reseña por
Lola M. Cerrada
P
robar no es lo mismo que degustar, saborear con deleite. Por eso Milos impregna cada rincón de su alma con los efluvios de la persona amada.
En una orgía de sentidos que magnifica la poesía.
Autodidacta con sangre veneciana y argentina, quizá adquirió su vasta cultura en la renombrada biblioteca de su abuelo vasco.
Este niño grande que parece haber vivido demasiado deprisa dice «ahora descanso de mi largo viaje y observo cómo otros emprenden el mismo camino que cogí yo hace años y sonrío porque sé lo que les espera».
Milos se divierte afirmando que él estudió en la Universidad Púbica de la vida y por eso si hace el amor con palabras es porque quiere hacerlo con todo su cuerpo.
La sensualidad y el erotismo de Milos se ven reflejados hasta los lugares físicos, de ahí el nombre del libro.
La obra de Milos, afincado en Palencia, exuda sensualidad: es un canto a Eros a través de la poesía, por eso dice:
Tiernos o apasionados
fogosos o dulces
largos largos muy largos
o cortos besos
estos versos
Sus amadas abarcan, de la misma manera que las heroínas mitológicas, ciudades como Roma o Berlín:
Oh amor ciudad eterna
ombligo del universo
Este verso parece ser la filosofía del libro. Así Verona adquiere nombre de mujer en Verónica, que tiene los pies pequeños y las manos delicadas. Y Siena es una amante suicida que duda entre el tiro en la sien o irse de vacaciones.
💻 Perfil del autor (en FB):
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Revista Almiar – n.º 63 / marzo-abril 2012 – 👨💻PmmC – MARGEN CERO™
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