Los móviles en las aulas, esa es la maldita cuestión:
La edutopía

artículo por

Renato Alama Madrid

 

«Los jóvenes aprenden mejor cuando algo es
relevante para ellos, cuando hay una conexión
social con lo que aprenden y cuando tienen
realmente un interés personal».

(Mimi Ito, antropóloga cultural)

 

C

uarenta y tres años después de aquella mañana en la que Martin Cooper se precipitó del edificio de Motorola hacia las calles de Nueva York con el único pensamiento de realizar la primera llamada de la historia a través de un teléfono celular, la duda de que si debió ocurrir ese histórico momento, invade hoy las aulas de todos los colegios del mundo. La gente le vio pasar exaltado por el entusiasmo aquella mañana, un chiflado vestido de traje que caminaba junto a ellos hablando por un armatoste que jamás habían visto, nadie imaginó entonces que ese hombre loco, al haber presionado un inofensivo botón verde, abría la pitha de pandora que el mismo Zeus le prodigó para desatar la era de las telecomunicaciones, y los males del mundo que aquejan hoy a docentes y a padres de familia de todo el globo.

Martin Cooper tiene 88 años, aún vive para ver lo que sucedió después de aquella infausta mañana y, como lo desea cualquier adolescente, quiere estar al día con las T.I.C. Cambia su smartphone cada dos meses por otro recientemente lanzado al mercado, entregándose con cada uno al descubrimiento de las nuevas apps y a observar el impacto de esta nueva tecnología en la comunicación de nuestro tiempo, intentando comprender la evolución que sigue al celular que él inventó, la evolución de un aparato analógico a un aparato táctil, los que llegan a nuestros días como una suerte de invasores de escuelas. Para muchos hubiera sido mejor que Cooper nunca hubiese realizado esa llamada y así hoy nos hubiésemos ahorrado el mucho leer y el tanto pensar acerca del tema que trataremos en estas páginas, el impacto de la tecnología Smart en el aula escolar.

Utilizar o no utilizar el smartphone, tablet, u otro dispositivo móvil en las aulas, ésa es la cuestión. Ya se han realizado estudios para responder a este asunto, uno de ellos y considerado el más polémico, es el realizado por Louis-Philippe Beland y Richard Murphy del London School Of Economics, donde «… ambos expertos han analizado los manuales de 91 colegios ingleses relacionados con la utilización de teléfonos en clase, desde el año 2001. Asimismo, han comparado estos datos con la evolución de los resultados académicos obtenidos por los alumnos y alumnas en las pruebas nacionales de calidad educativa, en las que tomaron parte 130.000». Los resultados del estudio se publicaron en mayo de 2015 con el título en inglés Communication: Tecnology, Distraction & student Performance, de aquella publicación declararon abiertamente los autores en una entrevista para la C.N.N.: «Descubrimos que el impacto de prohibir los teléfonos a estos estudiantes equivale a una hora adicional de clases por semana, o aumentar el año escolar en cinco días»… De acuerdo con esta investigación, las escuelas mejoraron hasta en un 6,4% en su rendimiento académico, tras prohibir los teléfonos. ¿Sería prudente entonces a la sazón de nuestro tiempo aceptar el uso de las nuevas tecnologías en el aula?

Veámoslo así, generaciones pasadas de profesores se verían obligados a adaptarse a un nuevo método formativo, implicando para esto tener que renunciar a sus clases magistrales por clases personalizadas, la función del profesor sería la de guía y, además, tendría que aceptar al alumno sin la concepción que se tiene hasta ahora del mismo, aceptándolo como un cliente que ahora iría a la escuela a comprar un servicio. Los números como calificación académica se convertirían en un mal recuerdo, porque en su lugar primarían las habilidades y las competencias propias de cada quien. El Internet y los dispositivos móviles serían la principal herramienta del estudiante, nada sencillo, tomando en cuenta todo lo que abarca una revolución, y esta abarca mucho, desde el modelo formativo hasta la transformación del espacio de estudio. También alteraría la psicología del estudiante, generando una reacción en cadena en todas las sociedades que logren aplicar nuevos modelos formativos. Claramente esta revolución educativa crearía una crisis global, especialmente en las mentes cristalizadas del profesorado e incluso del alumnado mismo. Incluso la formación propia del profesor se vería transformada, para dar paso a lo que considera todavía una Edutopía.

