reseña por
T. H. Merino
L
a historia comienza in medias res. Un hombre de edad madura, Antonio, protagonista de la historia, luchador infatigable, que ha conseguido situarse en lo más alto de la sociedad y de los negocios, con una estructura familiar modélica de acuerdo a las convenciones sociales, se siente de pronto psicológicamente náufrago en un océano embravecido sin tabla de salvación a la que aferrarse, morbosamente consciente de la insoportable vacuidad del género humano, de su propio yo, cuando casualmente, en uno de sus viajes profesionales, se encuentra ante un retrato de mujer expuesto en una galería de arte londinense, cuya contemplación le transporta sin paliativos a la adolescencia, a la búsqueda paranoica de la modelo —La mujer del cuadro— desafiando todo tipo de ataduras sociales.
Al margen de un prefacio y un epílogo, la obra está estructurada en dos partes bien diferenciadas. La primera, narrada en primera persona; la segunda, contada en tercera persona por un narrador omnisciente. Ambas partes tan perfectamente imbricadas que un lector lúdico apenas será consciente de ese cambio de perspectiva personal.
El discurso narrativo avanza en la alternancia de escenarios temporales presentes y pretéritos. Y esos recurrentes flashback, oportunos, medidos y nada gratuitos, se establecen como relación causa-efecto, como crítica social por comparación de épocas tan relativamente próximas y, a la vez, paradójicamente, de principios y valores tan distantes. En definitiva, retrospecciones necesarias que ayudan a entender por confrontación la evolución moral de la sociedad y, quizá, lleven al lector avisado a tomar posiciones eclécticas.
La autora, Cristina de Jos´h, conduce al lector a situaciones de máxima tensión, le hace cómplice en los conflictos y, en cierto modo, le reta a buscar soluciones ecuánimes.
El lenguaje natural, preciso, ornamentado, no recargado, lleno de matices y colorido confieren a la autora un estilo propio, reconocible, que hace gala, por otra parte, de un vasto conocimiento de temas diversos.
La profundidad psicológica que lleva a desnudar el alma de los personajes, sus pensamientos y deseos más íntimos y menos confesables, y la crítica a los convencionalismos sociales en detrimento del ser humano, a la hipocresía y a la existencia plana, en blanco y negro, son características subyacentes en las obras de esta autora.
Dejo, finalmente, un fragmento de esta excelente novela que por la candidez y hermosura sentimental, reflejo cabal de la adolescencia, puede resultar cautivador:
El recibidor estaba en penumbra, sólo iluminado por una lámpara que emitía luz desde la mitad del pasillo. Me fui aproximando lentamente y ella no lo resistió. Cerró sus párpados presintiendo que algo iba a suceder. La besé en los labios inexpertos. Primero con dulzura, después con urgencia turbadora; mis manos se posaron sobre sus senos…; ella se desvaneció.
La mujer del cuadro (Novela). Autora: Cristina de Jos´h. Prólogo: Rosa Villacastín. Editorial: Vergara (1.ª edición: Octubre 2007).
Web de la autora: www.cristinadejosh.com/ ▫ T. H. Merino es un escritor residente en Madrid. Ilustración: Portada de la novela (en Kindle Scribe).
Revista Almiar – n.º 64 / mayo-junio de 2012 – 👨💻 Pmmc – MARGEN CERO™
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