artículo por

José A. Olmedo López-Amor

S

i yo, paciente lector, comenzase este artículo utilizando afirmaciones tales como: «Probablemente el que suscribe estas palabras sea el mejor literato de su generación» o «Si está leyendo usted estas palabras es que ha decidido, por fin, abandonar su miserable y aburrida vida en pos de un entretenimiento inteligente», más allá de la incredulidad del que lo lee, o más allá de si es cierto o falso aquello que se revela, estaría utilizando una herramienta tan peligrosa como poderosa del conocimiento humano, la provocación.

Y es que la provocación, en su estricto y natural significado, está siempre ligada a la inteligencia y al propósito. Al recibir cualquier lector las contundentes afirmaciones que dan comienzo a este texto, las reacciones son tan variadas como evidentes, algunos desestimarán la recomendación por creerla una fanfarronada, otros la creerán a ciencia cierta y sin dilaciones, mientras que un buen número de inseguros o despreocupados sentirán cómo la duda se ha instalado en sus parcelas. Y es que en un acto de provocación siempre hay cierto grado de victoria, la seguridad y firmeza del provocador hacen posible en los demás la credulidad y con ella la consumación de su particular triunfo.

Sin embargo, no es fácil discernir la línea divisoria entre provocar y ser maleducado, se puede ser irreverente sin ser provocador, pero nunca se podrá ser provocador sin ser irreverente. Si hacemos un pequeño repaso de la historia encontraremos muchos casos donde la provocación ha sido exitosa a nivel social o artístico y ha proporcionado a sus discípulos fama y reconocimiento.dibujo imaginario del Marqués de Sade

El 2 de Junio de 1740 en París, nació Donatien Alphonse Françoise de Sade, un filósofo y escritor francés más conocido por el título nobiliario que ostentaba, el Marqués de Sade. Sobradamente conocidas son las excentricidades del autor de Los crímenes de amor, por ejemplo: su participación en orgías, sus devaneos con prostitutas o su encarcelamiento, mucho se ha hablado de lo que, para muchos, fue la atribulada vida de un espíritu verdaderamente libre. En sus obras, fueron muy característicos los antihéroes, seres capaces de las más aberrantes violaciones y disertaciones a las que trataban de justificar cínicamente mediante sofismas. Ateísmo, parafilias, un conceptualismo radical, actos de violencia extrema, son solo algunos de los temas más recurrentes en sus textos, historias donde triunfa el vicio sobre la virtud, algo que le garantizó una perpetuidad en la memoria colectiva, una popularidad sin parangón para su época que trascendió los siglos.

Dos siglos después, en el año 1916 y en plena guerra mundial, nació en Zurich (Suiza) lo que sería denominado como «el movimiento dadaísta». Siendo Zurich un bastión neutral en medio de la hecatombe militar, no era de extrañar que fuese destino para muchos de los exiliados intelectuales, aquello motivó la proliferación de círculos de artistas en lugares como el Café Voltaire cuna y patria del dadaísmo. Los poetas: Tristán Tzara y Marcel Janco junto al pintor Hans Arp y Hugo Ball fueron los fundadores de tal movimiento para gloria de sus seguidores. El estallido de la guerra provocó una crisis de valores a nivel internacional, crisis que alcanzaba a todos los estamentos incluido el arte. Los dadaístas, que rechazaban de plano el belicismo, utilizaban la incoherencia y el absurdo como arma reaccionaria ante la destrucción y el caos. Encabezaron multitud de manifestaciones, desordenadas, agresivas, representaron musical y teatralmente la caricatura de una sociedad quebrada que buscaba un nuevo horizonte. Llegó un punto en que al dadaísmo ya no le importaba el orden o la expresión, la actitud destructiva que alcanzaba todas las esferas de la actividad humana tenía por objeto destruir el mito de la obra de arte.

Tan rápido como la propagación de un virus, y merced a la aparición de guetos culturalistas digamos en rebeldía con el sistema, se formaron vínculos entre París y Nueva York, vínculos que propiciarían la expansión del dadaísmo a ciudades como: Berlín, Colonia, Tokio, Roma o Barcelona. Buena culpa de esto tuvieron: Francis Picabia, Man Ray y sobre todo Marcel Duchamp.