360º así se comprende una revolución en física, un giro cabal. La pregunta ahora es: ¿Seremos capaces de adaptarnos a esta revolución educativa?, la reacción en cadena del hendimiento de los viejos paradigmas educativos se está viendo claramente manifestada en todo el orbe, manifestaciones encontradas de especialistas, de padres de familia, de alumnos y profesores se escuchan públicamente. Rugidos que se dejan escuchar a la distancia gracias al World Wide Web, 26 años atrás hubiera sido imposible escucharlos tan claro. Y es que si los perros ladran Sancho es que estamos cabalgando, y en palabras de Darwin, si no hay duda, no hay progreso, sin embargo, «en 2014 se publicó un informe realizado por la Cumbre Mundial para la Innovación en Educación en el que participaron 654 expertos internacionales, la conclusión del informe fue que de aquí a 2030 los sistemas educativos se modificarán de tal manera que las escuelas se convertirán en espacios interactivos con libre uso del Internet conllevando a nuevas formas de aprendizaje rompiendo el modelo tradicional de educación».

La respuesta que se da frente al desafío educativo de nuestro tiempo, especialmente de los países en vías de desarrollo como contraparte del modelo tradicional de educación, es el Mobile Learning o M-Learning por su denominación en inglés, el aprendizaje móvil. Según la perspectiva de la UNESCO «El aprendizaje móvil es personalizado, portátil, cooperativo, se está convirtiendo en una de las soluciones a los problemas que confronta el sector educativo. Por eso el programa de actividades de la UNESCO se basa en un número cada vez mayor de iniciativas conjuntas encaminadas a estudiar de qué manera las tecnologías móviles pueden propiciar la consecución de la Educación para Todos (EPT)». Con el M-Learning el aprendizaje no termina cuando se acaba la clase, continúa como parte de la vida cotidiana en todos los espacios posibles, en cualquier momento del día, con sólo presionar en el touch táctil de cualquiera de nuestros dispositivos móviles. Y para lograr la viabilidad de este nuevo modelo educativo, la UNESCO, se ha aliado con Samsumg Electronics Co. «La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, declaró… El acuerdo entre la UNESCO y Samsung es un ejemplo claro de las alianzas innovadoras necesarias para consolidar los cimientos de las sociedades del conocimiento que necesitamos en el siglo XXI». Sin lugar a duda, vivimos en una etapa de transición, por ende de crisis, y la humanidad aún es un ser adolescente en un mundo cada vez más globalizado. El celular de Cooper en 2016 ha perdido ya su sólo propósito de llamar y recibir llamadas para pasar a adoptar una naturaleza híbrida, ya no logramos definir qué es exactamente, o un celular o una microcomputadora. El celular de hoy incluso ha cambiado su nombre por uno más acorde a su nueva naturaleza, smartphone, comprendiendo esta tecnología, en un solo aparato, el completo-necesario para cualquier individuo donde su vida social, su divertimento, su ubicación por G.P.S., sus fotos y videos, además de Internet móvil, con información casi ilimitada acerca de cualquier tema que se nos pueda ocurrir, se encuentren en un mismo lugar, en un solo espacio virtual, la Nube.

Las barreras del tiempo y espacio se han quebrado sin necesidad de esperar a ver un eclipse total de sol como lo hizo Einstein para comprobarlo en 1919, podemos tomar un smartphone o una tablet en 2016 y comunicarnos con alguien de la escuela Saunalathi de Espoo en Finlandia, ese lugar Edutópico sacado de los libros non fiction para colocarlo al estante de lo fiction, donde tecnología, espacio y tiempo real se fusionan para facilitar la educación del futuro. Esta escuela se ubica en el sur de la costa finlandesa y es la primera en romper la Edutopía de la que hablábamos antes, el modelo de cultura educativa que aquí se vive es el más cercano al modelo de cultura organizacional adoptado por Google y, cosa curiosa, cada año es considerada como la mejor escuela del mundo, por aparecer, en el número uno del ranking del informe PISA. Nos merodea una pregunta ahora: ¿El uso del smartphone, tablet u otro dispositivo móvil, es una distracción o una herramienta para el estudiante?, y, no nos olvidemos, también para los docentes.

