relato por
Damián Ignacio Lombardi

 

I

 

Tierra colorada en zapatos de aquel que camina, ni la llovizna se atreve a quitársela. Lo empapa, le ensucia las botas, lo encandila la luz que resplandece en el horizonte, lugar al que lo lleva ese camino que transita placenteramente. La tierra colorada sigue allí, en sus suelas, es parte de él. Pues, de los recorridos huellas siempre quedan.

 

II

 

Orgullosos los viajeros de sus caminos, nunca están solos, sombras de colores los acompañan. Sombras que se forman en paralelo al zanjón que está a su derecha, de pastizales altos y formas extrañas. Sombras verdosas, esas que los árboles plasman; le acercan al viajero un poco de lo que quizás tienen en lo más alto de su copa, algo que el viajero no puede ver, pero de lo cual sospecha. Ahí, en el camino sobre el cual avanza. Sombras opalinas, esas que parecen no tener fuerza, el día nublado las oculta.

 

III

 

Encerrados en sus casitas humildes, niños ven por la ventana su andar. Es su arcoíris, puesto que lo han visto caminar en medio de un cielo lluvioso con el sol de testigo. Un tipo de un sinfín de colores en su apariencia. Quieren ser como él, un errante de sombrero pirí y poncho, que lleva una ramita de cedrón en su boca. Lo ven pasar, lo admiran, lo saludan. Él también. Se sienten parte de lo mismo, ¡lo son!

 

IV

 

Hay veces que las melodías parecen apagarse. Las aves callan, las hojas de los árboles dejan de flamear y el cielo implota, se cierra sobre sus ojos como un vil gris. Pero no lo sufre, una parte de él sabe que, cuando los pájaros, el viento y los cielos quieran, esa hermosa orquesta de la naturaleza, sin director alguno, volverá a entonarse. Fluye, improvisa, como cuando él camina, sin saber qué recodo de Latinoamérica lo espera, allá, más adelante.

 

V

 

Confundidos los que piensan que él solo camina; absorbe, lo de acá, lo de allá. Percibe, siente, abraza. Caminos sinuosos sinónimo de vida, de movimiento, de silencios y griterío, ¡de calma!, de transición. Él no huye, pues es de Latinoamérica, de donde pertenece y donde está su vida, su camino.

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 Contactar con el autor: damlombardi [at] gmail[dot]com

 

 Ilustración relato: Mural en Quito, fotografía por Pedro M. Martínez ©

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Revista Almiarn.º 85 / marzo-abril de 2016MARGEN CERO™

 

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