selección de poemas por
Remei González Manzanero

Yo quiero ser verano y volar, 
la brisa de los pies,
levantar la huella, tarde o temprano
de tu boca al viento,
hacerla correr bajo una cometa,
sumergirla en el mar,
zambullir la cabeza.
Yo quiero ser un huracán de arena,
despertar en la grava
con el cabello bañado,
dar vueltas en la orilla 
desde el salitre a las nubes, 
apresar en mis muslos la polvareda severa, 
trepar la cima absoluta.

Verme llena de viento y verano, 
de alas y flores, salada de algas, 
estos humildes huracanes y mares transitan en mi piel,
y no caer nunca del centro 
donde se originó este pequeño universo.
Yo quiero, verano, 
llegar juntos al invierno
y que me encuentres rehaciéndome
de orilla en orilla, 
hecho todo tú de cresta de ola,
encuentra para siempre
el hábitat final en mis huesos.

(De La verdad que no vemos, XVI Premio Águila de Poesía 2020)


Relieve de tus sombras
poema Remei

Ahora que empiezo a hablar con tus sombras
y al hallazgo primero le sucedió esta aurora, 
hoy donde te encuentro descubro en ti
la fosa de los años arrastrados.

Hemos perdido las mismas batallas de entonces, 
desensortijado los destinos aún por construir, 
pulverizado en la lumbre las victorias perversas.
Queda soldado en mí el relieve de tus sombras.

Para ganar debíamos primero perderlo todo.

(De Habitantes de un paraíso minúsculo, II Premio de Poesía La Equilibrista)


No dejamos de amar


No dejamos de amar,
solo relajamos 
(suavizamos)
la embestida.
Caminamos sin pisar del todo
un tiempo
(poco breve)
imborrables
las huellas.
No quedó más, 
el somnífero lanzado
(a esto nuestro).
Y esperamos.
Tras lo que dejó la embestida, 
desaparecimos.

(De El mundo de las almohadas, cuaderno de poesía)


Brújula
poema Brújula

Ojalá me hubieras agarrado 
cuando empecé a soltarte
soltar es un acto de valientes
un instinto por saltarse el precipicio
de nuestra caída lenta.

Ojalá me hubieras dicho
«no, mi amor, no te vayas», 
yo me hubiera detenido
me hubiera soltado 
un poco más despacio
despacio es la velocidad de los amantes
un instinto por saltarse leves
nuestro avance furtivo.

Ojalá no te esperes hasta pasado el final 
para decirme «es que yo te quiero», 
por eso me soltaste
ojalá seas un imán caliente
derretido en mi destino. 

(De Habitantes de un paraíso minúsculo, II Premio La Equilibrista)

 

Solo palabras
poema Solo palabras, Remei González

Si todo lo que nos separara fuesen palabras
caricia 
abrazo
beso
distancia
cuerpo

Si fuesen sintagmas lo que nos tiene realmente separados
el transcurso del tiempo
distancia del espacio
la gota que colma el vaso
pereza de vivir al máximo
la falta de agallas
distracción de realidades

Si pudiese inyectarle a esto tres cláusulas
hacer el amor
exprimir el poscoito
cantar luego sobre la lluvia.

Entonces, si supiera, le infligiría a esto un par 
de enunciados directivos: 
no te quedes sin mí, 
vente conmigo.

      (De Habitantes de un paraíso minúsculo, II Premio La Equilibrista)

 

Irrupción Poemas Remei

 

El lago ha subido al cielo.
(I Ching, Libro de las mutaciones)

Para vivir,
yo quiero
cielo,
      muerte, 
           sangre,
desgranarme las pestañas poco a poco,
caber en el cielo de tu boca,
deshacerme allí.
Y sin embargo
heme aquí,
hoy soy un cielo
plomizo
y esto que sale por mi boca,
pantano,
lodazal acumulado.
Amenaza irrupción,
desbordamiento,
voy a desbocarme del todo.

           (De Desrealizaciones y certidumbres, 
           2.º Premio II Certamen Agustín Sánchez Rodrigo-Villa de Serradilla).

 

Procesos verbales


  Nacer de un infinitivo, 
     instalarnos en un gerundio
     y de vuelta al precipicio: 
     el participio.

