poemas por
Julian A. van Quekelberge

 

Estás en la cima,
caes
juntas tus restos
el rostro desfigurado
y con tu sangre
escribís un poema.

Estás en la cima,
y no hay ninguna razón
para que el ángel
sea ángel
para correr tras la pelota
para ver al boxeador
desmoronarse
y aplaudir
a quien quedó en pie.
Estás en la cima,
juego de niños
para adultos
rompecabezas
para llenar vacíos
      ladrillos
      en los huecos del muro
      engranajes
      para que todo siga
      y la hoja seca
      espera
      que el viento la lleve
      y la tierra con semillas
      un poco de agua.
      Estás en la cima,
      y no hay ninguna razón
      para que el ángel sea ángel
      para querer pertenecer
      y ser un perro de raza
      de ojos azules.
      Estás en la cima,
      caes
      juntas tus restos
      el rostro desfigurado
      y con tu sangre
      escribís un poema.

línea divisoria poema Estás en la cima

 

Un libro

 

Recibí un libro,
escuché el latir del corazón
de quien lo escribió,
ríos de sangre que vienen
de tiempos inmemorables
con la memoria de sus ancestros.
Sus letras eran puertas
a mundos distintos,
ventanas abiertas
a lo que nunca había visto
ni imaginado.
También tenía letras de semillas
y de ellas brotó
el bosque de los sueños.
A medida que pasaba cada página,
me internaba en el mágico bosque,
en las emociones, en los sentimientos,
en los sentidos,
        en los estados
        por los que un ser humano
        pasará al atravesar su vida
        Al terminar dicho libro
        me abracé al escritor
        y por primera vez
        me encontré conmigo mismo.

línea separa poemas Un libro

 

Estación abandonada

 

Esta  crisis
la conozco.
Atravesar la tormenta
del desierto
las dunas que se hunden
en el reloj de arena
y caer
en la estación abandonada.
Todos los trenes han pasado
los tiempos han cambiado
es cruel  ya no ser joven
es triste no entender
tener siempre una excusa
una mentira donde esconderse
el cliché de los errores
repetir la misma historia
y esperar el tren
en la estación abandonada.

recta separación poemas Julian A. van Quekelberge

 

Crucemos el puente

 

A la bruja
le gustaba volar
igual que a muchos
igual que a mí.
Por eso susurró:
—El género humano
encoge, destiñe—
y se echó a reír.
—Con mi escoba
te abriré el camino
y serás libre
para dejar los fantasmas,
atrapar la luna.
A la bruja
le gustaba volar
igual que a muchos
igual que a mí…
Adonde no hay caminos,
puertas, llaves, cielo, tierra.
—Dejarás los abismos
el espacio y el tiempo
las noches en vela
las noches sin sueños
los días de niebla
las botellas de náufragos
los árboles truncos
las despedidas
y podrás descansar
no sentir angustia
dolor
el vacío de adentro
la presión del afuera.
       A la bruja le gustaba volar,
       igual que a muchos
       igual que a ti.
       Por eso me susurró:
—Ven, crucemos el puente
y atrapemos por fin
el silencio.

 

ilustración poema El canto del crespín

El canto del crespín

 

Si vieras mi corazón
encontrarías la casa
un poco desordenada.
Es que sufrí una desilusión
perdí algo que quise mucho,
creí tener y nunca tuve.
Ya no podré correr al amanecer
a orillas de ese mar
que habíamos inventado.
Ya no seré yo, ni él, ni ella
sino una gota
que se mezcla con la ola en la rompiente,
una nube en las tinieblas arrasada por el viento
que es tiempo, aire y es nada.
Si vieran mi corazón
encontrarían la casa
un poco desordenada
jeroglíficos en las paredes
valijas por el piso
y en la hoguera
recuerdos quemándose
con pedazos de mi carne.
Antes – él – ella…
Golpeaban mi corazón
como una puerta
y entraban
en la casa un poco desordenada,
escalaban sentimientos,
se zambullían en mi alma,
buceaban mis ideas,
bebían los vinos de mi sangre,
brindaban,
vestían mi piel,
máscaras,
collares.
Yo los buscaba
para no encontrarlos,
pisaba las trampas
y la mierda
no sirvió de abono,
el veneno de antídoto,
la enfermedad de vacuna.
Luego mi corazón
se hundió
como soles en la noche,
preferí el dolor de amar
que la anestesia de no sentir
y de durar sin vivir,
mientras el crespín
imitaba todos los cantos,
y yo creía
que respondía a mi canción.

 

_____________
Crespín
: Pájaro traidor que imita a la perfección el canto de los otros pájaros
para mimetizarse, robarles la cría, el nido.

 

Carta a Yolanda

 

Vos sos
la   S E L V A
que    c r e c e
en mi   d e s i e r t o, 

 sos la alegría
 lo cotidiano
 lo sublime.
El tiempo sin tiempo
 un barco de papel
 que se transforma
 en nave de corsarios
 de piratas
 o de enamorados
 y navega
 en el mar de los sueños. 

 Sos las lágrimas
que nadie lloró por mí
y que apagaron
 el fuego
que me incendiaba.
Sos un te amo
que sale de adentro,
un torbellino,
un susurro,
esa mirada
y ese gesto imperceptible
que sólo los dos percibimos
¿Qué haría si te perdiera?,
¿si no tuviera tu mano en mi mano,
 tu cuerpo tibio junto al mío,
 si no miráramos
 la misma primavera
 y el último atardecer?

línea poema Carta a Yolanda

 

Bozales

 

La guardia
de Buckingham
usa cascos
con cadenas
de la mandíbula
al cerebro,
y los perros
de Hyde-Park
también lucen bozales.
Todos marchan
tras la supervivencia,
se mimetizan,
pierden el instinto
duermen en cuchas
y no sueñan
con cosas de perros
creen pertenecer
a la familia del amo,
solo algunas veces
le ladran a la luna,
cazan mariposas,
olfatean la vida,
luego hacen las piruetas
de siempre
y dan la patita
a cambio de un hueso.

 

poemas Estás en la cima

Julian A. van QuekelbergeJulian Andrew van Quekelberge. Autor británico, nacido en Argentina. Entre 1984 y 1993 realizó diversos estudios y cursos: Curso del museo de Bellas Artes de Buenos Aires; Curso de Formato Grande con cámaras de eje basculante; Iluminación Publicitaria con el Prof. Esteban Marco; Curso Bauhaus de fotografía, auspiciado por la Embajada de Alemania y la Unesco e Historia del Arte en la Fotografía (Facultad de Filosofía y Letras).
Publicaciones y actividades (entre otras)
1995-1997:
Flores carnívoras (22 cuentos).
– Mención de Honor: cuento La Pantera.
– Mención de Honor: cuento La Luciérnaga.
2000: Original de poesía Adentro del fuego (poemario al que pertenecen los poemas aquí publicados).
2001: Exposición fotográfica en la Librería José Hernández (Internos del Instituto Neuropsiquiátrico Borda).
2008: Me buscarás en todos los hombres y no podrás encontrarme (novela).
2013-2014: Revólver de mujer (novela).
2014: Sir. John y la máquina de los instintos (relato).

Contactar con el autor: julianvanquekelberge [at] yahoo.co [dot] uk

ⓘ Ilustración poemas: Brocken-tanzawa, By Σ64 (Own work) [GFDL or CC BY 3.0], via Wikimedia Commons.

 * N. del E: En estos poemas se ha procurado mantener la anchura de las líneas y las sangrías tal y como los escribió su autor. Para mejorar su lectura en un dispositivo móvil aconsejamos que el aparato se sitúe en posición horizontal.

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