poemas por
Mariluz Carrillo Pinilla


En la que antaño fuera
fortaleza inexpugnable,
hoy ondean victoriosos
entre almenas desmochadas,
los pendones de tu amor.

No dispararon tus ejércitos flecha enemiga
ni desenvainaron espada de contienda.
No protegían sus cuerpos
bruñidas armaduras, ni blandían
sus manos escudos de defensa.

Conquistaron tus soldados
esta plaza, ya rendida:
sin batalla,
sin derramar sangre
ni infligir herida.

Como el cerco de Numancia,
bastó solo la paciencia;
la estudiada seducción
revestida de fingida
indiferencia.

Hoy tus huestes vencedoras,
horadadas las murallas,
pasean por mi cuerpo
como señor por su casa:
voluntario botín de guerra.

    Momias
                  
A bañarse en el Nilo
bajan las momias
centuria tras centuria;
refrescan sus vendas 
de lino y resina,
consumada la ceremonia,
entre efluvios de luna
y polvo de arena.

A las puertas de la pirámide,
observa la escena,
con complacido semblante
y hierático porte,
la esfinge dorada
que impávida custodia
el secreto de las momias.

Cinco mil años hace,
centuria tras centuria,
que el faraón y la reina,
rememoran, solemnes,
su noche de bodas.

A la hora bruja, 
la cámara mortuoria,
puntual, despierta;
se abre el sarcófago real,
escapando, aliviados,
esposo y esposa.

De la mano recorren,
el rey y la reina,
galerías ancestrales
de jeroglífico adorno
y vetusta piedra.

Bajo un cielo sereno,
centuria tras centuria,
se aman, 
entre sales de natrón,
dos cuerpos embalsamados
que aun sin vísceras ni sangre,
con dolor se echan de menos.

Sonríen, en la noche 
cómplice del desierto,
Osiris, Ra y Hathor:
oficiantes mudos
del rito nupcial que,
centuria tras centuria,
celebra, enamorada,
la pareja real.

              El unicornio verde
   
   A mitad de camino entre el cielo y la tierra,
   un animal de leyenda de cuerpo verde
   y cuerno rosa, alza su hogar sobre un campo 
   de nubes invisibles de inverosímiles formas.

Hace tanto... tanto tiempo que no me visitaba,
que casi había olvidado su existencia.
Pero hoy volví a verlo —joven eterno—,
después de tantos años: con sus alas doradas,
su cuerno rosa y su cuerpo verde.

   Vino a mí durante el sueño y acaricié otra vez,
   como lo hacía cuando era un niño,
   sus crines albicelestes y su mágico cuerno;
   y recordé:

Recordé que hay un mundo perdido,
allí donde nace florido el arcoíris,
poblado por unicornios enamorados
de inocentes doncellas a las que fieles
guardan, mientras alimentan generosos 
el vasto universo de una inocencia infantil,
que fértil, no cesa.

   Y quise volver a ser un niño,
   y quise regresar a mi infancia.


    Puta
                                  
Porque no vendiste tu cuerpo
ni me alquilabas tu sexo;
porque no cobraste tus caricias
ni fingías tus orgasmos.

Zorra: por el placer regalado
en tantas horas de carne hambrienta;
por el tiempo suspendido entre
las sábanas de esta cama muerta.

Ramera: porque me querías de
verdad, y sin más, dejaste de amarme.

Puta: porque me has convertido en
un espectro que no sabe cómo
olvidarte.


            EL TIEMPO (Haikus)
          
Un sol gozoso
acaricia mi alma
que recién nace.

     Aguas templadas
     me susurran bajito:
     ¡oye, descansa!

             Colores ocres
             escapan de árboles
             muertos de miedo.

                   Las noches viejas:
                   tiritando de frío
                   espero al alba.


        La despedida
                 
Me voy:
no quiero besos,
no quiero llantos,
no quiero abrazos.

Ni abrazos engañosos de espejada luna.
Ni llantos impostados de oblicuas lágrimas.
Ni besos traicioneros de redivivos Judas.

Tan solo llevaré conmigo, colgado a mi espalda,
un hatillo sin fondo donde guardaré:
el recuerdo amargo de vuestro cinismo,
la experiencia infame de haberos conocido.

Ya me esperen cimas escarpadas
o llanos caminos, ahí os dejo:
anegados en el lodazal de vuestros vicios.

Me voy a iniciar otro capítulo
en la aventura de mi vida.

Fuisteis rémora de mis horas,
y aun así, debo agradeceros
vuestra enemistad íntima:
sin ella no me hubiera conocido.

     Ahí os quedáis: benditos.

 

 

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Mariluz Carrillo Pinilla
. Autora residente en Villafranca de los Barros (Badajoz). Los poemas aquí publicados pertenecen al poemario Onírico (2016), inédito hasta el momento, una obra que versa, esencialmente, sobre el amor y el mundo de los sueños.

Contactar con la autora: mcarrillopinilla[ at ]yahoo [dot] es

🖼️ Ilustración poemas: Mon-corps-en-reve, By Mafficom (Own work) [GFDL or CC BY-SA 3.0], via Wikimedia Commons.

 

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