relato por
Juan H. Rodríguez
«Los días no adquieren sabor hasta que
uno escapa a la obligación de tener un destino».
EMILE M. CIORAN
E
l profesor, desgarbado, camina a lo largo del corredor de la escuela secundaria y, lánguido, entra al salón de clase para impartir su habitual curso de filosofía. Deja su portafolio sobre el escritorio, escribe sobre la pizarra el tema de la clase y empieza a hablar. Apenas se da la vuelta los estudiantes ríen. Él se pregunta si se burlan de su corbata, de su panza o de su calvicie. Sigue adelante con su argumento. A nadie parece interesarle una sola de sus palabras. En las primeras filas los alumnos murmuran, en el centro se avientan bolitas de papel y, detrás, dos estudiantes cuchichean. «¿Alguien tiene una idea de lo que habla El mito de Sísifo?», pregunta. Los estudiantes le devuelven unas miradas vacías, seguidas de un prolongado silencio. Lo ignoran. Hace veinte años que el profesor hace lo mismo. Los alumnos no piensan. Cada generación llega peor que la anterior. Dos estudiantes del fondo elevan el tono de su voz y hablan con desparpajo, sin importar que todos, incluido el profesor, se enteren de lo que dicen. Él les pide que se callen y trata de continuar. Su manera de hablar es pausada. No le corre ninguna prisa. Muchas veces ha estado a punto de darse por vencido. Enseguida los dos alumnos del fondo, los que no han dejado de hablar, empiezan a forcejear, tratando de arrebatarse una mochila. El profesor va hasta allá y trata de quitárselas. Cuando consigue arrebatarla, la mochila cae y su contenido se esparce por el suelo. Entre todas las cosas cae una pistola. El profesor alcanza a moverse de prisa y coge el arma. Regresa a la pizarra, la mira por algunos segundos, enseguida les apunta a los estudiantes e, imponiendo un poco de firmeza a su tono de voz, vuelve a preguntar: «¿Alguien tiene una idea de lo que habla El mito de Sísifo?». Puede ver el miedo en sus ojos. Nadie responde. «¿Quién diablos puede con una vida llena de tedio?», pregunta. El profesor dirige sus pasos hacia la ventana. Un pájaro parece observarlo desde la rama desnuda de un árbol. El ave tiene las plumas esponjadas por el frío. Escucha que una chica de la segunda fila lloriquea. «¡Cállate!», le dice, y vuelve a dar su clase en el punto que se había quedado. «¿Leyeron el ensayo de Camus? A ver, usted, ¿leyó el ensayo?», pregunta a un chico con gafas. «Entonces usted debe saber de qué se trata». El profesor se pone el cañón de la pistola en la sien. «¿Del absurdo? ¿Del suicidio? ¿Del sentido de la vida…?». Vuelve a apuntar hacia los estudiantes. «¿Y qué hay de Platón y Aristóteles? ¿Qué me pueden decir de los presocráticos? ¿Qué pensaban ellos? ¿El sentido de la vida se lo damos nosotros? ». Camina hasta el otro extremo del aula. «¿Quién hizo la tarea? Dejen sus hojas sobre sus pupitres? Sólo cuatro estudiantes de todo el grupo lo hacen. «¡Mediocres!». Apunta con el arma a quienes no han llevado la tarea a clase. «Qué aportan ustedes al mundo?». Afuera, del otro lado del cristal, empieza a escucharse un rumor de voces. Levanta la cabeza y alcanza a ver a algunos profesores de la escuela tratando de averiguar qué sucede en el interior del aula. Alguien grita: «¡Tiene una pistola! ¡Llamen a la policía!» El profesor guarda el arma con parsimonia dentro del desgastado portafolio negro, imitación piel, sale del aula, se abre paso entre la gente y camina por el largo corredor que lleva hacia fuera. Segundos más tarde desaparece del otro lado de la puerta principal de la escuela.
Me llamo Juan H. Rodríguez. Nací en la ciudad de México y tengo las nacionalidades mexicana y francesa. Desde hace cinco años radico en la ciudad de Mons, Bélgica, donde soy profesor universitario y fotógrafo freelance (https://500px.com/JHR).
Hice estudios de licenciatura en finanzas y de posgrado en administración pública y letras modernas. Trabajé durante nueve años en las finanzas bursátiles. He publicado las novelas: Diario de un loco enfermo de cordura (Ediciones Felou) con el seudónimo Juan Saravia; El peregrino del norte (Ediciones Felou); El tiempo suspendido (Ediciones Felou) y Lince de luz altiva (Editorial La torre de Lulio). El libro de cuentos: Límites de la inmadurez (Editorial La torre de Lulio); el libro de aforismos: De Luz y sombra en el Desierto de los leones (Autoedición) y los libros de fotografía; Belgium Blues (Blurb) y Breendonk, Los muros del silencio (Blurb). He ganado premios literarios de cuento y premios de fotografía.
Contactar con el autor: juanju71 [at] hotmail [dot] com
🖼 Ilustración relato: Book 06490, I, Nevit Dilmen [GFDL or CC-BY-SA-3.0], via Wikimedia Commons.
Revista Almiar – n.º 80 / mayo-junio de 2015 – MARGEN CERO™
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