Esto sigue siendo un dilema, Italia prohibió el uso de smartphones en el aula «El Gobierno italiano ha tomado esta drástica medida después de comprobar que bastaba entrar en Youtube para ver escenas grabadas en las escuelas italianas: desde bromas ingeniosas a agresiones incomprensibles a compañeros débiles, cuando no juegos eróticos entre alumnos e, incluso, con profesores… Ahora los móviles se prohibirán, y habrá severos castigos a quienes incumplan la norma». En Castilla-La Mancha (España) prohíben los móviles en los institutos y colegios: «No está permitido el uso de teléfonos móviles, cámaras fotográficas, grabadoras, MP3 y otros aparatos semejantes durante el periodo lectivo, que incluyen clases, actividades complementarias y extraescolares y recreos». En 2013, Perú inició un proyecto de ley prohibiendo el uso de smartphones en las escuelas «La iniciativa busca mejorar la educación base del país… la educación se ve afectada por aparatos que incluyen reproductores de MP3 y MP4… se vuelven adictos a las redes sociales». En Bolivia el Ministerio de Educación prohibió su uso mediante la resolución 001/2016, prohibición que llega a estudiantes y docentes mientras estos se encuentren en desarrollo de actividades curriculares, «La Resolución Ministerial 001 que norma la gestión educativa de la presente gestión brinda la posibilidad de nivelación a los alumnos rezagados en sus estudios, protege a las estudiantes embarazadas y prohíbe el uso de celulares en clases, entre sus principales disposiciones». En marzo de 2015, el alcalde de Nueva York, Bill Blasio «Levantó una ley que prohibía que los niños llevasen teléfonos móviles al colegio, una de esas medidas impopulares que muchísima gente incumplía, incluido el propio hijo del alcalde». ¿El uso del smartphone, tablet, u otro dispositivo móvil es una distracción o una herramienta para el estudiante, entonces?

Herramientas y distracciones siempre han existido, ¿Cuál es la diferencia el día de hoy? La diferencia es simple, ambas han ido evolucionando solidariamente con nosotros. Como seres adaptables las hemos ido innovando, así pasamos de mandar simples notitas a enviar mensajes por Whatsaap y Facebook. Si lo pensamos un poco más, la resistencia nunca ha sido una buena amiga del avance para nuestra especie. Las nuevas generaciones ya no son hijos del sol ni de una revolución armada al menos en occidente, a diferencia de las generaciones pasadas a las que nosotros pertenecemos. Estamos quedando como modelos obsoletos ante sus ojos. En los nuevos hijos resaltan cualidades por las cuales muy pocos resaltábamos antes, es más fácil ver ahora niños más creativos, más autónomos, más perceptivos, más conscientes de su realidad, ellos son los llamados hijos del nuevo milenio. Nosotros vemos el mundo actualmente como lo que y como lo conocimos, nuestra inteligencia del mundo se ha cristalizado en nuestra nube privada. Tenemos que reconocerlo, pertenecemos a una generación en vía de extinción, y el mundo conocido por nosotros tan sólo será un vestigio mnémico en un tiempo próximo, ese mismo tiempo que se encarga infranqueable, cada segundo, de espolearnos aun contra nuestra voluntad hacia lo desconocido, donde nuestros nombres quedarán algún día grabados sobre una piedra o, tal vez, sólo desparramados por el aire, infames, presa del viento.

Reflexionemos a Darwin, «No es el más fuerte de la especie el que sobrevive, ni tampoco es el más inteligente el que sobrevive, sino aquel que se adapta mejor al cambio». Es la capacidad para adaptarnos a los cambios, modificando incluso nuestra propia conducta para lograrlo lo que nos ha mantenido vivos como especie hasta el día de hoy. Recordemos esto, «Los jóvenes aprenden mejor cuando algo es relevante para ellos, cuando hay una conexión social con lo que aprenden y cuando tienen realmente un interés personal». Esta es la clave para nosotros, la combinación perfecta, el legado que podemos dejar a las tiernas ramas que retoñan sobre nuestro árbol, antes de que se nos seque el cerebro del tanto leer y del mucho pensar, para tan sólo terminar con una olla vacía llena de algo más que noches vacías, lentejas flojas por los viernes, y las carnes secas en una banca de plaza, sin día. Abandonemos, pues, la duda desesperanzadora, de un futuro incierto, que no nos pertenece.

Utilizar o no utilizar el smartphone, tablet, u otros dispositivos móviles en las aulas, ésa sigue siendo, la maldita cuestión.

 

No existe nada bueno ni malo; es el pensamiento humano
el que lo hace parecer así.

(Shakespeare)

 

imagen artículo Renato Alama Madrid

 

Renato Alama Madrid es un joven escritor peruano radicado en Bolivia. He realizado diversos trabajos independientes y colaboraciones en revistas impresas. Es psicólogo de profesión.

📩 Contactar con el autor: ramsmf108 [at] gmail [.] com

🖼️ Ilustración artículo: Fotografía por Rodion Kutsaiev en Unsplash

 

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