poemas por
Zoelia Frómeta

 

Supongamos que no te conozco como debería.
Tampoco somos extraños, algo nos une
en un silencio opaco y angular.
Supongamos que dejo acaricies el lóbulo de mi lengua
con la precisión del amante que sabe que será la última vez
entonces sonrío y digo, por ejemplo, tu mirada
cariño, me recuerda una copa que el día de ayer
se rompió sobre la mesa. Tú solo intentas decir.
No eras más que una sombra que se disuelve.
Supongamos que abrí la jaula y dejé que te marcharas.

 

arabesco poemaA vecesarabesco poema A veces

 

Me he quedado a mitad del pasillo
sólo para ver caer la lluvia
su presencia en mis ojos me deslumbra.
A esta hora del día nadie sospecha
que solo puede la eternidad habitarme.
Soy tan simple a veces
que no podrías mirar mis ojos
sin que vieras la ignota mujer
que solo cuando nadie puede verla
escribe en sus muros trozos de poemas
y sale a encontrarse con algún perro
que le recuerda que la alegría es el mejor de los sitios
porque ella también ha sido triste.
Lloró alguna vez a solas junto a jirones de soledad
y ahora, solo busca ser el silencio del árbol en el parque
la luna amarilla en el charco brillante
el pie sobre la calle húmeda después del aguacero
la ola jadeante en las manos de la arena
la pared donde cae segundo a segundo
enamorada la noche solo para saber que está viva
que una vez fue también una mujer
que pensaba era una espejo
sombra apostillada a la página en blanco
mientras el poeta la observa
sin tener palabras para nombrar
lo que veían sus ojos en su cuerpo como flor
que lacia se entregaba a su mano
para que la posea sin reservas.

 

Confesión altruista


Poemas No era más que una sombra


Mi nombre y fecha de nacimiento está escrito en alguna parte de este
llamado Cuba. Tengo años para ser adulta y responsable aunque
siempre he negado la posibilidad de un péndulo sobre mi cabeza de sibila.
Una premonición, un instinto es cuanto necesita mi corazón
para saltar al vacío de la cuerda y ser el salvaje fauno
que cuelga de una hebra de luz. Ahora, estoy sola
la casa parece un hervidero, hay fuego que no se ve por todas partes.
Ardo, el agua no basta para calmar la desidia, el contrapunteo
del corazón, salgo a la calle, recuerdo
ayer me prometí liberarme de todo remordimiento o pena. 

Creer en Dios no es un acto tan simple
ni tan misericordioso, algo que llamo certeza o fe me sostiene.
Una anciana me mira, abrazo sus ojos como si fueran los de mi madre, sonríe.
Sonrío, veo su tristeza, sus zapatos sucios, hambre en sus huesos.
Ella también escogió este país que la olvida
que no puede ocuparse de su muerte o de su vejez.
Supe que le haría un poema donde dijera
cómo me encantó mirar sus ojos de abuela.
Soy una mujer de 50 años cursi, tan sentimental
que escucho boleros mientras bebe una cerveza
y piensa que mañana tomará un avión
hacia alguna parte de este mundo.

 

 

separador Pavana infanta triste Pavana para (por) una infanta triste

 

Este día sosegado me trae
la cotidiana costumbre del silencio.
En esta hora puedo sentir el regreso
pausado de aquellas palabras que una vez
fueron sagradas estaciones
para el reposo y la cofradía del espíritu.

Hoy pesan proféticas las horas, los días.
Un murmullo perenne asusta
como la sombra ausente del peregrino
por la pradera desierta del poema.
Una vez me fue dada la risa, el amor y el asombro.
Tú el que partes y te haces verso antiguo
noche antigua, antiguo deseo dime:
¿Cómo nombrar la luz sin que me cieguen sus llamas?

Puedo ser esta mujer frente a la estéril inmensidad
con la mirada hueca de buscar
antes que te inventara la melancolía
o tuvieras un rostro, tus poemas y un nombre.
Antes que dijeras: me asusta tu boca
y tu cuerpo indiscreto que apalabro de metáforas.

Ser la certeza asusta, noche de solidez irrevocable.
No sé, si habrá tiempo. No sé…
Podrías venir hasta mis manos y ser en mí esta noche.
Esta noche tácita que mayo sepulta con sus espesas
sonoridades y la tranquila verdad donde aguardo se rompe.

Amigo mío, soy esa hoja arrugada a la intemperie
quién fuera viento impasible que la arrastró.
Ahora, la contemplo con ojos estremecidos.
Una hoja sin trescientas noches para el recuerdo, donde
tal vez alguien desovó la sed de su corazón
y yo dibujo esta noche tu cara y tu distancia.
Estas ganas de confundirme con las cosas sin nombre
que respiran el silencio más congénito de Dios.
Dibujo las trampas que nos nombran y habitan
como irrevocable sentencia. Isla sin costas
pájaro que obsesionado parte sin rumbo
Voy por un surco de ensombrecida soledad.

