poema por
Manuel Murillo de las Heras
Mi canción favorita no tiene piano,
no se toca con teclas
de nieve y carbón.
Tampoco tiene guitarra,
ni se toca con cuerdas
trenzadas de brillo de luna.
No es necesario.
Mi canción favorita tiene
una armadura de promesas
en una partitura azul, sin becuadros.
Por anacrusa una mirada
sostenida
hasta que tu calor
sube una octava.
Tu cuerpo y el mío
(en Clave de Dos)
se unen en una armonía vertical
de sueños horizontales.
En la escala de tu cuerpo
interpreto, con los dedos,
un glissando en tu espalda de cristal
hasta llegar a tu pelo de azabache
donde toco unos cuantos arpegios que culminan
(staccato)
en nuestros labios.
Me susurras al oído y en mi cuerpo
hace un trino cada nota.
Y perdemos el control,
nos rendimos a los rubatos.
La melodía se interpreta
ora allegro, ora adagio.
Mi canción favorita tampoco tiene final:
en el último compás, simplemente,
un Da Capo.
Manuel Murillo de las Heras. Cuenta con una novela publicada (Súper Pocho) y cinco relatos publicados en diversas antologías de Diversidad Literaria. Durante el año 2015 participó semanalmente en un programa de radio (La Hoguera del Edena Ruh) con el envío de relatos y anteriormente un relato suyo fue leído en Onda Cero y otro en el programa La Ventana, de la Cadena Ser.
🖥️ Web del autor: Cosicas variadas (http://mfoaf.blogspot.com.es/)
👉 Leer un relato de este autor (en Almiar): El poeta
ⓘ Ilustración poema: Diseño por RainbowArt [Pixabay, dominio público]
Revista Almiar · n.º 95 · noviembre-diciembre de 2017 · MARGEN CERO™
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