Fountaine, Marcel DuchampEn las manos de Duchamp se fraguó uno de los productos más notables del arte dadá, el ready-made. Dicho producto era una desmitificadora percepción conceptual del arte, o lo que es lo mismo dicho en otras palabras, lo que resulta (por ejemplo) de colocar un urinario (ligeramente modificado o no) en un museo. En palabras del mismo Duchamp, los ready-made eran: «objetos usuales ascendidos a la dignidad de objeto artístico por una mera decisión del autor». Aquella osadía vanguardista motivó océanos de tinta. De un momento a otro, el arte pasaba a ser de un procedimiento técnico a un acto mental.

Extraer un objeto meramente práctico de su contexto habitual y convertirlo en un hecho estético abrió muchas miras a la sociedad de aquella época, y los ready-made fueron desarrollándose desde pinturas hasta esculturas, pasando por un sinfín de modalidades de expresión. Una modalidad del ready-made fue rectificar un motivo pictórico de popularidad mundial de manera que con la pincelada del autor se redefiniera el significado de la misma obra, un buen ejemplo de ello fue la escandalosa ocurrencia de Duchamp de reproducir una Mona Lisa y añadirle un bigote.

Otro caso ejemplar de una vida dedicada a la provocación dentro del arte se encarna en el artista plástico León Ferrari. Según el prestigioso diario New York Times, León Ferrari es uno de los cinco artistas plásticos más provocadores e importantes del mundo. Los pilares temáticos más utilizados en su obra son tres: las guerras sufridas por la humanidad, toda forma posible de intolerancia o vejación de los derechos humanos y sobre todo la supremacía simbólica de la religión.artículo Triunfo provocación León Ferrari León nació en Buenos Aires en el año 1920 y su pasión por el arte polémico se inicia en 1954, en Italia, con unas esculturas de cerámica. Ya en 1955 se diversifican los materiales a utilizar y emplea: yeso, madera, cemento o alambres de acero inoxidable. En el año 1965 presentó su trabajo La Civilización Occidental y Cristiana a concurso en el premio Di Tella, una obra que representaba un Cristo crucificado en un bombardero estadounidense. La obra no fue exhibida por la polémica suscitada, aunque sí se expusieron las tres cajas que complementaban el trabajo y que trataban por tanto de la misma temática, una temática que manifestaba la relación entre violencia y religión en Occidente. La exhibición de estas cajas provocó la oposición pública de un afamado crítico del diario La Prensa que fue contestada por el artista en forma de carta, también publicada en otro medio, la revista Propósitos.

Por razones políticas, León Ferrari tuvo que abandonar el país y se afincó en Sao Paulo (Brasil), donde retomó la creación de esculturas metálicas y se aventuró a realizar experiencias plásticas con diversos materiales y técnicas: fotocopia, heliografía, micro-ficha, videotexto, arte postal o libro de artista. Sería en Octubre del año 2007, a la edad de 87 años, cuando fue galardonado con el León de oro en la 52ª. edición de la Bienal internacional de arte de Venecia, fue elegido mejor artista plástico y encumbrado por la crítica. Siempre quedará para la hemeroteca la obra que le otorgó tal reconocimiento, sus polémicas series de Infiernos representadas mediante: dibujos, esculturas de alambre, objetos, incluyendo collages sobre religión, política y erotismo.