Obsesionada como la oruga que mira el crepúsculo
y sueña con la anunciación de sus alas
desde mi crepúsculo, sueño, sueño en silencio
siempre en silencio.

 poemas No era más que una sombra

 

Siempre el mar

 

El mar será siempre esa nostalgia inmóvil en el almenar del corazón; un día me di cuenta que el mar me acompañaba tatuado en los huesos, en la boca de un verso inconcluso que iba escribiendo de ciudad en ciudad; para que siempre tuviera el sabor de esa ciudades que no nos pertenecen, aunque nunca nos dejan y son miradas que nos ven alejarnos y volver y reconstruir los pasos por el polvo de la tierra donde creció la yagruma y el pájaro hizo su primer nido para los hijos que un día iban a partir en busca de otros cielos. Tengo mi mar que llevo en mi lengua salobre, en mi pelo como un girasol que canta en las madrugadas para disipar la aguda oscuridad que nos salta una lágrima por algún puerto que abandoné sin despedirme. Los puertos siempre tienen ese olor a muerte que viene del mar, como si en el mar comenzaran y terminaran todos los destinos del hombre. Todas sus ansias y sus penas viajan en una gota de mar en su corazón y el hombre que sabe muchas cosas olvidó que el mar es su padre y madre más legítimo, que volver a mar es volver al comienzo de la vida, al génesis de todos los comienzos, alcanzar el milenario secreto de la divinidad.

 

ilustración poemas Zoelia

Zoelia del Carmen Frómeta MachadoZoelia del Carmen Frómeta Machado. Nació en la ciudad de Bayamo, Cuba. Poeta y narradora. Miembro de la Sociedad Internacional de Escritores (SIE).

PREMIOS Y MENCIONES (ENTRE OTROS): Premio poesía del Concurso Territorial «Santiago de Literatura». Santiago de Cuba.1993. Premio poesía del Concurso Nacional «Primero Sueño» Homenaje a Sor Juana Inés de la Cruz. Revista Vivarium. Ciudad de la Habana, Cuba. Número XIII, Diciembre, 1995. Premio poesía del Concurso Territorial «Al Sur está la poesía». Granma, Cuba, 1997. Premio poesía del Concurso «Fidelia». UNEAC. Bayamo, Cuba. 1996. Premio poesía del Certamen «Ciudad». Bayamo, Cuba, 1997. Segundo accésit en el Concurso de la Revista «Palabras Diversas». España, 2007. Finalista del Concurso de la Editorial Poesía Eres tú, España, 2009.

PUBLICACIONES LIBROS:
Pasos de ciego (Poesía).Cuba, Bayamo: Ediciones Bayamo, 1995.
Ave de tránsito (Poesía).Cuba, Ciudad de la Habana: Ediciones UNIÓN, 1997.
Dos poetas cubanos. Colombia: Ediciones Exilio, 1997.
Pasión de los delfines (Poesía). Cuba, Santiago de Cuba: Editorial Oriente, 1999.
El fervor de las bestias (Poesía). EU, Virginia, SIE, Editorial Obsidiana Press, 2007.
Auto de Fe o Libro del Hereje. España, Editorial Poesía Eres tú, 2009.
ANTOLOGÍAS (Selección):
– Antología de poetas cubanos y brasileños Hermanos. Brasil, San Salvador de Bahía.
– Antología Al sur está la poesía. Cuba, Bayamo, Ediciones Bayamo, 1996.
Antología Cósmica de 8 poetas cubanas. México, DF, Frente de Afirmación Hispanista, 1998.
– Antología De naciente fijeza (Poesía). Cuba, Villa Clara, Ediciones Sed de belleza, 1999.
Antología de la poesía cósmica cubana. México, DF: Frente de Afirmación Hispanista, 2002.
Antología de poetas veracruzanos. México, Veracruz, IVEC, 2002.
– Antología Ángeles en llama. Perú, Ediciones Olandina, 2003.
– Antología Poetas del mundo: voces para la educación. México, Toluca, 2005.
Fe de errantes (Antología). Venezuela, Ediciones Otero, 2006.
Otras publicaciones en antologías y revistas: Chile, Argentina, Venezuela, Brasil, España, Colombia, Estados Unidos, Cuba, Perú, México, Francia, etc.

Contactar con la autora: azulram60 [at] gmail [dot] com

 

Ilustración poemas (inicio): Broken cup, By ANUPAM2580 (Own work)
[CC BY-SA 4.0], via Wikimedia Commons. | (En el texto) Fotografía por Pedro M. Martínez ©

Mar de poesías No era más que una sombra

Más poemas en Margen Cero

Revista Almiarn.º 79 | marzo-abril de 2015MARGEN CERO

 

Siguiente publicación
En El Testamento de la Rosa, Heberto de Sysmo no…