de ninfómana es sátiro. ¿Aceptarías tener una pareja que fuera un sátiro?

—No puedo planteármelo sin encontrarme en esa situación.

—Siempre se dice que la gente de la calle cuando ve al actor por la calle cree que está viendo al personaje y no es consciente que el personaje se quedó entre bambalinas. ¿Te ha pasado con Valérie? ¿Alguien ha sido grosero?

—No y espero que siga siendo así.

—¿Cual es el piropo más bonito que te han dicho en tu vida?

—Para mí lo más bonito no es el piropo, sino que la persona que te lo diga te haga sentir especial.


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Carlos Díaz.Carlos Díaz

Fue finalista como mejor actor en el Premio Espectador de la Revista Teatre Bcn por el personaje de Sra. Lucia en la obra Una Noche de Ópera, de La Cubana y Premio Ondas por el programa «Tarde de Todos», en Onda Rambla. Ha trabajado en numerosas obras de teatro: Grupo de teatro La Cubana: Una Noche de Ópera (Dir. Jordi Milán); Las Tres Hermanas, de Anton Chejov (Dir. Jordi Oliver); Pigmalión, de Bernard Shaw (Dir. Nancy Tuñón); Romeo y Julieta, de William Shakespeare (Dir. Nancy Tuñón); cine: Va a ser que nadie es perfecto (Dir. Joaquín Oristrell); Agujeros (Dir. Jan Latussek); Impedimentos (Dir. Doménech Gibert); televisión: Serie El Show de Cándido, en La Sexta; serie Hospital Central, en Tele 5 y serie Lobos, en Antena 3 Televisión, entre otros títulos. Dirigiendo y presentando el programa «Contigo en la Tarde» fue líder de audiencia en la programación de SomosRadio.

WEB DEL AUTOR: http://carlosdiazactor.es/



💬 Artículo publicado en Revista Almiar, n.º 42, septiembre-octubre de 2008. Página reeditada en mayo de 2019.



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