También tuvo su momento de gloria, en lo que a consecuencias de la provocación se refiere, el icónico pintor del barroco por antonomasia, Michelangelo Merisi Caravaggio. Al principio, las obras del maestro italiano representaban en su mayoría imágenes religiosas, dada la condición eclesiástica de la mayoría de sus contratantes. Sin embargo, siempre hubieron dos reproches que repetían sus contemporáneos a lo largo de su recorrido como autor, el primero, que el realismo de sus figuras rozaba el naturalismo temprano, y el segundo, que escogía a sus modelos entre la gente de más baja condición. Por ejemplo, para su cuadro titulado La flagelación ideó una coreografía de cuerpos en claroscuro con un Cristo animado en condiciones paupérrimas. Para la composición de Juan el Bautista con el carnero utiliza un jovenzuelo de mirada provocativa y posición lasciva. En su primera versión de su San Mateo y el Ángel obtuvo el rechazo del Juan el Bautista Triunfo provocacióndemandante de la obra, ya no por la sensualidad del Ángel, si no por la suciedad de los pies del santo, suciedad que poseía el modelo original y que Caravaggio no desdeñó, como nunca desestimaba retratar las imperfecciones de sus colaboradores cuando posaban para él, tratando de encontrar aún más una cercanía fiel a la realidad más insultante. Pero la pintura de Caravaggio que más controversia instauró consiguiendo enfurecer a la propia Iglesia, fue sin duda su La muerte de la Virgen. Consiguió una representación del cuerpo de la Virgen hiperrealista, con el vientre hinchado, que además fue aderezada por rumores de lo más pervertidos, como por ejemplo que utilizó de modelo para inmortalizar a la Virgen, el cadáver de una prostituta embarazada, que había fallecido por ahogamiento en el Tíber.

Sin duda un personaje singular, que fue perseguido por la justicia tras asesinar a un hombre en una reyerta, habiéndose mezclado en varias trifulcas periódicamente. Hombre de carácter y siempre dispuesto a pelear a puñetazo limpio. nunca renunció a su estilo fidedigno, la transgresión en claroscuros, una sinceridad que le llevó a morir sumido en una depresión provocada por el asedio de sus múltiples y poderosos enemigos.

La fotografía tampoco ha sido ajena al imperio de la provocación, ahí tenemos el ejemplo de Spencer Tunic, popular en el mundo entero por retratar el mayor número de cuerpos desnudos reunidos en lugares públicos.

En el mundo de la música actual, el reinado de Madonna en el género del pop, ha sido conseguido gracias a una buena gestión de la provocación que después han imitado otros muchos artistas.

La televisión contemporánea en España está inundada de contenidos indecentes y me atrevería a asegurar que más del sesenta por ciento de la audiencia diaria se consigue gracias a saber dosificar ese morbo que demandan las masas, los mismos que llevan a encumbrar en las listas de venta de best seller literarios a obras como: Los hombres que no amaban a las mujeres o Cincuenta sombras de Grey son los que alimentan la proliferación de los llamados reality-show e idolatran a ídolos de latón tomándolos por oro . Hoy en día, ser polemista es casi equivalente a haberse doctorado en alguna carrera universitaria. La mayoría de los iconos mediáticos, están ahí porque prefieren pedir disculpas a pedir permiso, flagrantes son los ejemplos de Boris Izaguirre o Risto Mejide.

Hemos dejado atrás un abril negro para el mundo del cine español, ya que hemos sufrido la irreparable pérdida de dos iconoclastas del séptimo arte como: Jesús Franco y Bigas Luna. Franco llegó a ser ayudante del gran Orson Welles en Campanadas a medianoche y Luna ha podido presumir de haber descubierto a tres de las estrellas de nuestro cine como: Jordi Mollá, Javier Bardem y Penélope Cruz. En sus filmografías, además de una extravagancia y osadía congénita, reside un denominador común para ambos que tiene mucho que ver con el tema de este artículo, ¿saben ustedes cuál es?

 