(De Habitantes de un paraíso minúsculo, II Premio La Equilibrista)

 

     Atrévete
separador poema Atrévet

Atrévete a saltar hacia adentro,
a aspirar tus alas
y a emprender el vuelo, 
a escalar tus bordes
y a verter al mundo tu intestino prieto.
Atrévete a brincar los pies al centro,
a respirar tus dudas
y a esnifar tus miedos, 
a balancear la vida
y quemar los latidos de tu corazón quieto.
Atrévete a comerte el precipicio desde abajo, 
a rasgar el aire  
y a arañar el cielo,
no existe exhalación sin inhalación previa.
Atrévete a soñar lo perplejo,
a recoger en la mañana 
la premonición de tus sueños,
eres aquella que serás y por eso eres.
Lánzate al encuentro,
reencuentro y cobijo de tu latido primero, 
tu hipocentro no esperará para siempre.
Conmuévete por dentro,
conmuévete hacia afuera,
conmuévete
                  y sobre todo después
abalánzate, 
            precipítate, 
                          arrójate;
atrévete y vete
tranquila 
              al cielo.

         (De Habitantes de un paraíso minúsculo, II Premio La Equilibrista)


Habitantes
 poema Brújula

           No te me sueltes nunca en esos cuentos,
           del podrá, del podría, del pudiera
           ser, tan maravillosos.
                     Pedro Salinas

I

Yo habito en ti,
rastreamos en los cuerpos
la verdad irremediable.

Un hilo de aire
busca en nosotros
los pequeños paraísos del asombro.

Nos sopla (Dios) en el espacio
entre tu pecho y el mío, 
la primavera irrevocable.

II

Habitas en mí,
hallamos lo inequívoco, 
único esencial,
eterno fluctuar de promesas 
del instante preciso,
promesas cumplidas 
que nunca nos hicimos.

III

Somos, habitamos,
moradores al fin de quienes somos,
soplamos la ventisca
de lo inevitable.  
El mundo sigue indiferente 
sin nosotros.

          (De Habitantes de un paraíso minúsculo, II Premio de Poesía La Equilibrista)

 

Viejo puente otomano Solo palabras

Un poema es un puente otomano que conduce al poema siguiente,
que retorna a las ciudades viejas 
donde ocurrieron las batallas más sangrientas
y salva geográficamente las pequeñas distancias del alma.
En sus arcos perfectos se apoyan metáforas, metonimias 
y otros hechos salvajes,
ondea el río viendo la arcada lejana desde abajo
y al poner el poeta los pies sobre la baranda
sabe que la distancia de sus rodillas hasta el río Neretva
no tiene en realidad importancia.

(De La verdad que no vemos, XVI Premio Águila de Poesía 2020)

 

Anticipación del
miedo
línea transparente Remei

El miedo cumplió sus promesas,
anticiparse es soltarse al precipicio
desde las estrellas,
no saber amortiguar la caída prieta,
al brincar desde el puente,
no saber temblar como tiemblan los intestinos.

(De La verdad que no vemos, XVI Premio Águila de Poesía 2020)

 

separador poemas Remei González Manzanero

 

Remei González Manzanero. (Barcelona, 1990). Es profesora de Lengua española y Literatura, máster de Ciencia Cognitiva y Lenguaje y doctora en Didáctica de la Lengua por la Universidad de Barcelona. Es autora de los poemarios La verdad que no vemos (XVI Premio Águila de Poesía 2020, Aguilar de Campoo), Habitantes de un paraíso minúsculo (II Certamen La Equilibrista, 2020) y Desrealizaciones y certidumbres (II Certamen Agustín Sánchez Rodrigo-Villa de Serradilla, 2022). También autoeditó los cuadernos de poesía El mundo de las almohadas y La confesión de la carne: desdenes del vacío. El resto de su obra se encuentra diseminada en varias antologías y revistas, accesible también en su página blog Re-interpretaciones (http://reinterpretaciones.blogspot.com/). Escribe en la búsqueda de lo insondable y para digerir el mundo y su incertidumbre. Actualmente, mantiene inédito un poemario, que ha resultado finalista en varios certámenes internacionales, y se encuentra terminando su próximo poemario, fraguado entre Sudáfrica, donde vivió en 2020, y España.

📩 Contactar con la autora: reinterpretaciones [en] gmail [punto] com

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 * N. del E.: Se ha procurado guardar, en los poemas aquí publicados, la anchura de las líneas y las sangrías tal y como las escribió su autora. Para su lectura en un dispositivo móvil aconsejamos que el aparato se sitúe en posición horizontal.

Ilustración poemas: Interpretación mediante IA de fotografía por paveljanca1981 / Pixabay [public domain]

 

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