poemas por
Rosalba Campra

Autorretratos desde extranjerías [1]

 Inconfiabilidad de los espejos

 

—Las cosas ya no son lo que eran.
—En realidad nunca han sido lo que fueron.
(de un diálogo con Dante Liano)

 

La pregunta es
si tiene sentido
tratar de decir quién soy
o quién he sido
¿sigo siendo?

¿Y para quién sería
la respuesta?
¿Para mí misma?
¿Para desconocidos?
¿Para corregir
desviar
exigir el recuerdo?

Si te decidieras por la autobiografía
llámala autoficción
eso permite atajos
invenciones
celadas.
¿Y por dónde convendrá que empiece?
¿Por un remoto músico de corte
o más cercanos campesinos
que huyendo de la avara
tierra ajena
terremotos
sequías
desembarcaron en el otro lado
de la mar océana
y en otra lengua?

Podrías contar entonces de tus viajes
a ese mundo al que ellos nunca regresaron.
Viaje sin riesgo el mío
ver girar el cielo ver
cómo va quedando atrás
la Cruz del Sur.
Quizás sirva el recuento de lugares
transformados entonces en ocasión de versos:
versos para la estatua de Ilaria del Carretto en Lucca
en Fiésole para campos de amapolas
tan deslumbrantes como las plazas de París
o las mareas engañosas de Cancale.
¿Convendrá agregar algún riesgo
el azar lo inesperado?
¿Dejar en suspenso los motivos?
¿Copiar epistolarios?

¿Qué nostalgias deberé exponer,
o qué lecturas?
¿Confesaré los juegos peligrosos?
De mi yo, ¿qué prefiero que se sepa?
Tal vez lo mejor fuera un curriculum
donde conste mi nombre
mis fechas mis estudios
mi estado civil mi carrera docente
los libros publicados: mis constancias.
Constancias de una vida
o de otros papeles.

¿O imitaré al Parmigianino
cuando busca su imagen
en el reflejo
de un espejo convexo?
También podría hacer como Marc Quinn
que se sacó de a poco
ocho pintas de sangre
la volcó en un molde
—el de su cabeza—
y la congeló.
O sonreír desde uno de los autorretratos
de mi tocaya del siglo dieciocho
con su delantal de pintora famosa
rosa blanca en el pelo
por la cuestión del nombre,
en la mano el pincel
con que está dando los últimos retoques
al retrato que dedica a un espectador.

O ponerme un antifaz
una máscara
un velo
en fin esas cosas que empujan
a decir la verdad.
Como ser que nací cerca de las Sierras
de una misión de los jesuitas
de un asentamiento de inmigrantes
friulanos y todo eso era un mundo que sigue
no teniendo fin.

Deberías contar el amor.
Y los amores. Los sueños.
Escribir los nombres
de los que te abandonaron.
¿Pesarán lo mismo en la balanza
que los nombres
de los que sin darme cuenta
abandoné?

¿Pero cómo harás para hablar
del dolor de la pérdida
cuando «abandono»
es la palabra
que está en lugar de «muerte»?

Además me pregunto
con cuánta vida hay que contar
para contarse.

 

Indocumentados

 

Sans papiers sans papiers
¿dónde están sus papeles?
¿dónde están?

¿A mí me dice?
¿Sin papeles yo?
Tengo en mi haber
tres novelas
cuatro libros de cuentos
relatos en antologías prestigiosas
ensayos a granel.

Ah no vale no sirve
muy por el contrario
no abona en su favor.
Si es usted misma quien lo afirma
¿esa, qué garantía puede ser?
Una de tantos indocumentados
eso es lo que es usted.
¿Permesso di soggiorno?
¿Conto in banca?

He aquí mis documentos
Supremo Inquisidor
atestación de limpieza de sangre
someto a su escrutinio
mi pasaporte mi diploma mi DNI
títulos de propiedad
radiografía de tórax
a lo mejor, buscando,
hasta un pariente militar.

¿Hispanic? No me apunte,
nada que ver con gente de países
inconfiables,
gente de lejos, o de cerca,
pero de color.
Mi piel me exime de otras pruebas,
míreme en detalle,
toda ropa de marca,
y por si fuera poco,
soy rubia natural.

Ya sé no me lo diga no hace falta
el asunto es que uno tenga
alguien moreno al lado
et voilà, para salir sin daño de ese tema,
la diferencia actúa a su favor.

Sans papiers, ah non Monsieur,
el francés que hablo
yo lo aprendí en l’Alliance,
controle mi green card
no escriba en mi ficha Alien,
eso es para los que viajan en la estiba
clandestino, infiltrado,
monstruo de otro planeta.
Como puede ver, no soy yo,
¿tengo acaso cara de inmigrante?
Aquí llegamos como encomenderos
inversores dueños de la tierra
industriales. A veces un artista,
para compensar.

No crea señor oficial que no lo entiendo,
a mí también me molesta
la ilegalidad la pobreza
la falta de elegancia
la desesperación.
De modo que indocumentada
a mí no me lo dice,
sus preocupaciones las comprendo
las acato las comparto
yo extraño los tiempos en que llamaban
La Docta a mi ciudad.

Entonces los míos tenían prejuicios elegantes
solo comían alfajores con sus pares
las damas sí que sabían de melindres
y las de piel oscura eran mucamas.
Mire hoy la peatonal: ¡qué mezcolanza!

No soy racista
es que ellos son distintos,
me fastidia que invadan mi ciudad
que estiren en veredas
del centro sus ponchitos
para ofrecer miserias
que nadie va a comprar.
No sé por dónde entraron
quién los dejó que entraran.
No sé de qué país vienen,
en una de esas vienen
de mi propio país.

 

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Self portrait/ autorretrato/ auto-portrait

 

Lee
por favor
léeme

entre líneas
estoy

a la espera
de mí

 

 

Separador poemas Corpus

Sobre el valor de las definiciones

 

Resultados de una consulta
al diccionario:

«Condición que distingue
animales y plantas
de la tierra, las rocas, etc.».

O bien: «La duración de una cosa cualquiera».

¿Un borde, una cosa cualquiera,
nuestra Vida?

 

 


[1] Estos poemas pertenecen a la sección “Autorretratos desde extranjerías”
del volumen (inédito) De lejanías.

 

 

Párrafo poemas Rosalba Campra

 


Rosalba Campra
. Narradora y ensayista argentina residente en Roma. Ha desarrollado una intensa tarea docente como catedrática de literatura hispanoamericana (Università di Roma La Sapienza) y dictando cursos y seminarios en universidades europeas y americanas. Entre sus libros de ficción se cuentan Los años del arcángel, 1998; Las puertas de Casiopea, 2014 (novelas); Herencias, 2002; Ella contaba cuentos chinos, 2008 (cuentos); Mínima Mitológica, 2011; Ficciones desmedidas, 2015 (microrrelatos). Entre sus ensayos, Territorios de la ficción. Lo fantástico, 2008; Cortázar para cómplices, 2009; Itinerarios en la crítica hispanoamericana, 2014; Los que nacimos en Tlön: Borges o los juegos del humor y del azar, 2016. Otras obras, conjugando palabra e imagen, exploran diversas posibilidades del libro-objeto: Constancias, 1997; The book of Labyrinths, 2008; Moradas de los Mayores, 2012; Zona de Juego, 2014. Numerosos textos suyos se han publicado en revistas y antologías en Europa, América Latina y U.S.A.

🖼️ Ilustración poemas: Pintura digital por Juanma Tapia © (de su exposición en Almiar)

 

 

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