José Antonio Olmedo López-Amor. Nacido el 24 de julio de 1977 en Valencia (España). Titulado en audiovisuales. En la actualidad es empresario del sector servicios.
Amadrinado en las letras en primera instancia por Encarna Beltrán-Huertas, ex-directora del Círculo de Bellas Artes de Valencia, escritora y compositora de música clásica entre otras muchas cosas y alumno de María Teresa Espasa en la actualidad. Colaborador y socio de la asociación Poesía del Mediterráneo durante varios años, así como redactor de su revista (Corazón de papel), actualmente ha sido finalista en el II, III y IV certamen literario organizado por el mismo Ateneo Blasco Ibáñez, de Valencia, en la sección de Poesía.
Pertenece a la agrupación literaria Ateneo Blasco Ibáñez, de Valencia y a la asociación de escritores valencianos: Tertulia la Buhardilla Es miembro de la Red Mundial de Escritores en Español (REMES) y de la red internacional de escritores por la tierra (RIET). Ha colaborado con las revistas digitales: Palabras Diversas; Literaturas.com; Xilote; www.escritores.org; Ariadna; El Desván; Sede; Culturamas y es colaborador y miembro del consejo editorial de la revista Todo literatura.es,  corresponsal en Valencia de la revista digital Absenta en la que publica diversos escritos; artículos, crónicas, poemas, críticas de cine y literatura… etc.
José Antonio Olmedo López-Amor
Socio cofundador junto a su tío Juan Antonio López-Amor Martínez de la asociación artístico-solidaria Arkanos. En dicha asociación es el responsable del Aula de Poesía que organiza eventos como: recitales, tertulias, entrevistas, programas de radio… etc. Socio cofundador del grupo poético Alquimia y Verso, acompañado por Gregorio Muelas Bermúdez, grupo que está en activo y realiza recitales, conferencias, tertulias…
Publicó el 1 de diciembre de 2011 Luces de Antimonio, una antología poética junto con su tío citado anteriormente, un libro de 417 páginas prologado por Isabel Oliver y con ilustraciones realizadas por los autores (Editorial Ateneo Blasco Ibáñez – Colección Algo que decir, volumen XI. El día 19 de enero de 2012 publicó un poema de catorce páginas llamado Anaranjado de metilo en la misma editorial y en un libro de 20 autores perteneciente a la misma colección (volumen XII) que fue presentado en el ámbito cultural de El Corte Inglés, de Valencia. En 2012 participó en la antología del Ateneo Blasco Ibáñez Latidos contra la violencia de género con un texto ensayístico que denuncia la violación de los derechos humanos.
Ganador del primer premio del III certamen literario del Ateneo Blasco Ibáñez en la sección de Narrativa con el relato El Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal. Ganador del tercer premio del I Certamen de poesía Rima Jotabé con la obra Las Ocho virtudes capitales que ya ha sido publicado en un libro por la editorial Publiberia. Ganador del primer premio del II Certamen de poesía Rima Jotabé con la obra ¿Acaso no es amor haber querido? Ganador de una mención honorífica en el certamen de la primavera 2013 de la asociación castellonense Amigos de la Poesía (ALCAP) por su poema Noche perteneciente al poemario inédito Sinfonía alpina. Tiene dos poemarios inéditos Diario de lo humano y lo divino y Cuaderno íntimo y un libro de relatos inédito en coautoría con Juan Antonio López-Amor llamado Epilogonías. Un libro de haiku, senryu y tanka inédito titulado La soledad encendida, escrito a cuatro manos con Gregorio Muelas Bermúdez verá la luz en breve. También ha publicado recientemente en la última antología de 24 autores, que acaba de editar el Ateneo Blasco Ibáñez en su colección Algo que decir, Nº XXI —que ha sido prologada por el escritor valenciano «Ricardo Bellveser» y cuenta con la participación en la sección Tribuna del catedrático valenciano Francisco Brines— un poema con 288 versos distribuidos en doce páginas, escrito en endecasílabos blancos, llamado El Nacimiento de la Música.
Recientemente ha sido distinguido con el título de embajador de la Rima Jotabé por sus méritos obtenidos en su escritura así como por su divulgación.

 

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🖼️ Imágenes en artículo: (Portada) Maciunas, By Oriol Tuca (Own work) [CC-BY-SA-3.0], via Wikimedia Commons | (En el texto) Dibujo imaginario del marqués de Sade, By Trabajo propio (Scan) [CC0], via Wikimedia Commons | Duchamp Fountaine, Marcel Duchamp [Public domain], undefined, via Wikimedia Commons | Leon Ferrari, By Tecnópolis Argentina [CC-BY-2.0], via Wikimedia Commons | Saint John the Baptist, By Caravaggio (Michelangelo Merisi) (1571 – 1610) (Italian) (Painter, Details of artist on Google Art Project) [Public domain or Public domain], via Wikimedia Commons.

 

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