poemas por
Simón Esain
a Piero De Vicari
desespera por ir afuera el gato esta noche de luna de la Gurú Purnima o de la luna del heno o las astas del ciervo o de la Apollo 11 piloteada por Collins yo te invitaba cada veintiocho días a caminar bajo su reflexión seudonimata confiado por ir tomado de tu puño pequeño colmado como para no pedir nada a nadie por más dios fetiche o superhombre fuera miro otra vez al gato suplicante que me mira le abro para que salga a la vereda pero ahora también / para ver ¡sí! lo milagroso ¡sí! bajo esta luna de prodigios para ver si se aleja el maullido pedigüeño por detrás de nosotros
. . . el gato se arrebuja sobre el decodificador de la internet a cada día le queda más estrecho yo me arrumaco sobre tu recuerdo tanto de incómodo como irrenunciable me hace de intercomunicador a una vida entera que quisiste ser muy allá / ser acullá y acá y hasta por aquí donde dijiste que no exististe donde digo que ya no existirás donde tampoco existís lugares donde debaten cuando me debato finjo que nos arrulla por YouTube «La danza de los ciegos»
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lloriquea el gato / hasta quedarse afónico yo no me meto con palabras que cierren gargantas así es como estoy en buenas condiciones de preguntarle qué le pasa / qué te pasa qué te pasa / una y otra vez con tonos que van de melosos a impacientes en tanto flechas con contestaciones reblandecidas igual de íntimas que sus gemidos rebotan / buscando penetrar o salir de mi bóveda craneana
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el gato caza mariposas por el desafío que implica no porque necesite comerlas ¿qué me querrías decir que me está diciendo este cazador / pequeña bruja? . . . el gato me llama desde el patio los ojos le refulgen mirá cuánto sol - explica y se revuelca en la tierra . . .
deconstrucción de la metáfora I
me pregunto si su bulla memoriosa no sería en mucho equiparable al ronroneo de este gato me quedo esperando una respuesta que todavía revolotee en el aire o quizás ya me haya oído porque mi espera también habla hay un patio antiguo / me dice con una fuente vívida que se desborda hacia los dedos de un jardín trazado alrededor de su sed permanente donde le murmuren estas aguas renovadas dejándose encauzar por entre raíces de naranjos rosales ensortijados / matas y macizos sin flores es / en un karme / de paredes azules / dice y en Xeft-xáun / Marruecos justamente sin cuenta kilómetros al sur de Tetuán . . . fraxinus excelsior esta primavera controlaré el verdecer del fresno (ella decía verdecer) copiaré la aparición de brotes y floraciones tiernas en algún momento me sorprenderá el vigor alcanzado por sus hojas nuevas alguna mañana saldré a la vereda y ya estará ofrecido el modesto sombreado a peatones autos y perros lo registraré repasaré saborearé / porque ¡ay! / cuando resuelle el verano no me animaré a sacar una plegable de las dos que solía sacar apenas una y sentarme al fresco a imaginar cómo fue ocurriendo el fenómeno en las ramas cómo sucedió que estuvieras sentada frente a mí mateando y puro risas leyendo a Ibargüengoitia
Simón Esain (Maipú BA, Agosto 30 de 1945). Desde 1970 reside en Chascomús. Después de concurrir al taller de Pablo Ingberg, en 1988, decidió mudar su hobby por la escritura a intentos más comprometidos. Participó en el MAYA y durante diez años editó La Silla Tibia, revista artesanal de difusión literaria. Ha publicado una decena de poemarios, pero en compensación mantiene inéditos otros veinte, y varios originales de prosa breve.
Nota: Los poemas aquí publicados pertenecen al poemario del autor Diario del gato (en preparación)
🖥️ Web del autor (FB): https://www.facebook.com/simon.esain
Ilustración poemas: Fotografía por Pedro M. Martínez ©
Revista Almiar (Margen Cero™) • n.º 124 • septiembre-octubre de 2022