poemas por
Rachid Boussad
Tacita de plata
A Majda Meskrot
Cádiz es más que un espacio geográfico,
es arte y parte ingente en mi vida.
Aquí he dibujado una hoja de ruta idílica.
¡Ay, Cádiz, Cádiz,
Cómo te tengo
en alta estima!
Tu recordar en mí revive
las fisuras del espejo de un pretérito;
pretérito idílico esculpido
en estos remiendos viejos
que en mi alma enamorada llevo.
Mi cumpledaños
A Maily Esparza
¡Adiós quizá para siempre!…
Te digo este adiós llorando
desde la orilla del mar.
No olvides tú mi amor
si muero de soledad…
(Rosalía de Castro)
En mi cumpleaños
de mariposas alegrosas
fuiste un cumpledaños
y perdidas lloré tus rosas.
En la opacidad de la noche
aguardé en balde tu ángel fugaz.
Y entre las estrellas apagadas,
saludarte, ufano yo y maestro,
por las espaldas largo tiempo tranquilizadas,
veía yo pardo lejano y nocturno.
He aprendido cómo sufrir
sin sufrimiento,
cómo llorar
sin derramar lágrimas.
¡Ay! ¡Qué pedregosas
se han puesto mis nubes,
y qué páramos mis cielos!
¡Adiós, Gloriosa! Vestigios indelebles,
sueños… sin dueño,
delirios desencadenados y desbocados sin poniente,
praderas sin fragancia, sin azahares.
¡Adiós hasta que amanezca,
y anochezca con las luces de la podredumbre!
¡Adiós quizá para siempre!
A la soledad
A Maily Esparza
Soledad, pues tú eres mía
y yo soy tuyo.
Soy tu suelo natal.
Tú eres mis vestigios inmortales.
Mas, en el aire de tu mutismo,
ardor de tristuras e inquietudes
en mis facciones se muestran.
Sonrisas ahorcadas
en la muralla de mi semblante
trágicamente se pintan.
¡Qué crudeza tan cruel!
¡Soledad, soledad!
¡Piedad, y más piedad!
¡Sé un bálsamo de mis angustias!
Yo no obro mal contigo,
y que yo sepa,
es la más alta crudeza,
ésta, ésta que puedes usar conmigo.
¡Qué desazón del alma!
¡Oh, soledad, sombra adlátere!
En mis soles y lunas,
levantas tu bandera bordada
de mis nostalgias vulneradas;
de tormentos, terremotos, titubeos y sorpresas.
¡Oh, soledad, sombra acompañante!
Algunos recuerdos vetustos emergen
en tu sombra diáfana y desnuda.
Si tienes oídos, que oigas:
los recuerdos nunca jamás fenecen
solo de lugar en la memoria mudan.
La ausencia no se da a la olvidanza,
ni siquiera causa olvido.
¡Oh, verdadera amada,
sólida firme duradera,
Cuando ya bien ausente o perdida estás!
¿Sigues marcando aún las sendas con tus pasos,
o si por debajo de la tierra
un silencio elocuente envuelve tu calavera?
Deliquio
A Maily Esparza
Al son y al tono del Destino,
—grandiosa obra etérea—
bella muchacha surgiste.
Con amor acendrado,
proyectaste tu luz verde
sobre mi cansado cuerpo,
de fieros combates,
y sombras sonoras
erraban sin ponientes y sin levantes;
de perpetuas inquietudes
yacían en un punto;
un punto de mutismo amador.
Al son y al tono del Destino,
—grandiosa obra etérea—
bella muchacha surgiste.
¡A Dios doy gracias…
…Gracias sean a Dios!
Entre el cariño y el daño
A Maily Esparza
Es tan corto el amor,
y es tan largo el olvido.
(Pablo Neruda)
Un viernes tan flébil de abril,
la tristura… taurina,
en mi lengua anidaba
por haberme perdido la manzana
que de aquel manzano
un día de aquéllos había yo cogido…
Tan corto fue… fue
con ella el veraz cariño,
y tan largo es…, pero es
sin ella el tenaz daño y movedizo.
¡Qué ayeres qué hoyes tan reñidos!
Un calvario sañudo
que nunca jamás sella
en mi pecho
idas y abandonos.
¡Qué desvelo eternal!
RACHID BOUSSAD. Autor marroquí, reside en Khénifra (Marruecos). Es profesor de español (ELE). Con el poema titulado La noche y yo fue ganador del Premio Cervantes, Casablanca (2012). Hasta el momento, ha publicado varios poemas en la revista Tántalo.
Contactar con el autor:
boussadrachid [at] hotmail[dot]fr
Ilustración poemas: Fotografía por Pedro M. Martínez ©
Revista Almiar – n.º 66 / noviembre-diciembre de 2012 – MARGEN CERO™
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